LAS CHICAS QUE LUCHAN CONTRA LA MGF

La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos que incluyen la extirpación total o parcial de los genitales femeninos externos o cualquier otra herida causada a los órganos genitales por motivos que no sean estrictamente médicos.  Al menos 200 millones de niñas y mujeres de todo el mundo han sido sometidas a la MGF. Es hora de poner fin a las tradiciones y costumbres que permiten que esta práctica, todavía muy arraigada en muchas sociedades, continúe violando los derechos y arruinando la vida de millones de niñas. Afortunadamente, las cosas están cambiando y las jóvenes activistas están decididas a luchar para que ninguna niña más sea mutilada.

¿POR QUÉ DEBE ERRADICARSE LA MGF?

  • Es una forma de violencia de género.
  • Roba el futuro a las niñas.
  • Agudiza la situación de pobreza. 
  • Provoca el abandono escolar de las niñas. 
  • Aumenta el riesgo de matrimonio temprano forzado y embarazo precoz.
  • Las generaciones más jóvenes están decididas a acabar con esta tradición. 
  • Es una violación de los derechos de las niñas y las jóvenes.

¿CÓMO AYUDAMOS A ACABAR CON ESTA PRÁCTICA?

Trabajamos con padres y madres, líderes y representantes de las comunidades, autoridades gubernamentales, niños, niñas y jóvenes para difundir información, aumentar la concienciación, transformar estas conductas y poner fin a prácticas perjudiciales como la MGF. Estamos decididos a terminar con la mutilación genital para que las niñas puedan disfrutar su cuerpo y velar por su propia integridad y bienestar.

Un elemento clave de nuestro trabajo es dar voz a los y las jóvenes durante el proceso, involucrarles, particularmente a las chicas, para que sepan que tienen derecho a exigir una vida plena y segura.

ZAINAB, 17

A pesar de que su madre ejerció como sowei (mujeres que practican la mutilación) durante 20 años, Zainab, de 17, se negó a ser sometida a esta práctica y lleva más de cuatro años trabajando en su comunidad contra la mutilación genital femenina.  

Con apenas 13 años, Zainab se unió a un club de su escuela para luchar contra la MGF, grupo que ahora dirige. La MGF es frecuente en Sierra Leona debido a que las sociedades secretas, conocidas como Bondo, la practican como un rito de iniciación a la edad adulta.

“La mayoría de nuestros padres no asistían a la escuela, por lo que no conocían los peligros de la mutilación genital femenina. Mi madre, por ejemplo, que no tuvo la oportunidad de ir a la escuela, se convirtió en sowei cuando era muy joven, por lo que no sabía que la MGF era perjudicial”, explica Zainab.

LA MGF ES UNA FORMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO 

“Antiguamente, si no formabas parte de las sociedades Bondo y no habías sido sometida a la MGF, te discriminaban y te estigmatizaban mucho. Los padres siguen transmitiendo esta idea a sus hijas y tratan de obligar a sus hijos para que se unan a la sociedad”.

LA MGF ROBA EL FUTURO DE LAS CHICAS

“Cuando una niña es sometida a mutilación genital femenina, pierde su futuro”, dice Zainab. “La MGF también hace que las niñas se vena obligadas a abandonar la escuela, porque sus padres querrán ahorrar todo su dinero para pagarlo, ya que es su rito de iniciación”.

LA MGF AGUDIZA LA SITUACIÓN DE POBREZA

“Las familias usarán el dinero para comprar comida para las Soweis y para todas las personas que asisten a la ceremonia de iniciación, así que, una vez finalizado este rito, los padres no tienen los recursos suficientes para seguir enviando a sus hijas a la escuela”.

LA MGF HACE QUE LAS NIÑAS DEJEN DE IR AL COLEGIO

No todos los padres son tan comprensivos como los de Zainab.

Isha*, de dieciséis años, fue sometida a la MGF cuando tenía 12. Poco después le dijeron que tenía que casarse y, cuando se negó, sus padres la echaron de casa.

“Casi el mismo día que me mutilaron me dijeron que tenía que casarme. Siendo solo una niña tuve que preguntar: ‘¿Me tengo que casar o puedo ir a la escuela?’. La conversación que tuve con mis padres fue una batalla entre nosotros”.

“Todo lo que querían era que me casara. Cuando me negué a hacerlo, me dijeron que me repudiarían, que me echarían de la familia… Fue muy difícil pasar por algo así”.

Isha vive ahora en una escuela que apoya a jóvenes que, como ella, han tenido problemas con sus familias. Forma parte del “Girl Power Group” de Plan Internacional, en el que asesora a otras chicas y les habla sobre sus derechos y cómo protegerse de la mutilación genital femenina y del matrimonio infantil. Ella sueña con convertirse algún día en enfermera.

LA MGF AUMENTA EL RIESGO DE MATRIMONIO TEMPRANO FORZADO Y EMBARAZO PRECOZ

Los adultos deberían escuchar a las chicas de mi edad. Nosotras sabemos qué es lo mejor para nosotras.

Isatu*, de 15 años, fue sometida a la MGF a la edad de 10 años. Cuando sus padres murieron en 2015 debido al brote de ébola, su tía la obligó a convertirse en sowei, es decir, en una de las mujeres que dirigen las prácticas de iniciación en su comunidad. Convertida en cortadora, Isatu tuvo que mutilar a otras niñas en contra de su voluntad. 

Además, la joven fue forzada a casarse cuando tenía 13 años y, pocos meses después, se convirtió en madre. Isatu ha seguido adelante pese a todas las violaciones de sus derechos y, sobreponiéndose a las dificultades de la vida, ahora está decidida a erradicar definitivamente la práctica de la MGF en Sierra Leona. 

“Tengo una hija de dos años y nunca dejaré que la mutilen. Si alguien tratara de iniciarla, lo denunciaría. De ninguna manera lo permitiría”. 

“Mi mayor esperanza para el futuro de mi hija es que pueda ir a la escuela. Si yo hubiera podido continuar con mis estudios, me hubiera encantado llegar a ser maestra. Sin embargo, tuve que abandonar cuando me convertí en sowei. No quisiera que mi hija tuviera la misma vida que yo”.

LA MGF PUEDE SER TRAUMÁTICA PARA LAS NIÑAS

SEWANATU, 20

Con solo seis años, Sewanatu, que ahora tiene 20 años, fue sometida a mutilación genital femenina. Esta es su historia:

“Un día, cuando tenía seis años, me desperté y mi madre me dijo que fuera a visitar a mi abuela. Me prometió que haríamos muchas cosas divertidas, así que me emocioné mucho.

Todo empezó como unas excelentes vacaciones, pero unos días después mi abuela pidió que la acompañara y cuando le pregunté a dónde íbamos, me respondió: ‘vas a pasar a formar parte de la familia’. 

No entendí de qué hablaba, pero la seguí y vi a otras cuatro personas. Una de ellas cogió mi pierna izquierda, otra la pierna derecha; la tercera una mano y la cuarta la otra. Abrieron mis piernas y me mutilaron.

Cuatro días más tarde vinieron para ver cómo estaba y mi abuela me dijo que había un problema: no lo habían cortado todo, así que me volvieron a agarrar y repitieron el mismo proceso”.

LAS GENERACIONES MÁS JÓVENES ESTÁN DECIDIDAS A ACABAR CON ESTA TRADICIÓN

“Cuando volví a la escuela, movilicé a mis amigas y a otras personas para hablar sobre lo que se debe hacer con respecto a todas las cosas que nos afectan. Desde entonces he estado haciendo campaña”, dice Sewanatu.

“En Sierra Leona, nos enfrentamos a muchos problemas: la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, el embarazo adolescente y también la violencia sexual, que es otro tema que quiero abordar. Son violaciones de nuestros derechos. Ahora que terminé la escuela, mi objetivo es llegar a ser médica para poder ayudar a las supervivientes”.