Plan International está distribuyendo kits escolares para los niños y niñas apadrinados de 5 a 17 años, que incluyen libros de texto, libros de dibujo, papel, pinturas, lápices, plastilina, libros, goma de borrar, sacapuntas y pegamento.
El cierre de las escuelas en Indonesia para tratar de frenar la propagación del coronavirus ha afectado gravemente la educación de los niños y las niñas del país. Ahora que siguen las clases y aprenden desde sus casas, ya no son solamente los y las estudiantes quienes están descubriendo nuevos métodos de trabajo, sino también sus padres y madres, que se han convertido en cuidadores y profesores de sus hijos e hijas.
Para los padres y madres que viven en zonas remotas como la isla de Lembata, la mayor isla del archipiélago de Solor, las dificultades de conexión impiden el acceso a tecnologías digitales para el aprendizaje desde casa de sus hijos e hijas. Las mujeres, en particular, tienen más probabilidades de quedarse excluidas digitalmente ya que tienen menos posibilidades que los hombres de acceder a Internet.
Como la escuela de su hijo está cerrada desde marzo, Yasinta, de 40 años, ha tenido que convertir su casa en un aula en la que su hijo siga estudiando. “Intento darle clases particulares y contribuir como puedo”, dice. “Estoy enseñando a un niño de guardería, que debería estar en primero este año. No tengo una preparación académica, pero hago todo lo posible para ayudar a mi hijo”.
Yasinta sabía que iba a ser difícil, pero creía que tanto. Ahora que se ha puesto en sus zapatos, elogia a los profesores porque dice que lo hacen parecer fácil. “Es muy difícil ser docente, tienen mucha paciencia. Como madre, siempre pienso que no lo hago bien. Tengo que volver a aprender a tener paciencia con mi propio hijo. Sé que estar en la guardería es agotador”.
Esta madre ha recibido el apoyo de Plan International, que le ha proporcionado libros de texto para ayudarle a dar clases a su hijo. Además, se está valiendo de su propia experiencia como estudiante. Cuenta que algunas cosas le resultan más fáciles que otras, aunque lo que pensaba que sería más sencillo es lo que le está resultando más complicado, como enseñar a su hijo a escribir.
“Uno de los mayores desafíos es que no tengo formación académica ni libros de texto para dar clases a mi hijo”, explica Yasinta, quien dice estar “sorprendida” por todo lo que su hijo ya sabe: desde ser capaz de leer frases completas, hasta poder deletrear y escribir su nombre completo. “Son cosas que yo recuerdo haber aprendido en la escuela. La guardería servía para aprender las letras, los números y los colores”.
No tengo una preparación académica, pero hago todo lo posible para ayudar a mi hijo
Yasinta, sin embargo, no tiene miedo de pedir ayuda. Regularmente acude al staff de Plan International y a otras madres de su pueblo, muchas de las cuales comparten el mismo sentimiento de frustración. “El personal de Plan International, otras madres y mi familia me ayudan, porque sé que, al final del día, las madres como yo también necesitan a alguien con quien hablar”.
Uno de los mejores consejos que ha recibido en este tiempo, ha sido el de crear una rutina para su hijo, por lo que ha establecido un programa diario que incluye un horario para despertarse, vestirse, desayunar, aprender el abecedario, los números, los colores y algo de deporte por la mañana.
“Es todo un reto pasar largas horas dando clases particulares. Muchas veces tengo que acortar nuestras sesiones, porque también tengo que hacer las tareas domésticas. A veces siento que tengo lo peor de ambos mundos. Estoy ocupada haciendo las tareas de la casa y cuidando de la familia, pero también me encargo de la educación de mi hijo, que aún no está matriculado en la escuela primaria”, explica.
Yasinta dice que todas las madres deben apoyarse mutuamente porque sólo ellas entienden la situación que están atravesando. “Algunas madres dicen que no creen que puedan hacerlo más, pero no es algo que pueda abandonar”, dice. “Si dejo de hacerlo, le estaré fallando a mi hijo”.
Para responder a las dificultades a las que se están enfrentando los niños, niñas y sus padres a la hora de aprender y enseñar a sus hijos desde casa durante la crisis de la COVID-19, Plan International está distribuyendo kits escolares para los niños y niñas apadrinados de 5 a 17 años, que incluyen libros de texto, libros de dibujo, papel, pinturas, lápices, plastilina, libros, goma de borrar, sacapuntas y pegamento.
El kit también incluye contenidos didácticos sobre cómo prevenir la COVID-19, mensajes sobre la importancia de la educación para los niños y niñas, así como libros sobre cómo fortalecer las relaciones entre los niños, niñas y las comunidades durante la pandemia y ayudar a fomentar la capacidad de recuperación de la infancia a través de mecanismos para hacer frente a esta situación.
Los kits escolares han sido diseñados específicamente para usarse como herramientas de aprendizaje alternativas para los niños y niñas que no tienen acceso a Internet. A través de estas ayudas para que los niños y niñas puedan continuar con sus estudios, esperamos que, cuando reabran las escuelas, estén preparados para volver a clase y se reduzca el número de estudiantes que abandonan la educación.