El acceso a la educación sigue siendo limitado para las niñas en Guinea, especialmente para aquellas que viven en zonas rurales. A menudo, a muchas niñas todavía se les percibe únicamente como futuras madres y amas de casa. Esta situación da lugar a un ciclo de analfabetismo, ya que las madres sin acceso a la educación son menos propensas a abogar por la educación de sus propias hijas.
Cerca de la mitad de los niños y niñas en edad escolar en Guinea acuden a la escuela primaria, siendo más probable que los niños varones vayan a clase que las niñas. El 57% de los niños de 7 a 12 años asisten a la escuela, en comparación con el 48% de las chicas. Esta cifra disminuye aún más cuando llegan a secundaria, donde el 31% de los varones de 13 a 19 años asisten a clase, en comparación con el 18% de las mujeres.
Angeline, una niña de 7 años, es una de las que rompe esta tendencia. Su madre, Martine, es la mayor defensora de su hija, y le ayuda con sus tareas todas las noches. “No contrato a un tutor para ella, lo hago yo misma. Cuando llegamos a casa por la tarde, descansa un poco, come y luego repasamos la pizarra”.
“Si tiene deberes, empezamos trabajando en eso, y si hay algún tema que no ha entendido bien en clase, me pide que lo repasemos hasta que lo entiende. Gracias a este enfoque, siempre es una de las mejores de su clase y sus profesores la aprecian mucho. Por el momento, todo va bien y estamos haciendo todo lo posible para llevarla hasta el final”.
Angeline forma parte del programa de apadrinamiento de Plan International, que apoya a 11.435 niños, de los cuales 7329 niñas, en la localidad de Macenta. Creemos que el acceso a una educación inclusiva y de calidad es esencial y trabajamos con niños, niñas y jóvenes, sus familias, comunidades, la sociedad en general y los gobiernos, para garantizar que la infancia tenga acceso a una educación.
“Plan International está contribuyendo a la educación de mi hija”, dice Martine. “Desde que mi hija empezó a formar parte del programa de apadrinamiento, cada inicio de curso hemos recibido kits escolares y mi hija participa en actividades que promueven los derechos de las niñas. Todo esto contribuye a su desarrollo”.
Actualmente en sexto grado, Angeline ya está pensando en su futuro y nos dice que le gustaría ser policía después de terminar sus estudios. “Mi mayor sueño después de la escuela es convertirme en gendarme, porque cuando veo a la policía protegiendo el país, también quiero hacerlo. Sé que para lograrlo tengo que trabajar duro en la escuela. Ya cuento con el apoyo de mis padres y el de mi padrino, con quien hablo a menudo”.
Angeline estará acompañada mientras intenta cumplir su sueño. Como niña apadrinada, desde Plan International le proporcionaremos todo el apoyo posible para ayudarla a alcanzar su objetivo. Durante una visita a la familia de Angeline, el Director de País de Plan International en Guinea quedó muy impresionado al conocer a Angeline, admirando su determinación y ambición.
“Estoy muy orgulloso de ella. A pesar de su corta edad ya tiene claro que quiere ser policía. Es un mensaje poderoso. Puede estar segura de que le vamos a apoyar para que pueda ejercer este derecho y vivir su sueño”.