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Niñas y adolescentes, las más afectadas por las crisis del hambre: comen menos y en último lugar
La combinación de los efectos devastadores del cambio climático, los conflictos y las crisis macroeconómicas derivadas de la pandemia, han desembocado en una crisis alimentaria global que afecta ya a 345 millones de personas de 82 países y ha llevado al borde de la inanición a 50 millones. En el Día Internacional del Hambre, Plan International quiere señalar que son las niñas y adolescentes las más afectadas por la actual crisis alimentaria, estando en grave riesgo de sufrir formas de violencia como matrimonios infantiles, explotación o violencia sexual, según recoge el informe de la organización “Más allá del hambre: impactos de género en la crisis alimentaria”. “El hambre no es solo una cuestión de falta de alimentos, tiene otras muchas caras que afectan, sobre todo, a niñas y mujeres. En Plan International trabajamos en estrecha colaboración junto a comunidades, gobiernos y organizaciones locales para implementar programas integrales que fortalezcan la seguridad alimentaria y nutricional”, asegura Concha López, directora general de Plan International. Según el informe son las niñas y las mujeres las que suelen comer menos, después de los niños y los hombres del mismo hogar, y en muchas ocasiones alimentos menos nutritivos, lo que tiene profundas consecuencias para su salud y desarrollo. Las niñas y adolescentes también sufren violencia sexual y física cuando van a buscar agua potable, para lo que a menudo recorren entre 15 y 25 km, incluso de noche para evitar las aglomeraciones en los puntos de suministro. En Kenia y Somalia, las niñas y mujeres participantes en los grupos focales explicaron que se mueven en grupo para recolectar agua y leña con el objetivo de mitigar el riesgo y, en Somalia, algunos hogares declararon preferir cocinar con carbón en lugar de leña para reducir el riesgo de violencia sexual en los trayectos de búsqueda. “En el camino del colegio a casa me suelo sentir enferma, débil y al borde del colapso porque tengo mucha hambre. Cuando llego a casa, a veces encuentro comida y a veces no”, asegura Lettycia, una niña haitiana de 10 años, a Plan International. La actuación de Plan International ante la crisis de hambre Plan International lleva a cabo programas en todo el mundo para paliar los efectos de esta crisis alimentaria. Concretamente en Somalia y Etiopía, dos de los países más afectados, la organización trabaja en un proyecto enfocado en la población desplazada a causa de la sequía, especialmente en la prevención y respuesta ante los riesgos de protección infantil y violencia de género. En la actualidad, la organización también proporciona ayuda vital en Kenia, Sudán del Sur, Malí, Níger, Burkina Faso y Haití, que incluye ayuda en efectivo para la compra de productos básicos, alimentos de emergencia, suministro de agua y comidas escolares. La organización humanitaria y de defensa de los derechos de la infancia también pide que se destinen fondos a programas de protección infantil, violencia de género, nutrición, salud mental y apoyo psicosocial, salud y derechos sexuales y reproductivos, y educación. Esto incluye la financiación de programas críticos de comedores escolares y el apoyo a respuestas dirigidas a nivel local siempre que sea

Una de cada cinco niñas y mujeres en todo el mundo no tienen acceso a productos menstruales ni instalaciones sanitarias adecuadas
En muchos lugares del mundo, niñas y mujeres siguen enfrentándose a numerosas barreras simplemente por el hecho de menstruar. La falta de acceso a productos e instalaciones sanitarias adecuadas, unido a los mitos y tabúes que rodean a la menstruación, tienen un impacto muy grave en la salud, educación y bienestar de miles de niñas y mujeres. En el Día Internacional de la Higiene Menstrual que se celebra el próximo 28 de mayo, Plan International reclama el derecho a una menstruación digna y segura. La organización lleva años trabajando con niñas, niños, mujeres, hombres, escuelas, padres, líderes locales, gobiernos, etc. para garantizar el acceso a información, a instalaciones sanitarias adaptadas y a productos de higiene menstrual. La regla, un tema tabú Unos 300 millones de niñas y mujeres tienen la regla cada día, sin embargo, este proceso natural sigue siendo un tema tabú en muchas comunidades: está prohibido visitar lugares de culto, comer ciertos alimentos o cocinar si se está menstruando. Tampoco está permitido bañarse, hacer tareas del hogar o interactuar con niños y hombres. “Tuve mi primera menstruación a los diez años y no sabía qué era. Mis padres me mandaron a vivir a una cabaña a cinco minutos de mi casa. Me dieron trozos de un antiguo sari de mi madre para que lo usara, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo, así que me quedé manchada de sangre”, cuenta a Plan International Swastika, una joven nepalí de 18 años. Según la investigación ‘A Bloody Serious Matter’ de Plan International, en Uganda e Indonesia la mitad de las adolescentes no van a la escuela cuando están menstruando, perdiendo hasta 24 días de escuela al año. Las razones de esto varían: hay niñas a las que no se les permite salir de casa, los colegios no tienen lugares limpios ni privados donde puedan cambiarse y la mayoría, no tienen productos sanitarios. Muchas se ven obligadas a utilizar productos antihigiénicos como periódicos viejos, trapos, tierra, arena u hojas, algo que les puede provocar graves infecciones. En los países de bajos ingresos, los productos sanitarios se consideran “artículos de lujo”. En El Salvador, un paquete de 10 compresas cuesta 3 dólares, lo mismo que un kilo de arroz. La menstruación no para en emergencias Estos retos se multiplican durante las emergencias, ya que el acceso a productos sanitarios, instalaciones de aseo se vuelve aún más limitado. Según la experiencia de Plan International, en estas situaciones de conflicto o caos la salud menstrual está cayendo aún más en la lista de prioridades. Por ejemplo, en Haití, el hambre generalizada y la escalada de la violencia de las bandas están teniendo efectos devastadores en las niñas, que a menudo se enfrentan a peligrosos desplazamientos para acceder a agua limpia para controlar sus periodos, además de la falta de ingresos familiares para comprar suministros de salud menstrual. La menstruación no solo limita a niñas y mujeres de países de bajos recursos; en los Países Bajos, Bélgica y el Reino Unido, entre otros, hay bastantes niñas y mujeres que no pueden permitirse los productos menstruales que necesitan y, además, no experimentan un entorno seguro para hablar de su menstruación. “Un día tuve que irme del trabajo porque tenía la regla y no podía ni estar de pie. Sabía que eso significaba perder dinero, pero no podía hacer otra cosa”, cuenta a Plan International Sukey, una londinense de 19 años. Plan International, organización que defiende los derechos de la infancia y la igualdad cree que todas las niñas y mujeres tienen derecho a disfrutar de una buena salud sexual y reproductiva, y que su bienestar no debe verse limitado por su menstruación. Por eso, la organización lleva años facilitando información a niñas, mujeres y comunidades; proveyendo de acceso a instalaciones sanitaras adaptadas en escuelas y comunidades; formando a niñas y mujeres para que fabriquen compresas en aquellos lugares donde no se pueden conseguir; y repartiendo kits menstruales en contextos de

Plan International lanza una respuesta de emergencia tras el paso del ciclón ‘Mocha’ por Bangladesh y Myanmar
Plan International lanza una respuesta de emergencia tras el paso del ciclón Mocha por comunidades de Bangladesh y Myanmar. La tormenta, una de las peores que se recuerdan en la región, ha azotado una zona donde ya había unos seis millones de personas que necesitaban ayuda humanitaria y más de un millón de desplazados. “Estamos preocupados por la población afectada, especialmente aquella que vive en campamentos de desplazados. Los niños, niñas y mujeres jóvenes son especialmente vulnerables en estos contextos, ya que pueden enfrentarse a mayores riesgos de violencia sexual y de género. Desde Plan International, presente tanto en Bangladesh como en Myanmar, estamos trabajando para darles apoyo”, asegura Concha López, directora general de Plan International España. La organización ya ha empezado a dar apoyo a las comunidades afectadas, incluidas comidas calientes, equipos de emergencia, agua y botiquines de primeros auxilios. Además, sigue muy de cerca la situación meteorológica en ambos países y trabaja con socios locales para que las personas en riesgo sepan cómo actuar en caso de ciclón: los refugios anticiclones más cercanos, los espacios más seguros y los números de contacto de emergencias. Durante las fuertes tormentas, las necesidades vitales y la protección de los niños, de las niñas y de los desplazados internos, debe ser una prioridad: “El desplazamiento es inquietante para los niños y niñas. Es esencial que hagamos todo lo posible para que, sobre todo, la infancia y las mujeres jóvenes, tengan acceso a un entorno seguro. Plan International pondrá de su parte para protegerlos de la explotación y el abuso, garantizando que reciban una nutrición adecuada, saneamiento e higiene junto con servicios de protección.”, cuenta Kabita Bose, directora general de Plan International

Más de 1.500 niñas, niños, jóvenes y educadores se movilizan por la igualdad de género en 12 ciudades españolas con motivo de la Semana de Acción Mundial por la Educación
Entre el 24 y el 28 de abril se ha celebrado en 10 comunidades autónomas de España la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) que, en su vigésima edición, ha contado con talleres, actividades de incidencia y movilizaciones en centros educativos, espacios públicos, instituciones políticas y redes sociales. La iniciativa, organizada por la coalición española de la Campaña Mundial por la Educación (CME) liderada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan Internacional, ha movilizado a cientos de personas en trece ciudades con actos y eventos de todo tipo. En Valencia, decenas de estudiantes y docentes se reunieron en el Jardín del Turia para leer un manifiesto donde exigían un incremento de la inversión en educación al Gobierno español y a la Unión Europea. Con este mismo objetivo salieron a las calles de Tudela y Pamplona decenas de jóvenes y profesores al igual que en Sevilla, Salamanca o Melilla, entre otras ciudades. Además de alzar la voz por la educación y de cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) Nº4, el objetivo de la SAME 2023 ha sido reclamar que la igualdad de género se sitúe en el centro de los planes y las políticas del sector educativo, y dotarla de presupuesto suficiente. Para ello, durante toda la semana en centros educativos de once ciudades españolas se trabajaron distintos materiales didácticos con la meta de identificar y abordar las disparidades de género y transformar así las normas, los estereotipos y las prácticas de género perjudiciales. La responsable de Movilización de la CME en España, Miriam Torán, ha destacado que “el éxito de convocatoria de la SAME de este año pone de manifiesto el gran consenso que existe alrededor de la importancia de tener una educación transformadora basada en la igualdad de género”. Además, Torán, envió un mensaje a los partidos políticos de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo: “Les pido que prioricen la educación en sus programas electorales no solo a través de palabras vacías, sino con compromisos reales y tangibles como es el aumento de su financiación”. Sobre la CME La CME es una coalición internacional formada por ONG, sindicatos del entorno educativo, centros escolares y movimientos sociales de muy diverso signo que se movilizan para reclamar el cumplimiento íntegro de los compromisos internacionales firmados por los Estados para garantizar el acceso a una educación de calidad para todas las personas del mundo. En España la coalición es liderada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International. La CME nace en el año 1999 con el objetivo de sensibilizar y movilizar a la ciudadanía como portavoces y activistas del Derecho a la Educación e incidir en los representantes políticos para que cumplan sus compromisos con el derecho a la

Muchas familias que huyen del conflicto en Sudán están siendo separadas, poniendo en peligro la seguridad de miles de niñas y niños
Plan International, con una importante presencia en la zona, se prepara para dar respuesta a los miles de refugiados que están llegando a los países fronterizos. A medida que el conflicto en Sudán escala, un gran número de personas – refugiadas, retornadas y nacionales de terceros países – siguen cruzando las fronteras a países vecinos como Sudán del Sur, Egipto o Chad. Muchas familias pagan precios muy altos a contratistas privados para que los saquen del país en autobuses y camiones, según ha podido saber Plan International. La organización, con una alta presencia de programas en la zona, está muy preocupada por la seguridad de niños, niñas y jóvenes. El alto precio que pagan por huir – entre unos 600 y 1.000 dólares – aumenta el riesgo de explotación y abuso de la infancia y de las mujeres, más vulnerables en estos contextos de crisis. Además, el pago de estos servicios no garantiza su seguridad, hay familias que cuentan haber sido separadas durante los trayectos. Actuación de Plan International Las necesidades humanitarias se multiplican por momentos: se necesita cobijo, protección, mantas, alimentos, agua y asistencia médica, así como apoyo emocional para todas las personas que están huyendo de Sudán. Los principales movimientos transfronterizos han sido sudaneses que llegan a Chad, Egipto y República Centroafricana, y sudaneses del sur que regresan a su país de origen. En Sudán del Sur, Plan International trabaja con 30.000 refugiados llegados de Sudán, el 54% de ellas mujeres. Con la actual crisis humanitaria significa que unos 9,4 millones de personas necesitan asistencia alimentaria. En la frontera con Egipto, personas de diferentes edades y familias esperan también para cruzar al país. Plan International está preparando su respuesta en Chad: “Más de 20.000 refugiados sudaneses han cruzado la frontera con Chad. Actualmente, tenemos 14 campos de refugiados a lo largo de la frontera, la mayoría acogiendo a refugiados anteriores. Nuestras preocupaciones inmediatas son el agua, el saneamiento y la protección de las mujeres y las niñas”, añade Concha López, directora de Plan International España. Plan International se ha se ha unido a los llamamientos que piden un cese inmediato y permanente de las hostilidades. Insta también a todas las partes en conflicto a que respeten el Derecho Internacional Humanitario, incluida la protección de los civiles y la seguridad de los trabajadores de ayuda humanitaria. Las organizaciones humanitarias deben poder acceder a las poblaciones necesitadas y los ataques contra ellas son totalmente inaceptables. “En algunas de las zonas donde llevamos a cabo nuestros programas, incluidos los estados de Kordofán del Norte y Darfur, tenemos familias desplazadas que se alojan en escuelas. Plan International ha estado apoyando a estas familias con alimentos y otros suministros esenciales”, afirma Widaa Mohamed, directora de área de programas de Plan International en Kordofán, Sudán. Plan International también reclama que los suministros humanitarios médicos y de otro tipo atascados en el puerto de Sudán sean liberados rápidamente sin impedimentos burocráticos, y que se faciliten otros puntos de acceso al país. La protección y la seguridad de los niños que se desplazan debe ser una prioridad absoluta. Plan International está especialmente enfocada a la protección y la seguridad de la infancia no acompañada, especialmente las niñas y las mujeres jóvenes, más vulnerables a los abusos y al tráfico de personas. ¿Quieres apoyar a las personas más vulnerables en Sudán? Sí, quiero

En España las niñas empiezan a sufrir acoso en redes sociales desde los 12 años, según datos de Plan International
Las niñas han estado históricamente infrarrepresentadas en la industria tecnológica, enfrentándose a barreras como los estereotipos, la inseguridad online y la discriminación por razón de género. Con motivo del Día Internacional de las Niñas en las TIC, Plan International busca visibilizar el potencial de las niñas y mujeres jóvenes para ser líderes en tecnología y reclama su inclusión en el sector para asegurar que la transición digital sea justa. Según el informe de Plan International ‘(In)seguras online’, las niñas españolas empiezan a sufrir acoso online entre los 12 y los 16 años. Y es que la brecha digital por razón de género empieza en los primeros años de vida. Según datos de 2022, a nivel global las niñas tienen un 16% menos de posibilidades que los niños de tener acceso a Internet, y un 18% menos de tener dispositivos digitales. Esta brecha dificulta el acceso de las jóvenes a la información y a la vida digital, y reduce sus oportunidades de adquirir competencias digitales y TIC, algo que continúa durante sus estudios en la universidad y en su vida profesional. “La violencia y el acoso, unidos a los estereotipos de género arraigados y las normas sociales perjudiciales, condicionan el acceso de niñas y jóvenes a las tecnologías y entornos digitales, así como su experiencia con ellos. El 58% de las jóvenes reconoce haber sufrido algún tipo de acoso online en redes sociales”, asegura Concha López, directora general de Plan International España. En el caso de España, el 77% de las chicas encuestadas dicen que ellas u otras jóvenes que conocen han estado expuestas frecuentemente o muy frecuentemente a un lenguaje ofensivo y abusivo en estas plataformas. Les siguen las chicas que han sido avergonzadas públicamente o humilladas por su físico (ambos con un 64%); intimidadas (61%) y acosadas sexualmente (58%). El acoso contribuye a la brecha digital La exposición a esta violencia puede desembocar en la expulsión o abandono de las jóvenes de las plataformas digitales. Según datos de ‘Girls are equal on Internet’, un informe de Plan International, el 36,6% de las jóvenes dice que la consecuencia de sufrir amenazas y vejaciones en las redes sociales es dejar de usar el entorno digital. Esto alimenta un círculo vicioso, en el que la escasez de mujeres en el sector de las TIC hace que las niñas y jóvenes no se vean representadas en esta industria y sientan que sus perspectivas, prioridades y necesidades no están incluidas en las tecnologías, lo que, entre otros factores, las alejas de las carreras relacionadas con las TIC. En todo el mundo, el 18% de las mujeres que cursan estudios superiores lo hacen en el ámbito de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, frente al 35% de los hombres. A los 15 años, el 0,5% de las chicas de los países de la OCDE desean convertirse en profesionales de las TIC, frente al 5% de los chicos. Los puestos tecnológicos del futuro están ocupados predominantemente por hombres: según las estimaciones, el 88% de los puestos de computación en nube, el 74% de los puestos de datos e Inteligencia Artificial (IA) y el 77% de los puestos de desarrollador de software serán masculinos. Esto supone un riesgo para la igualdad en el ámbito tecnológico: a medida que se generalizan los sistemas de aprendizaje automático e inteligencia artificial, corren el riesgo de reproducir las dinámicas de poder existentes si se les sigue programando para que aprendan de este statu quo desigual. ‘Equality Tech’: tecnología para la igualdad Plan International lleva a cabo programas en países de todo el mundo para ofrecer formación en competencias digitales y alfabetización digital entre niñas y adolescentes de entornos vulnerables y promover la empleabilidad de las mujeres jóvenes en el sector digital y carreras STEM. Además, ha puesto en marcha la iniciativa ‘Equality Tech’, una serie de talleres para animar a las niñas a explorar la creación de tecnología, ofreciéndoles apoyo y oportunidades para desarrollar prototipos de herramientas y productos digitales que reflejen sus experiencias en todas las etapas, desde el diseño y el desarrollo hasta la aplicación. El concepto de “Equality Tech” de Plan International es el de una tecnología que en sí misma hace avanzar la igualdad y promueve una industria tecnológica más diversa, inclusiva y equitativa, generando productos que conciencian sobre las consecuencias de los prejuicios en el sector y aprovechan el poder de la tecnología para cuestionar normas y estereotipos perjudiciales e impulsar a los usuarios hacia comportamientos más inclusivos.

La Campaña Mundial por la Educación se moviliza para reclamar una educación que promueva la igualdad de género
El mundo se enfrenta a una crisis educativa global. Los conflictos prolongados en el tiempo, las emergencias, las crisis económicas y la climática, entre muchas otras, han puesto en riesgo la educación de 222 millones de niñas, niños y adolescentes de todo el planeta. Esta crisis educativa es también de género y discriminatoria: son las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes las que se encuentran con más barreras y dificultades para acceder a la educación, completar su formación y prepararse para afrontar todos los ámbitos de la sociedad, incluido encontrar empleo en un futuro. Ante esta situación, la Campaña Mundial por la Educación (CME), coalición liderada en España por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International, quiere hacer hincapié en las crisis que ponen en peligro el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº4 y en cómo estas afectan especialmente a niñas, adolescentes y mujeres. Además, reclama un incremento de la financiación pública para garantizar una educación equitativa, inclusiva y de calidad para todas las personas. Kasia Tusiewicz, coordinadora de la CME en España, ha indicado que “La CME defiende la educación como un derecho básico de todas las personas. Comprendemos que la desigualdad de género se suma con muchos otros factores que pueden excluir a una persona de la educación a lo largo de la vida. Reclamamos a la comunidad internacional y a los gobiernos que cumplan sus compromisos de proporcionar una educación gratuita, inclusiva, pública y de calidad sin discriminación de ningún tipo”. Semana de Acción Mundial por la Educación 2023 Este año, la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME), que se celebra en todo el mundo, en España tendrá lugar del 24 al 28 de abril bajo el lema Dale ritmo a la igualdad. El objetivo de esta edición será reclamar que la igualdad de género se sitúe en el centro de los planes y las políticas del sector educativo, y dotarla de presupuesto suficiente, así como identificar y abordar las disparidades de género y sus factores subyacentes desde la primera infancia con el fin de transformar las normas, los estereotipos y las prácticas de género perjudiciales. Centros educativos de 10 comunidades autónomas distintas se movilizarán durante la SAME con materiales educativos, acciones de calle y de movilización en los que el alumnado destacará la importancia de una educación transformadora basada en la igualdad de género para ser capaces de examinar, cuestionar y cambiar las construcciones sociales y culturales que mantienen la discriminación de las niñas, jóvenes, mujeres y otras identidades de género hasta ahora muy invisibilizadas. La educación, clave para conseguir la igualdad Dos de cada tres jóvenes que no tienen empleo, educación o formación son mujeres entre 15 y 24 años. Ellas representan el 63% del total de las personas adultas en situación de analfabetismo, una proporción que no ha cambiado en décadas y a lo que se añaden nuevas brechas de género en las competencias digitales y profesiones como las científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (STEM). A nivel mundial, las niñas de entre 5 y 14 años invierten entre un 30% y un 50% más de su tiempo en tareas domésticas que los niños. Esta distribución del trabajo por género reafirma los patrones de que niñas y mujeres son responsables de los trabajos de cuidados no remunerados y reduce sus oportunidades de tener un aprendizaje a lo largo de la vida y un avance profesional. Además, la educación es clave para frenar las violencias que se adoptan contra las niñas en contextos de crisis como el matrimonio infantil (150 millones de niñas serán obligadas a casarse en esta década), la violencia sexual (15 millones de niñas de 15 a 19 años han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas), los embarazos precoces y no deseados y el trabajo infantil, entre muchos otros. Luchar contra esta lacra es una cuestión global, y en este sentido España también debe contribuir. Un instrumento clave para hacerlo es el financiero. Por ello la CME exige al gobierno que aumente la financiación de la cooperación española en materia educativa con enfoque de género y seguir trabajando para destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), del que un 20% debe estar destinado a la educación; y un 10% de la AOD para Ayuda Humanitaria, del que el 10% debe dedicarse a educación en emergencias. Dale ritmo a la igualdad con Miss Raisa En el marco del pasado Día Internacional de la Mujer, la cantante Miss Raisa lanzó en colaboración con la CME y el centro de música y escena Xamfrà la canción ‘Dale Ritmo a la Igualdad’. Con esta pieza, la CME busca incentivar a espacios educativos para que reflexionen en sus aulas con niños y niñas sobre las desigualdades de género y se unan al movimiento para reivindicar el papel transformador de la educación como una herramienta para conseguir una sociedad más justa e igualitaria. Esta colaboración musical vino acompañada del lanzamiento de un reto a niños, niñas y adolescentes: escribir sus propias estrofas y versionar la canción para apropiársela y visibilizar así la importancia de la educación transformadora para la igualdad de género. Así, desde el pasado 8 de marzo el alumnado de toda España ha modificado parte de la letra de la canción para hacérsela suya en unas versiones que se difundirán durante la

El agravamiento de múltiples crisis simultáneas pone en peligro la salud y la educación de miles de niñas y niños haitianos
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha activado un nuevo convenio de emergencia con Plan International para dar respuesta a las necesidades humanitarias de la población haitiana. La activación permitirá apoyar económicamente a unas 320 familias, 1.600 personas, en el departamento Noroeste de Haití, y mejorar la protección de la población más vulnerable. Esta actuación se suma a las que Plan International está llevando a cabo en una emergencia humanitaria donde se han agravado varis crisis simultáneamente. Plan International, organización por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, pone de manifiesto la difícil situación a la que se enfrenta la población de Haití y hace un llamamiento internacional para que no se abandone al país a su suerte. El año pasado y éste, Haití ha sido declarado como uno de los 10 países con mayor incidencia de hambre. Actualmente, 4,9 millones de personas en Haití sufren inseguridad alimentaria aguda, más de 100.000 niñas y niños padecen desnutrición y más de medio millón no puede asistir a la escuela por falta de recursos. “Esta mañana les he dado arroz a mis hijos para desayunar, y no sé cómo voy a darles de comer cuando lleguen a casa”, cuenta Jesula, una madre haitiana de un niño de siete años y una niña de tres. En la última década, Haití se ha visto sumido en múltiples crisis prolongadas en el tiempo de forma simultánea: inestabilidad política, inseguridad, violencia, disturbios civiles y malas condiciones económicas derivadas de las escasas oportunidades de empleo y los desastres, como el terremoto de 2021 que afectó a 80.000 personas, o la sequía. La difícil situación en la que se encuentra el país ha empeorado en las últimas semanas provocando un aumento de la inseguridad alimentaria con mercados que se quedan sin suministros y alimentos que no llegan a los hogares. Además, la escasez de combustible, sobre todo en zonas urbanas, ha dificultado el mantenimiento de servicios esenciales como el agua potable lo que ha desencadenado un brote de cólera que ha acabado con la vida de casi 600 personas. “La crisis de Haití está privando a las niñas de su derecho a la protección y a la educación. En un contexto global tan convulso, no debemos pasar por alto la situación de Haití, especialmente en el caso de las niñas, que corren mayor peligro debido a la violencia, el hambre y la falta de servicios básicos de salud”, afirma Concha López, directora general de Plan International España. Las niñas y niños, adolescentes y madres embarazadas y lactantes son las más vulnerables en este contexto de crisis, según recientes investigaciones de Plan International. A Jesula, ahora también embarazada, le han diagnosticado anemia debido a la falta de alimentos. Le preocupa que sin tratamiento médico su embarazo pueda dejarle consecuencias físicas de por vida: “Según la enfermera, existe el riesgo de que no pueda volver a ponerme de pie después del parto”. La difícil situación del país también afecta a su sistema educativo. Muchas escuelas han sido objetivo de grupos armados, dejando a la infancia en problemas críticos de protección. Más de 500.000 niñas y niños no pueden ir al colegio porque sus tutores no pueden pagar las tasas escolares, como Jesula, que en lo que va de año no ha podido hacer frente a este gasto: “Aunque vamos a la escuela a hablar con el director, sigue enviando a los niños a casa por falta de pago”. La respuesta de Plan International Plan International tiene presencia en Haití desde 1973. Solo en el último año, la organización ha entregado transferencias de efectivo a más de 2.500 personas para comprar alimentos básicos y bienes de primera necesidad, así como para afrontar las tasas escolares. Además, Plan International está trabajando sobre el terreno para concienciar a las comunidades sobre nutrición, igualdad de género, prevención de la violencia de género y protección de niñas y niños. “Continuaremos con este esfuerzo, pero como la situación sigue deteriorándose necesitamos más apoyo para poder ayudar a los niños más vulnerables, especialmente a las niñas. No podemos esperar ni un día más”, pide Daphne de Bordes, directora general de Plan International

Plan International expresa su preocupación por la seguridad de los niños y las niñas ante la escalada del conflicto en Sudán
La difícil situación de las familias, especialmente de los niños y las niñas, en Sudán sigue siendo incierta en medio del conflicto, lo que aumenta la preocupación por su bienestar y seguridad. “Es desolador que los niños, niñas y sus familias sigan viéndose atrapados en horribles enfrentamientos entre grupos armados. Esperamos que el conflicto se resuelva pronto, para que las familias que se han visto afectadas por la violencia puedan recibir apoyo, recuperarse y reconstruir sus vidas”, ha declarado Mwape Mulumbi, directora general de Plan International en Sudán. “La situación es muy tensa, ya que los enfrentamientos continúan escalando y estamos preocupados por la seguridad de nuestro personal y nuestras familias. El aumento de los saqueos es extremadamente alarmante en los alrededores de la zona residencial de Jartum”. Dado que la información es el mayor desafío, no está claro hasta qué punto los niños, y especialmente las niñas, se han visto afectados por el conflicto. Como organización humanitaria y de desarrollo, Plan International hace un llamamiento urgente para que se proteja a los niños y niñas de la violencia. Plan International apoya a las niñas, los niños y las familias de todo Sudán que ya han experimentado altos niveles de trauma, riesgos de protección y grandes dificultades. Los niños y niñas de Sudán no deben crecer con miedo, y todas las partes implicadas en el conflicto deben dar prioridad a la protección de la población civil y permitir el acceso seguro del personal humanitario y de rescate, respetando el derecho internacional humanitario. Los próximos días y semanas serán difíciles para las familias cuyas vidas se han visto alteradas por este horrible conflicto. Plan International está preparado para responder en las comunidades y ofrecer apoyo psicosocial, espacios seguros para los niños y niñas, así como derivaciones a centros de atención para las familias que lo necesiten.

Plan International lanza su reto de primavera para crear espacios seguros que protejan a 1.000 niñas y niños de países en crisis
Plan International, organización que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, lanza su reto de primavera para garantizar el acceso a espacios seguros a 1.000 niños y niñas que viven en contextos de emergencias o crisis. En Burkina Faso, Centroamérica, Haití, Nigeria, Níger, República Democrática del Congo, Mozambique, Siria, Sudán del Sur, Yemen o Zambia, viven atrapados millones de niñas, niños y adolescentes. En estos países, se han convertido en crisis olvidadas que cronifican violaciones de derechos de forma sistémica, lo que compromete no solo el presente de estos millones de niñas y niños, sino también su futuro. Las emergencias, los desplazamientos y las crisis generan confusión e incertidumbre para muchas niñas y niños. En este contexto, Plan International establece los ‘Child Friendly Spaces’, espacios seguros en los que las niñas y niños están protegidos y tienen acceso a educación, apoyo psicosocial para superar el trauma, actividades lúdicas e interacción con otros niños y niñas, entre otras. Ellos mismos participan activamente en el diseño de las actividades en función de sus necesidades y su contexto. Actualmente, la organización lleva a cabo estas iniciativas en Centroamérica, Líbano, Zimbabue, Jordania, Sudán del Sur, Mozambique, Ucrania, Moldavia, Somalia y Etiopía. Más de 6.000 niños, niñas y adolescentes han acudido a las unidades móviles y centros que Plan International ha desarrollado en Somalia y Etiopía en los campamentos de personas desplazadas internas. Desde julio de 2022, Plan International también ha puesto en marcha en España una unidad móvil de ‘Child Friendly Spaces’ para que niñas y niños refugiados ucranianos de entre 3 y 16 años tengan acceso a actividades de ocio educativo, refuerzo educativo y apoyo psicosocial. ¡Únete a nuestro reto de primavera! A través de nuestro reto de primavera, queremos contribuir a mejorar la calidad de vida de 1.000 niñas y niños que hoy sobreviven en entornos vulnerables de países como Mozambique, Malí, Etiopía, Somalia, Sudán del Sur, Haití, Ucrania, etc. En todo el mundo, 222 millones de niños, niñas y adolescentes afectadas por los conflictos, el cambio climático, los desplazamientos forzosos y otras crisis prolongadas necesitan urgentemente protección y una educación de calidad. Dona 50€ para proteger a 1.000 niños y niñas

El 97% de las jóvenes que sufre acoso callejero no lo denuncia, según Plan International
“Una vez un chico me insultó porque le dije que dejase de mirarme. Cuando me bajé del vagón del metro, me persiguió, me gritó y me amenazó”, cuenta una joven madrileña de 20 años a Plan International. La historia se repite en todo el mundo: niñas, adolescentes y mujeres jóvenes viven cada día experiencias de inseguridad en las calles de sus ciudades. En el marco de la Semana Internacional contra el Acoso Callejero, Plan International – organización que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas- quiere recordar que el acoso callejero es la forma de violencia de género más generalizada. Tanto que un 21% de las mujeres jóvenes entrevistadas en su informe ‘Safer Cities for Girls: un análisis del acoso callejero en las ciudades de Barcelona, Madrid y Sevilla’, señalan que se han acostumbrado a este tipo de violencia. Para ampliar esta visión en diferentes tipos de población, Plan International está terminando una nueva oleada que incluye Valencia, Móstoles y Paracuellos del Jarama, cuyos resultados preliminares apuntan en la misma línea. “Llevamos años implementando programas para promover la seguridad urbana de las niñas y adolescentes para construir ciudades seguras, responsables e inclusivas partiendo de sus experiencias y propuestas. Nuestro objetivo no es solo concienciar a la población, sino también crear un espacio seguro para quienes lo han sufrido, de forma que puedan hablar sobre lo ocurrido y compartir sus experiencias”, asegura Concha López, directora general de Plan International. El acoso sin contacto físico – comentarios de carácter sexual, amenazas, persecuciones, insinuaciones, etc. – y con contacto físico, son problemas diarios a los que se han enfrentado alguna vez casi 8 de cada 10 jóvenes de Barcelona, Madrid y Sevilla. Este tipo de violencia no solo ocurre de noche y en zonas peligrosas, como se suele creer. Las encuestadas aseguran que un 20% de los casos el acoso ocurre “en cualquier momento”; y un 43% que “en plena calle”. Estas situaciones causan inseguridad, provocan miedo y obligan a las jóvenes a desplegar estrategias para la autoprotección: “Hago que hablo por teléfono cuando tengo alguien cerca que me está mirando, aunque sea mentira”, dice una joven en Barcelona. Ser mujer y ser joven parece ser un factor de riesgo para las participantes en su uso de la ciudad. A la pregunta del motivo por el cual creen que son acosadas, 66% de ellas identifica el género como la razón por la que reciben acoso; la edad es señalado en segundo lugar (18%). Plan International, contra el acoso callejero Tras un primer diagnóstico global a través del informe (In)seguras en la ciudad, que contó con datos y experiencias de acoso callejero en cinco ciudades de todos los continentes, la organización puso en marcha “Safer Cities for Girls”, un programa internacional que se ha desarrollado en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Bruselas, Amberes y Charleroi, y al que se han sumado a nivel local Alcobendas, Paracuellos del Jarama y Móstoles. El objetivo de este proyecto es que sean las propias chicas quienes compartan sus experiencias y reclamen las medidas necesarias para transformar las ciudades en espacios más igualitarios, de inclusión, tolerancia y oportunidades. En este sentido, la organización comparte las recomendaciones y buenas prácticas con los ayuntamientos y responsables de todas las ciudades participantes para prevenir y sensibilizar sobre acoso callejero. Entre ellas, la ONG destaca: sistematizar la perspectiva de género en el diseño de las ciudades para una planificación urbana inclusiva e igualitaria e incluir la participación activa de las jóvenes en la misma; apostar por una educación inclusiva para erradicar los estereotipos y prevenir la violencia de género; aumentar los recursos de atención para víctimas de acoso incluyendo atención psicosocial; realizar campañas de sensibilización y prevención del acoso callejero en medios y redes sociales; incorporar una visión del acoso como una forma de violencia de género y de control de la participación de las niñas y adolescentes en el espacio público y online; y reforzar las medidas de seguridad con un enfoque de prevención, especialmente en los espacios considerados más

Nuevo informe IPCC sobre cambio climático: Mantener la esperanza de un futuro para niñas y niños
El Sexto Informe del IPCC (conocido por sus siglas AR6) revela la escala catastrófica de la crisis climática y las consecuencias que provocará -tanto ahora como en el futuro- no mantener vigente el objetivo de limitar el incremento de temperaturas a 1,5ºC. Es una lectura alarmante, y es importante recordar que los niños y niñas de hoy tendrán que enfrentarse a estos efectos nefastos si los gobiernos no toman medidas urgentes para reducir las emisiones. Esto debería incluir, entre otras cosas, la transición rápida a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica y la desinversión en infraestructuras de combustibles fósiles. A pesar de las duras conclusiones del informe, es imprescindible que los gobiernos aporten financiación climática y respondan con urgencia para mantener viva la esperanza de un futuro seguro y saludable para la infancia y las generaciones venideras. El informe, basado en el consenso científico y acordado por los gobiernos, señala que el aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos expone a millones de personas a una grave inseguridad alimentaria, a una mayor frecuencia e intensidad de las catástrofes y a un incremento de la exposición a riesgos sanitarios, fenómenos a los que Plan International está respondiendo actualmente. El informe esboza cómo se prevé que la crisis climática conlleve un aumento de los peligros meteorológicos, incluidas olas de calor y sequías, que se producirán en cascada. También destaca los límites de la adaptación a estos impactos y el aumento de la resiliencia, proyectando la magnitud de las pérdidas y los daños que está provocando la crisis climática, incluso con una adaptación eficaz, y llama la atención sobre el hecho de que algunas comunidades y ecosistemas ya han alcanzado importantes límites de adaptación. Por lo tanto, es vital que los gobiernos cumplan la decisión histórica de la COP27 de crear un nuevo fondo para apoyar a las comunidades afectadas por las pérdidas y daños provocados por la crisis climática y para cumplir con los compromisos globales de financiación climática. Según el IPCC, los países con rentas más bajas necesitarán 127.000 millones de dólares anuales de aquí a 2030 y 295.000 millones de aquí a 2050 para adaptarse al cambio climático. Sin embargo, la financiación para la adaptación fue de entre 23.000 y 46.000 millones de dólares de 2017 a 2018, menos del 8% de lo que se necesita. Los gobiernos deben centrarse en aumentar la financiación de las medidas de adaptación, que son las que pueden reducir significativamente los impactos de la crisis climática en las comunidades y las personas. También es vital, como se destaca en el informe, invertir en educación, incluido el desarrollo de capacidades, la alfabetización climática y el acceso a la información como un enfoque clave para la conciencia del riesgo y el cambio de comportamiento. Los niños y niñas serán los más afectados por la crisis climática y, sin embargo, son los que menos han contribuido. Las niñas también se ven desproporcionadamente afectadas por los impactos climáticos debido a las normas de género discriminatorias, siendo a menudo obligadas a abandonar la escuela o forzadas a contraer matrimonio, lo que limita aún más sus capacidades de adaptación a esta crisis, con menos recursos, conocimientos y oportunidades de futuro. El informe subraya la necesidad de enfoques de adaptación basados en la equidad, la inclusión y los derechos. Esto es vital para apoyar y avanzar en la justicia intergeneracional, de género y climática.