Miles de personas, muchas de ellas niñas y niños, se han visto obligadas a huir de sus hogares desde que el Monte Semeru, volcán de la provincia indonesia de Java, entrara en erupción a principios de diciembre de 2021. Febri, de 11 años, es una de esas niñas.
En el momento de la erupción, Febri estaba en su escuela. Su maestra les indicó que permanecieran dentro del aula, pero el edificio comenzó a derrumbarse sobre Ferri y sus compañeros de clase. Afortunadamente, tanto la maestra como el alumnado lograron escapar sanos y salvos. “Todo se oscureció debido a que el edificio de la escuela se cubrió de polvo del volcán”, recuerda la pequeña.
La situación no mejoró al volver a casa. Su vivienda estaba muy dañada y era peligrosa por la ceniza caliente, así que, junto a su familia, fue trasladada a un centro de evacuación. Febri cuenta que echa de menos a sus amistades, que han sido trasladadas a otro centro, y que está preocupada por su educación.
Nuevos centros educativos
En Plan International hemos realizado una evaluación detallada de la situación y nos estamos coordinando con las autoridades educativas para facilitar el regreso de niños y niñas a la escuela lo antes posible. Se están construyendo 15 centros que proporcionarán educación en emergencia a 2.095 niños y niñas.
También hemos distribuido kits de higiene a mujeres y niñas como Febri, que lo han perdido todo. “Aquí no hay actividades para los niños, niñas y jóvenes. Mis libros de texto y mis materiales escolares están enterrados. Espero que la situación mejore pronto para poder volver a la escuela y ver de nuevo a mis amistades”, dice Febri.
La situación sigue siendo alarmante para los pueblos más cercanos al volcán, que han quedado cubiertos de ceniza y que tienen el riesgo de sufrir flujos piroclásticos, una mezcla de ceniza, roca y gases volcánicos que pueden ser mucho más peligrosos que la lava.