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Gaza tres meses después del conflicto: se acaba el tiempo para los niños y las niñas

Se cumplen tres meses de la escalada del conflicto en Gaza e Israel, tres meses en los que los niños, niñas y sus familias han vivido un sufrimiento desmesurado e inaceptable. Plan International vuelve a pedir a todas las partes implicadas un alto el fuego inmediato y permanente.   En sólo 91 días, 22.438 personas han muerto en Gaza, entre ellas al menos 8.000 niños y niñas, según informa el Ministerio de Sanidad palestino. Más de 57.614 personas han resultado heridas y 1,9 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares. En Cisjordania, los soldados israelíes han matado a 314 personas, entre ellas 80 menores, desde el 7 de octubre.   Naciones Unidas ha vuelto a advertir de que Gaza se enfrenta a una hambruna “catastrófica” y que el 40% de su población corre el riesgo de no tener nada que comer. Los 123 rehenes tomados por los grupos armados palestinos siguen en paradero desconocido, y estos grupos armados han matado a 1.139 personas en Israel, entre ellas 39 niños y niñas.  Estas cifras son desgarradoras. El tiempo se acaba para los niños y niñas de Gaza. Junto con otras organizaciones humanitarias y de derechos humanos, gobiernos y ciudadanos de todo el mundo, Plan International exige un alto el fuego incondicional, inmediato, sostenido y completo, así como un mejor acceso de la ayuda humanitaria.  No hay lugares seguros para la infancia La situación en Gaza es crítica: no hay ningún lugar seguro para la infancia. Los ataques constantes ataques contra escuelas, hospitales y campos de refugiados, que deberían ser siempre lugares seguros, constituyen una violación del Derecho Internacional Humanitario.   Hace unos días, los ataques aéreos israelíes cerca de Al-Mawasi, una “zona humanitaria” designada por las autoridades israelíes, mataron a 14 personas, la mayoría de ellas niños y niñas menores de 10 años. Los trabajadores humanitarios no pueden desarrollar su trabajo en condiciones seguras y los suministros de primera necesidad están muy restringidos. Además, los bombardeos constantes e indiscriminados han acabado con la vida de cientos de miles de menores y mujeres embarazadas.  Apoyamos a organizaciones socias en Gaza Plan International está aumentando el apoyo a organizaciones socias en Gaza y en los países vecinos, y está preparado para proporcionar ayuda humanitaria a los niños y niñas. Sin embargo, el personal humanitario no puede atender realmente las necesidades de la población civil sin la entrada plena, rápida y sin trabas de la ayuda humanitaria en todos los puntos de acceso y, lo que es muy importante, sin el cese de los ataques aéreos y los combates.   La organización sigue pidiendo, como ha hecho desde el primer día, la liberación inmediata de todos los rehenes civiles y el acceso a todos ellos. Los niños y niñas nunca deben ser retenidos como rehenes o prisioneros. También exigimos el fin inmediato de los desplazamientos forzosos de civiles palestinos, en Gaza y Cisjordania, y que se respete en todo momento el Derecho Internacional Humanitario. El horror, el sufrimiento y el trauma al que se enfrenta la infancia en estos momentos es indescriptible: se necesitan alimentos, agua, asistencia médica y un lugar seguro con más urgencia que nunca.    Los niños y niñas palestinos, como todos los del mundo, tienen derecho a una vida libre de guerra, violencia y miedo, y es nuestra responsabilidad colectiva instar a las partes implicadas en el conflicto y a la comunidad internacional a proteger ese derecho. La protección de los niños, niñas y de todos los civiles no es negociable. Hay que poner fin a la matanza. Se necesita desesperadamente un alto el fuego,

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Plan International reclama protección urgente para las niñas y mujeres migrantes y refugiadas en todo el mundo

Las mujeres representan el 48% de las personas migrantes y cada vez son más las que migran solas, lo que las expone a riesgos como la violencia sexual o la trata. Con motivo del Día Internacional de las Personas Migrantes, que se conmemora el 18 de diciembre, Plan International, organización que trabaja para garantizar los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, alerta de que actualmente, las mujeres representan el 48% de las personas migrantes a nivel mundial y cada vez son más las que migran solas, lo que les expone a riesgos de protección como la violencia sexual, la trata, violaciones, robos y extorsión. La organización, que apoya a las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes en algunas de las regiones y países con mayor flujo migratorio como Ucrania, Sudán, Bangladesh, Egipto, Jordania, Líbano o Centroamérica, reclama que se garanticen los derechos humanos de las personas migrantes sin discriminación alguna y que los tratados internacionales aseguren que las niñas migrantes estén protegidas, independientemente del lugar en el que se encuentren, frente a todas las formas de violencia. “Nos enfrentamos a una crisis migratoria y humanitaria sin precedentes que exige una respuesta decisiva y global. Las niñas, adolescentes y sus familias son las más afectadas en estos contextos, ya que se enfrentan a múltiples peligros, tanto en sus lugares de procedencia como en su trayecto. Muchas de ellas se enfrentan a una violencia extrema e, incluso, pierden la vida en el camino. Nuestro compromiso humanitario es inquebrantable, instamos a las autoridades a que garanticen el cumplimiento de mecanismos nacionales e internacionales de protección y de derecho internacional humanitario para la protección de las personas migrantes, refugiadas y desplazadas”, asegura Concha López, directora de Plan International España.   Sin acceso a mecanismos fundamentales de protección   Las niñas y mujeres son uno de los grupos más vulnerables cuando llegan a los países de destino, ya que tienen dificultades a la hora de acceder a servicios básicos como la sanidad, la educación y el empleo, así como a agua, alimentos, letrinas y productos de higiene. Además, las chicas aumentan su papel en el hogar en detrimento de su educación y tampoco suelen tener acceso a mecanismos fundamentales de protección internacional, como la posibilidad de solicitar asilo, debido a que, en muchos casos, no tienen una información adecuada sobre sus derechos. “Tenía 14 años cuando me casé. No sabía lo que era el matrimonio y la vida familiar. A partir de empezar a venir a la escuela de Plan International mi vida mejoró”, cuenta Aleya, una joven rohingya que vive en el Cox’s Bazar, el mayor campamento de refugiados del mundo, y ha sido víctima de matrimonio infantil y embarazo precoz. Ahora, asiste a una escuela de Plan International que trabaja con refugiados rohingya para poner en marcha programas de educación en situaciones de emergencia, protección infantil, violencia de género, seguridad alimentaria y medios de subsistencia.   Los conflictos y el cambio climático aumentan los desplazamientos   Los conflictos y el cambio climático están haciendo que estos desplazamientos aumenten de manera exponencial. Los impactos del desplazamiento relacionados con el género son particularmente graves para las mujeres y las niñas, que representan más del 80% de las personas actualmente desplazadas por eventos relacionados con el clima. Es el caso de Sudán donde, tras el estallido del conflicto el pasado 15 de abril, el número de personas desplazadas alcanza los 5, 3 millones, de las cuales más de la mitad son mujeres. El conflicto llegó en un momento en el que Sudán ya presentaba altos niveles de necesidades humanitarias debido a los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático, como sequías e inundaciones, que habían puesto en jaque la seguridad alimentaria de miles de familias. Plan International, organización con una alta presencia en la zona, está profundamente preocupada por la seguridad de las niñas, mujeres jóvenes y menores desacompañados, ya que, los datos de violencia sexual contra las mujeres en el país por parte de combatientes siguen aumentando. Mientras, lleva a cabo repartos de kits de primera necesidad tanto en Sudán como en los países receptores de desplazados, Sudán del Sur, Egipto, etc.   Plan International trabaja con personas migrantes, refugiadas y desplazadas   Plan International pide que se pongan a disposición de las personas que se desplazan mayores mecanismos y servicios de protección, algo fundamental para ayudar a los y las personas migrantes y refugiadas a conocer sus derechos y acceder a la asistencia que necesitan. Esto incluye a los menores no acompañados y separados de sus familias, que son especialmente vulnerables a la explotación y los abusos en las fronteras. La organización lleva a cabo desde 2018 la serie de informes ‘Adolescent Girls in Crisis’, una investigación que recoge las voces y experiencias de las adolescentes desplazadas en situaciones de crisis de todo el mundo, como Sudán del Sur, el Lago Chad, Bangladesh, Beirut, Líbano y Centroamérica. Estos informes evidencian la inseguridad y mayor vulnerabilidad de las adolescentes a todas las formas de violencia; la falta de acceso a la educación a pesar de su deseo de asistir a la escuela; las normas de género que restringen su movimiento y limitan sus oportunidades; los desafíos para la salud mental y las barreras para acceder al apoyo psicosocial y servicios de salud sexual y reproductiva; pero también su optimismo para enfrentarse al futuro. Además, la organización trabaja en muchos de los países de origen y también en los de destino y tránsito, llevando a cabo servicios de respuesta a la violencia basada en género; acceso a información y datos actualizados sobre distintos servicios de ayuda y protección; entrega de kits con artículos de primera necesidad; provisión de transferencias de efectivo multipropósito; desarrollo de actividades para la prevención de la violencia de género; atención psicosocial; programas de educación en emergencia, etc. Actualmente, Plan International trabaja con refugiados gazatíes en el campo de refugiados de Gaza, en Jordania. Muchos de los y las refugiados se enfrentan a consecuencias psicológicas importantes por la situación en la que se encuentra la Franja o por tener familiares o amigos que no han podido salir. En el Líbano, ya son 58.838 personas desplazadas por el conflicto, de las cuales, el 37% son mujeres. Plan International ha conseguido ayudar a 6.610 personas distribuyendo kits de primera necesidad como alimentos, kits de higiene, mantas, etc. La organización también desarrolla, entre muchos otros programas de ayuda a migrantes y refugiados, el programa ‘From Mexico’s Borders to Central America’s Transit Route’ en la frontera norte y sur del país. El proyecto tiene el objetivo de ofrecer apoyo a las personas migrantes, refugiadas, solicitantes de asilo y desplazadas en México.

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Plan International reclama más ambición para garantizar la justicia climática y de género

Los compromisos asumidos en la COP28 son un paso adelante, pero se necesita una mayor ambición para garantizar la justicia climática y de género para la infancia y la juventud de todo el mundo.   Tras finalizar la COP28, Kathleen Sherwin, directora de Estrategia y Compromiso de Plan International reflexiona sobre los compromisos asumidos: “Es mucho lo que está en juego para las generaciones actuales y futuras, en particular, para las niñas y las mujeres jóvenes, que son las más afectadas por la crisis climática”.   “Una transición hacia el abandono de los combustibles fósiles es un comienzo, pero no es suficiente. Ahora mismo, están en peligro las vidas de niñas de todo el mundo debido a los efectos del cambio climático. Necesitamos mucha más ambición y urgencia para ofrecer soluciones reales para los niños, niñas y jóvenes del mundo, y necesitamos que se reconozca el impacto desproporcionado sobre las niñas y las mujeres jóvenes. Sin un compromiso firme para eliminar progresivamente los combustibles fósiles estamos fallando a los y las más vulnerables del mundo, que ya están soportando el peso de la crisis climática. Además, necesitamos decisiones sobre plazos y procesos para cumplir con la financiación climática”.   Derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible A pesar de necesitar mayores compromisos, Plan International acoge con satisfacción el lenguaje utilizado en las negociaciones de la COP28, que hace hincapié en la importancia de respetar, promover y tener en cuenta las obligaciones en materia de derechos humanos. La inclusión de la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer, la equidad intergeneracional y los derechos de la infancia en los textos del Fondo de Pérdidas y Daños y de la Evaluación Global es un paso adelante fundamental. El reconocimiento del derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible, el derecho a la salud y el derecho al desarrollo también son importantes para avanzar en un enfoque global de la justicia climática intergeneracional.   “La crisis climática es la injusticia global, intergeneracional, de género y social más importante de nuestro tiempo”, continuó Sherwin. “Por lo tanto, es esencial que en las decisiones de la COP28 se refleje un enfoque basado en los derechos. Las consecuencias del cambio climático ya están vulnerando los derechos de las comunidades más marginadas del mundo y magnificando las desigualdades interseccionales de género, especialmente para las niñas y las mujeres jóvenes. Por eso los derechos de las niñas y las mujeres deben estar en el centro de la acción climática”.  La educación ayuda a impulsar la acción por el clima Plan International también acoge con satisfacción los resultados del Objetivo Global de Adaptación sobre el logro de la resiliencia climática con referencia a la producción y el suministro de alimentos resistentes al clima, y contra los impactos en la salud relacionados con el clima. Resulta crítico que el objetivo también anime a las partes a ampliar la educación para apoyar la acción climática. Durante la COP28 también se adoptó una Declaración para una Agenda Común sobre Educación y Cambio Climático, sin embargo, las declaraciones carecen de compromisos hacia la infancia y la atención a las necesidades específicas de las niñas y las mujeres jóvenes, y, lo que es más importante, no se definen los medios de financiación y aplicación.      En palabras de April, una joven delegada de Plan International en la COP28 procedente de Indonesia: “Las niñas están a la vanguardia del movimiento por el clima. Estamos liderando soluciones para concienciar y abordar nuestras necesidades específicas. Me alegra ver que la declaración de la COP28 alienta los esfuerzos de las Partes para ampliar la educación sobre el clima, y para empoderar a las personas, en particular a los niños, niñas y jóvenes, con los conocimientos, habilidades, valores y actitudes necesarios para una acción activa para combatir el cambio climático.  Pero esto no basta por sí solo. Hay que ir más allá.  Hay que dotar de recursos y comprometerse con una educación climática que incluya a las niñas y a las mujeres jóvenes, reconociendo nuestros conocimientos y agenda específica, y abordando las causas profundas de la desigualdad de género”.  Uno de los principales avances de la COP28 es la puesta en marcha del Fondo de Pérdidas y Daños. Los efectos de las pérdidas y los daños causados por el cambio climático ya se dejan sentir cada día, con niños, niñas y jóvenes que se enfrentan a una creciente inseguridad económica, desigualdad, pobreza, hambre, falta de acceso a la educación y a los servicios sanitarios, amenazas a los medios de subsistencia, riesgos de violencia de género y pérdida de seres queridos.  Se necesitan más fondos Esta decisión es crucial para los niños, niñas y jóvenes de hoy, y para las generaciones futuras, ya que se prevé que las repercusiones económicas y sociales de las pérdidas y daños crezcan exponencialmente en las próximas décadas. Y, aunque el anuncio es un gran paso adelante, se necesita una ambición mucho mayor. Las promesas iniciales realizadas en la COP28 ascienden a un total de 770,6 millones de dólares americanos, pero esto está muy lejos del coste estimado de las pérdidas y daños, que se espera que alcance al menos 1 billón de dólares en 2050.      Georgia, una joven australiana delegada de Plan International en la COP28, afirma: “Las pérdidas y los daños no son un problema del futuro. Está ocurriendo ahora. Necesitamos urgentemente que los gobiernos comprometan fondos suficientes para hacer frente a las pérdidas y los daños. La financiación debe ser accesible para las niñas, las mujeres jóvenes y sus familias, que están sufriendo de manera desproporcionada la pérdida de hogares, medios de subsistencia y acceso a la educación y a los servicios sanitarios, así como el aumento de la violencia de género, las enfermedades, el matrimonio infantil, precoz y forzado y los sindicatos y el trabajo de cuidados no remunerado para mujeres y niñas.”  Plan International se compromete a garantizar que las niñas y las mujeres jóvenes, en toda su diversidad, puedan ejercer su derecho a participar de forma significativa en las decisiones, procesos y acciones de política climática que les afectan. Aunque siguen existiendo barreras, en la COP28, los y las jóvenes se movilizaron de forma efectiva para influir en las negociaciones para la acción climática.   Acogemos con satisfacción el importante paso adelante dado en la COP28 al solicitar un diálogo de expertos sobre la infancia y el cambio climático. Farah, de Jordania, afirma: “Los niños, y especialmente las niñas, sufren de forma desproporcionada el impacto de la crisis climática. La acción climática debe responder a nuestras necesidades. Tenemos derecho a participar en las decisiones que nos afectan. Apoyo la petición de la COP28 al Órgano Subsidiario de Ejecución para que, en su sexagésima sesión, celebre un diálogo de expertos sobre la infancia y el cambio climático para debatir los efectos desproporcionados del cambio climático en los niños y niñas y las soluciones políticas pertinentes a este respecto, implicando en este esfuerzo a las entidades pertinentes de las Naciones Unidas, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales. Es fundamental que este diálogo de expertos siga adelante”.  Las niñas son vitales para la toma de decisiones Plan International también acoge con satisfacción la participación de los y las jóvenes en la decisión del Fondo de Pérdidas y Daños, que establece que el fondo organizará foros consultivos para involucrar a las partes interesadas, incluidos los y las jóvenes. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar procesos inclusivos de manera que las niñas y las jóvenes, en toda su diversidad, estén presentes en la toma de decisiones sobre el clima.    “Como joven indígena Puruha de Ecuador, es prometedor ver que el Balance Global (Global Stockage) de la COP28 llama a las Partes a involucrar a los Pueblos Indígenas y a las comunidades locales en sus políticas y acciones climáticas.  Pero los llamamientos no son suficientes. Nuestra participación significativa, que incluya a los niños indígenas, especialmente a las niñas y las mujeres jóvenes, debe contar con recursos suficientes y con compromisos de financiación para el clima”, afirma Nelly, delegada juvenil de Plan International en la COP28.   La COP28 también ofreció un espacio para el tan necesario diálogo sobre la acción integrada humanitaria-climática. El reconocimiento por parte del Balance Global (Global Stockage) de la “alerta temprana para todos” es prometedor.  Destacando la importancia de actuar antes de los desastres climáticos, con el lanzamiento de una nueva carta, Esther, delegada juvenil de Plan International COP28 de Sierra Leona subraya: “Como niñas, no somos víctimas pasivas de la crisis climática.  A través de nuestras redes dirigidas por chicas estamos liderando la acción climática en nuestras comunidades. Pero no podemos hacerlo solas. Nuestras voces y acciones deben estar conectadas a los procesos, sistemas y financiación que permitan una acción temprana eficaz.”   Plan International continuará abogando por la infancia y la juventud, especialmente con las niñas y las mujeres jóvenes, en toda su diversidad, para plantear preocupaciones clave en las negociaciones sobre el clima, presionando para que haya compromisos claros, plazos y financiación accesible. Nos basaremos en los avances logrados en la COP28 y nos aseguraremos de que se traduzcan en acciones climáticas significativas para los niños y niñas del mundo, los más afectados por la crisis

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La juventud refugiada redacta el primer manifiesto en favor de sus derechos que se presenta en el Foro Global de los Refugiados

“Nadie es más experto en cuestiones de refugio que las propias personas refugiadas. Si ignoramos esto, ése es el problema“, asegura Damien, uno de los 17 jóvenes refugiados de todo el mundo que, con el apoyo de la organización de defensa de los derechos de la infancia Plan International, se han reunido para redactar un manifiesto a favor de los derechos de las personas refugiadas. Los y las jóvenes refugiados piden a los líderes mundiales que mejoren su acceso a la educación, la información, los servicios sanitarios, la toma de decisiones y los derechos legales en un contundente manifiesto que se presenta en el Foro Mundial de Refugiados en diciembre, la primera vez que se presenta un manifiesto de este tipo a los gobiernos. “Deseamos que todos los niños y niñas refugiados, independientemente de las razones, como las limitaciones económicas o los problemas de salud, tengan la oportunidad de volver a la escuela“, dice Maher, de 21 años, refugiado de Siria, ahora residente en Jordania. El manifiesto pide a los gobiernos que escuchen las voces de los y las jóvenes refugiados y que colaboren estrechamente con ellos y ellas para apoyar cambios políticos, financiar y poner en marcha programas que ofrezcan un futuro más inclusivo y brillante a toda la juventud refugiada. “Necesitamos un cambio fundamental en la forma en que se apoya y empodera a los y las jóvenes refugiados“, afirma Damien, de 20 años, refugiado de Burundi que vive en el campo de refugiados de Dzaleka, en Malawi, quien afirma que trabajar en el manifiesto ha sido un “faro de esperanza”. “Tenemos que pasar de ser receptores pasivos a participantes activos en nuestros propios destinos”. “Los gobiernos, las organizaciones internacionales, las organizaciones de defensa de los derechos de los refugiados y las ONG tienen que establecer alianzas estratégicas y colaborar estrechamente con los y las jóvenes, para influir en los cambios políticos, conseguir financiación y poner en marcha programas que traigan un futuro más inclusivo y brillante para la juventud refugiada“, continúa Damien. En algunos países, los y las refugiados se ven privados de derechos básicos como la educación, el trabajo, el libre movimiento, la integración plena en la sociedad, etc. a pesar de que estos derechos están legalmente protegidos. “Los gobiernos tienen la llave para establecer leyes y políticas que permitan a los y las refugiados conseguir empleo y mantenerse a sí mismos”, dice Zawadi, de 20 años, refugiado de la RDC que vive en Malawi. “Es su responsabilidad priorizar y asignar recursos para garantizar oportunidades inclusivas y equitativas para todos y todas”. El Foro Mundial sobre Refugiados tendrá lugar el 13 y 15 de diciembre El Manifiesto de la Juventud se presentará a los líderes mundiales en el Foro Mundial sobre Refugiados, que tendrá lugar en Ginebra entre el 13 y el 15 de diciembre de 2023. El evento de la ONU es una oportunidad para que los gobiernos y otros organismos presenten compromisos concretos y ambiciosos para mejorar la vida de las personas refugiadas, en particular de las niñas y las mujeres. El primer GRF tuvo lugar en 2019, un hito en la construcción de la solidaridad con los refugiados del mundo, y los países y comunidades que los acogen. “Exigimos un cambio transformador, en el que todos los y las jóvenes, independientemente de su edad, género u origen, tengan igualdad de acceso a la educación y al empleo”, concluye Zawadi. Descarga aquí el manifiesto

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El Consejo de Seguridad de la ONU debe reunirse de nuevo y aprobar una resolución para un alto el fuego

Siete organizaciones lamentan que se haya desaprovechado la oportunidad de parar la violencia en Gaza. Desde nuestra organización, volvemos a pedir un alto el fuego humanitario y la liberación incondicional de todos los rehenes.  En Plan International estamos consternados porque no haya salido adelante la autorización por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de exigencia de un alto el fuego humanitario y la liberación incondicional de los rehenes en Gaza. Si esta resolución se hubiera implementado, habría proporcionado un respiro muy necesario para los civiles en la Franja.  Llevamos ya dos meses de crisis y asedio en Gaza, el lugar más peligroso del mundo para los civiles a fecha de hoy. No hay lugares seguros. El personal humanitario no puede operar de manera efectiva y segura en las condiciones actuales. Además, el suministro de ayuda está completamente restringido y no llega ni siquiera una milésima de lo que se necesita. La única forma de proteger las vidas de civiles y de proporcionar una asistencia humanitaria adecuada es detener los enfrentamientos.  Las personas no tienen acceso a alimentos y agua. El sistema de atención médica ha colapsado y los ataques a hospitales han dejado a gran parte de la población de Gaza sin acceso a ningún tratamiento. El brote de enfermedades está amenazando aún más vidas. Necesitamos llegar a las personas ahora. Es injustificable que los miembros del Consejo de Seguridad veten una resolución que solicita un alto al fuego en esta situación.   El Secretario General hizo un claro llamado para que los enfrentamientos cesen, invocando el Artículo 99 de la Carta de la ONU por primera vez desde 1989. Los miembros del Consejo no pueden ignorar las condiciones actuales de Gaza. La acción debe estar guiada por el imperativo humanitario urgente de detener los enfrentamientos, en lugar de la política.  Hacemos un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para que se reúna urgentemente y apruebe una resolución que exija un alto el fuego sostenido, que las partes cumplan con sus obligaciones bajo el derecho internacional y que se creen las condiciones necesarias para permitir que la ayuda humanitaria llegue a los y las civiles.  Firmado por,  Acción Contra el Hambre  CARE International  Mercy Corps  Consejo Noruego para Refugiados  Oxfam International  Plan International  Save the Children

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El sufrimiento y las muertes en Gaza deben terminar de inmediato

En Plan International estamos desolados por la vuelta de la violencia a Gaza durante este fin de semana y por el gran número de muertes de niños, niñas y sus familias, asesinados en cuestión de días.  Tras la pausa de los combates de apenas una semana y la liberación de 110 rehenes de Gaza y 240 prisioneros palestinos, las esperanzas de las agencias humanitarias de un alto el fuego permanente y duradero se vieron truncadas cuando los bombardeos de Israel en toda la Franja de Gaza se reanudaron el viernes 1 de diciembre.  Más de 500 civiles -incluidos niños y niñas- han muerto desde que se reanudaron los bombardeos, según el Ministerio de Sanidad palestino. De los muertos, el 70% eran mujeres y niños. Y según la ONU, más de 1,9 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en Gaza.  Esta súbita escalada de violencia revierte los escasos logros conseguidos en materia de ayuda humanitaria durante la pausa. El devastador número de muertes, la destrucción total de las instalaciones sanitarias y la falta de saneamiento básico y agua potable, así como de otras infraestructuras y materiales que salvan y mantienen la vida, conllevan un grave riesgo de que más niños y niñas mueran de enfermedad e inanición. Los bombardeos continuados están causando a la infancia una angustia emocional y un trauma que no se pueden explicar con palabras.  Con la ampliación por parte de Israel de sus operaciones militares terrestres en el sur de la Franja de Gaza el domingo, millones de personas que antes habían huido del norte se han quedado sin ningún lugar adonde ir. El sistema sanitario de Gaza se ha colapsado y el personal de UNICEF ha descrito los pocos hospitales que siguen funcionando como “zonas de guerra”.  Nunca hay justificación para matar o herir niños y niñas. En la guerra y en los conflictos, la infancia es siempre inocente y no deben ser un objetivo. El horror y el trauma al que se enfrentan los niños y niñas en Gaza en estos momentos es indescriptible e inconcebible.  Aunque se está proporcionando una ayuda humanitaria limitada, la intensificación de la violencia hace que la situación en Gaza sea inmensamente peligrosa tanto para los trabajadores humanitarios como para los civiles.  Plan International está siguiendo de cerca la situación en Gaza y se está preparando para ampliar las operaciones a través de nuestras oficinas en Egipto, Jordania y Líbano y a través de socios locales. Plan International Egipto está apoyando a la Media Luna Roja Egipcia en la entrega de suministros, incluyendo alimentos y kits de primeros auxilios a través del paso fronterizo de Rafah, mientras que Plan International Jordania ha firmado un MoU con Terre Des Hommes para apoyar su trabajo en Gaza.   En el sur del Líbano, donde las tensiones transfronterizas han provocado un desplazamiento interno generalizado, Plan International Líbano está proporcionando ayuda a los niños y niñas desplazados y a sus familias, entre las que se incluyen artículos no alimentarios, alimentos y kits de higiene doméstica.  Se acercan los dos meses de esta terrible escalada de violencia y Plan International sigue pidiendo a todas las partes implicadas un alto el fuego incondicional, inmediato, sostenido y completo, así como la mejora del acceso humanitario. También pedimos la liberación de todos los rehenes civiles y de los niños y niñas palestinos retenidos como

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Compromisos prometedores para la infancia, la juventud y la justicia climática en la COP28

Acogemos con satisfacción los primeros pasos dados por 23 países en la movilización de más de 655 millones de dólares para el Fondo de Pérdidas y Daños.  Plan International acoge con satisfacción los primeros pasos dados por 23 países en la movilización de más de 655 millones de dólares para el Fondo de Pérdidas y Daños. Esta financiación es crucial y representa un paso adelante para hacer frente a los retos urgentes que plantea el cambio climático, pero aún queda mucho por hacer. Lo que está en juego es especialmente importante para los niños, niñas y jóvenes de los países de bajos ingresos, los más afectados por la crisis climática.   La COP28 marca un cambio significativo en el enfoque de políticas hacia la infancia y la juventud, un compromiso que quedará consagrado en las decisiones finales de esta Cumbre. Las promesas financieras sin precedentes, incluido el lanzamiento por parte de los EAU de un fondo de 30.000 millones de dólares para la acción climática, ponen de manifiesto una mayor implicación mundial para hacer frente a la crisis climática tanto con políticas como con financiación.    “La COP28, es un hito crucial para la respuesta mundial contra el cambio climático. Los grandes compromisos y el lanzamiento de fondos significativos muestran que el mundo está dándose cuenta de la necesidad urgente de abordar los problemas climáticos. No nos limitamos a hacer políticas; estamos sentando las bases para un mundo en el que todos los niños y niñas puedan prosperar. Nuestra estrategia y nuestro compromiso son los que nos hacen seguir avanzando, sabiendo que las decisiones que tomemos hoy afectarán a las generaciones venideras”, afirma Kathleen Sherwin, Directora de Estrategia y Compromiso de Plan International.   A la luz de este compromiso, es fundamental que estos fondos lleguen rápidamente a las comunidades que se encuentran en primera línea de la crisis climática. Es imperativo dar prioridad a los derechos de la infancia y la juventud en la asignación y aplicación de estos recursos.    El nuevo informe de Plan International, “Loss and Damage Finance for Children”, reclama un enfoque centrado en la infancia para abordar los retos relacionados con el clima. Subraya que los niños, niñas y sus derechos se pasan por alto en los debates políticos y en la asignación de financiación para el clima. Cuando se reconoce a la infancia, a menudo se la percibe únicamente como víctima vulnerable en lugar de reconocerla como agente proactivo del cambio.   Esther, una joven delegada de Plan International que ha pronunciado un discurso en un evento de alto nivel en la COP28, añade: “El cambio climático ha tenido un profundo impacto en mi vida. Las inundaciones recurrentes se convirtieron en norma, alterando no sólo las rutinas, sino también mis sueños de futuro. Los amigos y amigas con los que iba a la escuela, cuya educación se vio interrumpida por la crisis, reflejaban la dura realidad a la que se enfrentaban muchos en mi comunidad. No podía quedarme de espectadora, decidí ser una catalizadora del cambio. Apoyo a otras niñas y mujeres jóvenes para que alcen su voz sobre la crisis climática y lideren acciones en sus comunidades”.    Plan International también considera fundamental integrar la igualdad de género en la acción por el clima. Al tiempo que recibimos con satisfacción la movilización de fondos, pedimos un enfoque que tenga en cuenta las cuestiones de género para garantizar que se aborda adecuadamente el impacto sobre las mujeres y las niñas. No hay tiempo que perder. En la segunda semana, la COP28 debe cumplir con los Derechos del Niño, la Igualdad de Género y la Acción Climática. Nuestros esfuerzos colectivos deben traducirse en acciones concretas para los y las más

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Plan International alerta del grave impacto de la crisis climática en la educación de las niñas en todo el mundo

Un nuevo informe de Plan International muestra cómo los fenómenos meteorológicos extremos, los daños en las infraestructuras escolares y las rutas intransitables para llegar a los colegios debido a los impactos de la crisis climática dificultan cada vez más el acceso de las niñas a una educación de calidad en África Occidental, América del Sur y Central y el Caribe y el Sudeste Asiático.  Estas alteraciones no solo ponen en peligro el acceso inmediato de las niñas a la educación, también tienen consecuencias de largo alcance y a largo plazo, como el aumento de otras formas de violencia y violaciones de sus derechos, tales como el matrimonio infantil, la violencia sexual y por razón de género, y los embarazos precoces.   El informe “Real Choices, Real Lives. Cambio climático y educación de las niñas: barreras, normas de género y caminos hacia la resiliencia” muestra las nefastas consecuencias de la crisis climática en la educación a través de las experiencias de 78 niñas que participan en proyectos de Plan International en ocho países: Benín, Togo, Brasil, República Dominicana, El Salvador, Camboya, Filipinas y Vietnam.  “Las voces de las niñas sobre sus experiencias con el cambio climático son vitales para entender cómo su educación se ve amenazada. Este informe aboga por garantizar que las voces y realidades de las niñas se incluyan de forma significativa en cualquier acción contra el cambio climático. Al soportar la mayor parte de las pérdidas y daños causados por el cambio climático, las niñas están en una posición única para desempeñar un papel clave en un mundo resiliente al clima y con justicia de género. Es necesario garantizar la formación de verdaderas activistas y para ello es clave la inversión en educación. Los países en los que las niñas no completan la educación secundaria son un 200% más vulnerables a las pérdidas consecuencia de los desastres climáticos“, ha asegurado Concha López, directora general de Plan International España.  Debido a las normas de género imperantes y a la pobreza, las niñas se ven obligadas a asumir responsabilidades domésticas y/ o a buscar trabajo fuera de casa, lo que las lleva a abandonar su educación. Esta situación se acentúa más todavía en las regiones vulnerables a la crisis climática, ya que se intensifican las normas de género, provocando un aumento de las responsabilidades domésticas, una reducción del tiempo de estudio y un aumento de las cargas financieras, lo que dificulta tanto a las niñas como a sus padres poder costearse la educación.  “Hay niños y niñas que, a veces, tienen que cruzar ríos para llegar al colegio. Cuando el río está desbordado no pueden cruzar por culpa de la corriente”, cuenta Stephany, una chica de 17 años de El Salvador, un país vulnerable a los impactos climáticos.  Reyna, una joven filipina de 16 años, añade: “Como joven agricultora, sé lo que es que se pierdan nuestras cosechas. He tenido que faltar a clase y a veces no puedo comer porque nuestros productos se echan a perder debido al mal tiempo“.  El cambio climático provocará cada año el fin de la escolarización de 12 millones de niñas Con motivo de la 28ª Conferencia de las Partes (COP28), que se celebra del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en Dubái, Plan International hace un llamamiento urgente a gobiernos, donantes y sociedad civil para que apoyen la educación de las niñas en respuesta a la crisis climática.  Este llamamiento a la acción se ve respaldado por la estimación del Fondo Malala, que advierte de que el cambio climático provocará que al menos 12,5 millones de niñas abandonen la escuela cada año. Entre las principales recomendaciones del informe figuran:  Garantizar escuelas más seguras: colaborar en escuelas resilientes y rutas seguras, garantizando planes de resiliencia climática en la educación para minimizar las interrupciones.  Modernizar la educación climática: implantar un plan de estudios sobre el clima que transforme la perspectiva de género y una formación integral del profesorado para ayudar a las niñas a convertirse en líderes climáticas.  Incluir a las niñas en la toma de decisiones: garantizar que sus voces sean escuchadas en el desarrollo de políticas, especialmente para la continuidad de la educación.  Financiar la educación climática de las niñas: aumentar la financiación de la educación climática transformadora del género y dar prioridad a la reconstrucción de infraestructuras escolares resilientes.  Activismo y participación juvenil    Jordi, joven de 18 años participante de Youth for Change, el comité juvenil de Plan International en España, ha participado junto a 227 jóvenes de 89 países en la redacción de un manifiesto global por la educación climática de calidad, en el marco de la cumbre simulada de ministros de educación Mock EMS. La juventud denuncia que, en la actualidad, la educación formal no prepara a los estudiantes para afrontar los efectos de la crisis climática ni les enseña las soluciones. En este sentido, hacen un llamamiento a los ministros de sus países para integrar los objetivos de resiliencia del sector educativo en las políticas nacionales de adaptación, priorizar las estrategias educativas para la mitigación y la transición justa, y mayor inversión en educación climática.  Es esencial que las voces de los y las jóvenes se escuchen, y sus aportaciones sean tenidas en cuenta en los espacios de toma de decisiones, y por ese motivo Plan International apoya a una delegación de jóvenes activistas de Sierra Leona, Jordania, Australia, Ecuador, Indonesia y Uganda que viven en primera persona los impactos de esta crisis y participarán en la COP28 para trasladar sus peticiones y reclamar su papel clave para un mundo resiliente y con justicia de género.    La financiación es clave para alcanzar los objetivos contra el cambio climático Los compromisos de financiación para hacer frente al cambio climático no benefician a los niños y niñas, a pesar de ser los más afectados por la crisis climática. Según el informe de la coalición Iniciativa por los Derechos Medioambientales de la Infancia (CERI), de la que forma parte Plan International, ‘Nos quedamos cortos: abordar el déficit de financiación de la lucha contra el cambio climático en favor de la infancia’, solo el 2,4% de los principales fondos mundiales para el clima pueden clasificarse como actividades de respuesta y apoyo a la infancia.  Esta financiación es clave si se quiere alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC y, así, proteger a las comunidades de los impactos del cambio climático, pero los compromisos mundiales de financiación climática siguen sin cumplirse y son, lamentablemente, insuficientes. La inversión urgente y efectiva es especialmente crítica para los más de mil millones de niños y niñas en riesgo de sufrir los impactos a corto y largo plazo del cambio

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La infancia de Gaza no puede esperar más a un alto el fuego

Desde el 7 de octubre, 11.078 personas, entre ellas más de 4.600 niños y niñas, han muerto en Gaza. Ningún conflicto debería llegar nunca a esta escalada de violencia. Desde Plan International exigimos un alto el fuego completo e incondicional de inmediato y condenamos la muerte de civiles, especialmente de niños y niñas.  La violencia en la que Gaza sigue viviendo es devastadora: los niños y niñas gazatíes sufren los traumas que supone vivir en medio de una guerra y necesitan apoyo psicosocial de forma urgente. Las condiciones de vida y la seguridad general, tanto de la infancia como de los civiles, se deteriora día a día. Además, las infraestructuras hospitalarias están sufriendo daños o han dejado de funcionar como es el caso del hospital Al-Shifa, el mayor complejo médico de Gaza, donde los pacientes y el personal sanitario se encuentran encerrados sin poder salir.  Los ataques contra hospitales de toda Gaza deben parar y, además, debe permitirse que llegue a ellos el combustible que necesitan para alimentar sus generadores. Actualmente, en el hospital Al-Shifa, 36 bebés prematuros necesitan cuidados intensivos; sin acceso a incubadoras, es poco probable que sobrevivan.  Los hospitales deberían ser un lugar donde se salvan vidas y, sin embargo, nos llega información de que el personal sanitario está preparando un entierro masivo en el recinto del hospital para enterrar 180 cadáveres de pacientes que no pueden ser trasladados debido a los combates.    Instamos a todas las partes implicadas en el conflicto a que respeten estrictamente el derecho internacional humanitario y esto implica: no atacar establecimientos y unidades sanitarias, incluidos los hospitales, y a las personas heridas y enfermas, así como al personal médico y los medios de transporte.   El 50% de los hospitales está sin funcionar en Gaza La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que hay 27.490 heridos en Gaza, 9.137 de los cuales son niños y niñas, sin embargo, el 50% de los hospitales no pueden funcionar adecuadamente, lo que alerta de una catástrofe de salud pública inminente.  La OMS también afirma que en Gaza hay 35.000 personas con enfermedades no transmisibles, como diabetes, cardiopatías y cáncer, que necesitan tratamiento. Sin combustible para bombear las aguas residuales y eliminar los residuos, el cólera y otras enfermedades transmisibles se propagarán con facilidad y es probable que más personas enfermen y mueran.  Desde el 16 de noviembre, los informes del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) indican que las aguas residuales han empezado a fluir por las calles de Gaza.  Los trabajadores y trabajadoras humanitarios nunca deben ser un objetivo El OOPS también ha informado de que más de 101 de sus empleados han muerto en Gaza desde el 7 de octubre de 2023, el mayor número de trabajadores humanitarios que han perdido en tan poco tiempo. Los niños y niñas, los hospitales, los profesionales médicos y los trabajadores humanitarios deben ser protegidos.    Plan International sigue exigiendo la liberación inmediata de los rehenes: según las autoridades israelíes, más de 239 personas permanecen cautivas en Gaza y, según la ONU, al menos 30 de los cautivos son menores de edad. Es probable que estos niños y niñas, de los que no se sabe nada desde hace más de un mes, estén sufriendo enormes traumas y necesiten atención y apoyo emocional.   En Gaza hay 1,5 millones de personas desplazadas y 588.000 buscan refugio en zonas habilitadas por la UNRWA donde, de media, cada retrete es compartido por 160 personas y cada ducha por 700 personas. Estas condiciones son inseguras e insuficientes – el primer paso para salvar vidas y proporcionar apoyo crítico a los niños, niñas y sus familias es un alto el fuego inmediato y completo ahora.    El combustible necesario para las operaciones humanitarias Acogemos con satisfacción la adopción de la esperada Resolución 2712 del Consejo de Seguridad de la ONU que, en parte, recuerda a todas las partes sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, y pide “pausas humanitarias urgentes y prolongadas”. Es un primer paso crucial para proteger y apoyar mejor a los civiles de Gaza, pero ahora debe convertirse en realidad. Las partes en conflicto y todos los Estados miembros de la ONU tienen el deber de cumplirlo.   Debe permitirse la entrada de combustible en Gaza inmediatamente: las organizaciones humanitarias y los civiles de Gaza no pueden esperar más. La UNRWA ha anunciado que las operaciones humanitarias se detendrán de forma inminente si no puede entrar combustible.  Los niños y niñas son inocentes y siempre pagan el precio más alto de la guerra. Estamos desolados por los ataques contra hospitales, escuelas y campos de refugiados de Gaza, y por el absoluto desprecio de las obligaciones del derecho internacional humanitario. Esto tiene que acabar.

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La Campaña Mundial por la Educación alerta de que la ayuda española destinada a educación ha alcanzado su nivel más bajo en 20 años

Con motivo del vigésimo aniversario de la Campaña Mundial por la Educación (CME) en España, la coalición española liderada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International, ha celebrado en Madrid un evento especial, donde ha reivindicado la necesidad de disponer de una adecuada financiación para afrontar los retos actuales y futuros de la educación en el mundo. En la jornada, la CME se ha rodeado de personalidades relevantes de diferentes instituciones internacionales y nacionales, así como de voces expertas y jóvenes activistas para abordar desde diferentes perspectivas la actual crisis financiera educativa mundial. Un diálogo que también ha permitido profundizar en las consecuencias que tiene este déficit financiero en el cumplimiento de la Agenda 2030 y en la consolidación de los sistemas educativos públicos de muchos países del mundo. La plataforma de la sociedad civil, que moviliza cada año a la ciudadanía por el derecho a la educación, ha insistido, en palabras de Pilar Orenes, directora de Educo, que “aunque somos conscientes de que los desafíos en materia educativa son grandes, es necesario un mayor compromiso por parte de la comunidad de donantes. Porque la educación de calidad, equitativa e inclusiva cura y salva vidas, y debe ser una prioridad urgente”. Una postura que es avalada por la UNESCO o el Banco Mundial que alertan sobre un preocupante retroceso y estancamiento de cada una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 4. “Necesitamos la implicación de todos los actores, la administración central, pero también la autonómica, la local, las empresas, la sociedad civil. Las alianzas son clave”, ha completado. Esta valoración coincide con la actualización de los datos sobre financiación internacional en materia educativa que ha presentado la CME en el evento. Un análisis que muestra cómo, mientras la ayuda destinada a salud se disparó por la irrupción de la Covid-19, la AOD para educación retrocedió de 2020 a 2021 un 7%, llegando a significar solamente el 9,8% del total, su punto más bajo desde 2015. Una falta de priorización en los presupuestos nacionales que, según la UNESCO, se traduce en un déficit mundial de financiación educativa de más de 100.000 millones de dólares. En el caso de España, la CME ha señalado que la cooperación en este país necesita redoblar esfuerzos y tener una financiación más robusta para contribuir de una manera más decidida a la ampliación del derecho a la educación en el mundo. Un objetivo, que choca con los últimos datos recogidos por la Campaña, que indican cómo la ayuda española destinada a educación retrocedió en 2021 a su valor más bajo en 20 años, llegando a significar solamente el 7,4% del total. Sobre el papel y el peso que tiene la educación dentro de la cooperación española, el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) reconoció durante su intervención que “financiar la educación es clave en un contexto donde las necesidades no dejan de crecer, por el impacto de múltiples conflictos y el cambio climático. Por solidaridad, pero también por responsabilidad en un mundo interconectado”. “La  educación es un derecho humano que hay que proteger incluso en las situaciones más complejas. La nueva Ley de Cooperación sitúa a España en la vanguardia porque defiende el valor intrínseco de la educación, la importancia de garantizar incluso en situaciones de emergencia y la construcción de una ciudadanía global, justamente ahora que se está cuestionando. Como muestra de nuestro compromiso, desde AECID vamos a dedicar 50 millones de euros al ODS4, al ámbito educativo, lo que significa un 10% del presupuesto total, ha añadido. 20 años de la CME en España La Campaña Mundial por la Educación surgió en España en 2003, cuatro años después de su creación en el Foro Mundial por la Educación de Dakar. Durante estos 20 años, la coalición española liderada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International y formada por ONG, sindicatos del entorno educativo, centros escolares y movimientos sociales se ha constituido como una plataforma desde la cual unificar, coordinar y movilizar a la sociedad civil para reclamar una educación de calidad en todo el mundo. Durante estos años, más de 1.000 centros educativos se han visto implicados en sus distintas acciones y más de 50.000 jóvenes han participado en alguna de sus actividades. Sin embargo, a pesar de esta voluntad, desde la CME recalcan que si bien los avances se han producido, lo han hecho muy lentamente y no siempre se han mantenido. Aún así, año tras año, jóvenes, educadores y entidades han exigido a las autoridades un mayor compromiso con la educación de calidad, llegando en numerosas ocasiones a acudir al Congreso de los Diputados, al Senado y a diferentes ayuntamientos para entregar sus demandas en mano. La incidencia política junto a la movilización y la sensibilización han sido los tres principales canales desde donde se ha venido realizando el trabajo de la campaña que siempre ha buscado convertir a la ciudadanía en portavoces y activistas por el derecho a la educación. Un objetivo que, en palabras de Pilar Orenes, “a pesar de las dificultades y los cambios que hemos encontrado durante el camino, hoy más que nunca merece la pena

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Gaza e Israel: Un alto el fuego es el primer paso para que los niños y niñas tengan una nueva oportunidad

Unni Krishnan, director de ayuda humanitaria de Plan International Una de las ironías más crueles de la guerra es que nunca la inician los niños y las niñas y, sin embargo, son quienes más sufren sus consecuencias. Cuando políticos, ejércitos y grupos armados elaboran sus planes de batalla, la infancia nunca figura en ellos; sin embargo, es la que acaba soportando un mayor sufrimiento. En todo el mundo, las guerras matan, mutilan, maltratan, aterrorizan y reclutan a miles de niños y niñas, cada uno tiene un nombre, unos amigos y amigas y una familia. Algunos de los rostros con los que me he cruzado como trabajador humanitario nunca se borran. Lamia, de 10 años, a quien conocí en un hospital de Bagdad hace 20, tenía pesadillas de ataques con misiles. A Manzoor, afgano de 14 años, le encantaba el fútbol, pero no podía jugar porque perdió las piernas tras pisar una mina terrestre. Su madre describe la guerra como un funeral a cámara lenta. El sufrimiento que pueden soportar los cuerpos y las mentes de los y las jóvenes tiene un límite. Aun así, vemos a recién nacidos en incubadoras mientras los misiles pasan silbando por encima de sus cabezas. En las guerras, los sueños de la infancia desaparecen, pero sus pesadillas y su sufrimiento permanecen para siempre, en especial los de niñas y mujeres jóvenes. El conflicto de Gaza ha matado a más de 3.900 niños y niñas en solo cuatro semanas. Según la ONU, en Gaza hay otros 1.250 niños y niñas desaparecidos, la mayoría presuntamente atrapados bajo los escombros. Durante el ataque a Israel del 7 de octubre, un grupo armado palestino mató a 30 niños y niñas y tomó a 37 como rehenes. No hay palabras que puedan ilustrar realmente el sufrimiento por el que pasa un o una joven rehén. Su liberación urgente e incondicional debe ser una prioridad, al igual que la liberación de los 500 a 1.000 niños y niñas que, según cálculos de la ONU, permanecen bajo detención militar israelí cada año. Toda la infancia, sin importar de dónde sea, tiene los mismos derechos. El creciente número de víctimas infantiles debería ser una llamada de atención a la sociedad. Hay que poner fin a las seis graves violaciones contra los niños y niñas en todas las zonas de guerra: reclutamiento por fuerzas y grupos armados, asesinatos y mutilaciones, secuestros, violaciones y violencia sexual, ataques a escuelas y hospitales, y denegación de acceso a la ayuda humanitaria. En cualquier conflicto, todas las partes deben respetar el derecho internacional humanitario. La guerra reconfigura vidas y paisajes, convirtiendo guarderías y vecindarios en campos de exterminio y cementerios colectivos, bajo los que quedan enterrados niños y niñas inocentes y, junto a ellos, sus sueños. La ONU afirma que los ataques israelíes alcanzaron escuelas en Gaza mientras niños, niñas y sus familias se encontraban en ellas, y que 258 edificios escolares han sufrido daños. Esto tendrá un impacto catastrófico en la educación y en el futuro de la infancia. Omsiyat, una niña de 12 años residente en Gaza me hizo una pregunta cuando la conocí allí en 2009: ¿por qué se hace sufrir a los niños y a las niñas en las guerras? Sin embargo, también había una pizca de esperanza al ver a Omsiyat y a sus jóvenes amigos y amigas recoger libros quemados y carteles de la paz de entre los escombros de su escuela calcinada. A otra niña se le dibujó una sonrisa en la cara cuando vio un cartel muy colorido que había dibujado. Me dijo que estaba contenta de haberlo recuperado, triste porque las bombas habían quemado parte de él. Los primeros pasos para detener una guerra son la compasión por los niños, niñas y todos los seres humanos, y hablar sobre el alto el fuego, la paz y la justicia. Para los niños y niñas, detener la guerra significa evitar que los maten, o que mueran por deshidratación o falta de atención médica. Un alto el fuego significa proporcionar a los niños y niñas heridos de guerra y desplazados agua potable, alimentos, asistencia humanitaria vital, atención emocional y, con ello, dignidad para todas las personas. En Gaza e Israel, un alto el fuego incondicional y urgente es la única forma de dar una oportunidad a la infancia y, por tanto, a toda la

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Los campos de refugiados deberían ser un espacio seguro, no un objetivo

Estamos desolados por la noticia de un bombardeo en el campamento de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, la pasada noche. Como consecuencia han muerto 50 personas y cientos han resultado heridas. Los campamentos de refugiados deberían ser un lugar seguro y los civiles, especialmente los niños y niñas, deben ser protegidos. Tras 26 días de conflicto, más de 8.500 personas han perdido la vida, de las cuales 3.450 son menores de edad, según el Ministerio de Salud Palestino. En Israel, 1.400 personas han muerto y más de 200 han sido secuestradas como rehenes. Los sistemas de comunicación no funcionan, las familias, que están enfrentándose a grandes traumas, no se pueden poner en contacto, tampoco pueden hacerlo los equipos de respuesta de emergencia. Los últimos informes señalan que las conexiones a internet y las líneas telefónicas se han cortado por segunda vez en una semana, lo que empeora mucho la ya difícil situación. La Organización de Naciones Unidas ha descrito a Gaza como un “Cementerio para miles de niños y niñas” – no podemos ser testigos de esto por más tiempo y seguimos exigiendo un alto el fuego

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