Marlin Julisa, 19 años, Nicaragua
Marlin Julisa vive en el noreste de Nicaragua con sus padres, vendedores de cereales, y con sus tres hermanos menores que aún están en el colegio. Es activista por los derechos sexuales y reproductivos relacionados con el embarazo adolescente, y defiende la educación sobre derechos humanos de las jóvenes, ya que ha podido ver el impacto que el embarazo temprano ha tenido en muchas chicas de su comunidad que dieron a luz siendo adolescentes, así como la necesidad de conocer los derechos para poder defenderlos.
Soy un agente del cambio. Con mi voz represento a todas las niñas, adolescente y jóvenes de mi comunidad y mi país que no tienen suficientes oportunidades pero que son seres humanos con derechos.
Marlin Julisa ha recibido formación de Plan International sobre derechos y salud sexual y reproductiva. Ahora es asesora y líder del programa Campeones del Cambio, que involucra tanto a chicas como a chicos,y ha seguido desarrollando sus conocimientos, habilidades y comprensión de qué significa ser agente del cambio. Cree que chicos y chicas deben ser tratados igual no sólo en cuanto a educación sino también en términos de ocio, oportunidades y responsabilidades en el hogar.
La joven reconoce que al mismo tiempo que se pone el foco en la educación de las niñas, el matrimonio infantil y la participación y liderazgo de las jóvenes, también es preciso trabajar con niños y hombres, madres y padres y la comunidad entera: “Mis padres me inspiraron a pesar de que ellos no completaron la educación primaria… y ahora mismo contamos con el apoyo de líderes comunitarios, lo que nos motiva y nos ofrece espacios para participar en estos programas y practicar deporte juntos”.
Marlin Julisa está también al frente de la National Youth Network, en la que las chicas aprenden gobierno y liderazgo, y ella misma es parte del proyecto “Conexión Joven”, mediante el cual las jóvenes crean redes con el objetivo de conocer y reclamar sus derechos. Cuando crezca quiere ser trabajadora social. El año pasado se graduó en la escuela secundaria, pero no pudo empezar la universidad por motivos económicos.
Marely, 16 años, Nicaragua
Marely vive con sus padres, Donaldo y María, su hermano, su hermana, dos sobrinas y dos sobrinos en una pequeña comunidad de Nicaragua. Es una joven líder que ofrece formación a otras chicas y chicos sobre derechos sexuales y de salud reproductiva. Además de haber sido apoyada por Plan International, Marely dice que sus padres y una mujer mayor de la comunidad llamada Nicolasa también la apoyaron y la ayudaron a tomar el mando del activismo local.
En su comunidad aún existen creencias que impiden a las chicas alcanzar su potencial: “Muchas familias todavía creen que los chicos deben trabajar en las granjas y realizar ese tipo de trabajos de hombres, mientras que las chicas deben dedicarse a las tareas domésticas y traer el agua del pozo a la casa. No obstante, ser una chica en mi comunidad significa para mí ser alguien importante porque ahora tenemos más oportunidades”.
El reto es que no haya más embarazos adolescentes en mi comunidad. Sin embargo, si queremos que el mensaje llegue a las chicas de la comunidad, tenemos un reto: ¡cambiar la forma de pensar de los padres!
Fue con el programa de transformación de género Campeones del Cambio con el que Marely recibió formación de moderadora comunitaria. A través de este proyecto ha aprendido sobre comunicación asertiva, estereotipos de género, derechos sexuales y reproductivos y mucho más. Después ella transmite esos conocimientos a sus compañeros. Además, forma parte de un grupo de teatro cuyo fin es acabar con la violencia.
Mediante estos dos programas, Marely dice que ella y otras chicas han aprendido a cuidar de sí mismas y prevenir embarazos adolescentes. “Ser madre a edad temprana cambia la vida de la joven; muchas se sienten avergonzadas y sufren el rechazo de la gente de la comunidad; no continúan estudiando por la vergüenza, y tienen que trabajar más duro para criar al niño”.
Marely piensa que hacer que la gente joven forme parte de la toma de decisiones es crucial para conseguir el cambio, pero también cree que la falta de educación dificulta la participación a niñas y jóvenes: “Los padres no permiten que sus hijas vayan al instituto porque creen que van a encontrar novios y que pueden escaparse con ellos. Tenemos que educarles para que cambien esas ideas. Es importante que las chicas estudien. Los padres deben confiar en ellas y aconsejarlas, en lugar de poner trabas a su derecho a la educación”. El programa Campeones del Cambio incluye deporte y trabaja con los padres y la comunidad entera para cambiar dichas mentalidades.
Cuando acabe el instituto, Marely quiere estudiar periodismo para poder alzar la voz en nombre de otras jóvenes y defender sus derechos.