Los derechos de millones de niñas siguen pendientes

30 años después de la aprobación de la histórica Convención de los Derechos del Niño, Plan International recuerda que los derechos de millones de niñas siguen pendientes: la violencia sexual, los matrimonios infantiles forzados o la mutilación genital femenina afectan especialmente a las menores.





30 años después de su aprobación, cumplir con la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) sigue siendo un asunto pendiente para la mayoría de los gobiernos. A día de hoy, cientos de millones de niños, y especialmente las niñas, todavía pasan hambre, sufren violencia o no pueden ir al colegio debido a la pobreza, los conflictos, los desastres o la discriminación. 





Una discriminación que en el caso de las niñas es doble, por razón de género y por edad. Más de 62 millones de niñas no tienen acceso a la educación, 12 millones de niñas son obligadas a casarse cada año, 200 millones de niñas han sufrido mutilación genital y 50.000 niñas y jóvenes mueren cada año debido a problemas en el embarazo o el parto. Además, en todo el mundo 150 millones de niñas, es decir, una de cada diez, ha sufrido violencia sexual. La mitad de toda esa violencia se comete contra niñas menores de 16 años.

“En el 30º aniversario del tratado que reconoció por primera vez los derechos de los niños y niñas debemos hacer recuento de la agenda incompleta de derechos de la infancia: todavía millones de niñas siguen siendo invisibles y excluidas. Es imprescindible que los gobiernos adopten medidas con un enfoque de género y edad para garantizar los derechos de las niñas, especialmente de las más vulnerables por razón de raza, origen, identidad u orientación sexual, situación económica o familiar, discapacidad o su condición de migrantes”, subraya Concha López, directora general de Plan International España.

La pobreza, la desigualdad de género y la falta de protección de sus derechos son la causa de numerosos problemas que afectan mayoritariamente a las niñas en el mundo. El trabajo de Plan International por el desarrollo de la primera infancia, la educación inclusiva y de calidad y la protección frente a todas las formas de violencia llegó el año pasado a 18 millones de niñas y 16 millones de niños. En este sentido, con motivo del aniversario de la CDN, la organización solicita que:

  • La infancia, y especialmente las niñas, en situaciones de conflicto y de emergencia reciban educación en un espacio seguro.
  • Los gobiernos aumenten sus presupuestos para que más niños y niñas completen la educación secundaria.
  • Las jóvenes tengan los conocimientos y oportunidades necesarias para asegurar su inserción laboral y su autonomía económica.

Plan International es una de las seis organizaciones que forma parte de la Alianza Joining Forces que, con motivo de la conmemoración de los 30 años de la CDN, ha elaborado el documento “Lograr el progreso de los niños y niñas más excluidos”, con los avances y el camino que todavía queda por recorrer para hacer realidad los derechos de los niños y niñas más excluidos. Para acabar con las barreras, la Alianza hace un llamamiento a todos los gobiernos a invertir en servicios esenciales para los niños y niñas, en los sectores prioritarios, para llegar a los que sufren mayor discriminación. 

Acabar con todas las formas de violencia hacia las niñas

Dentro de las violaciones de los derechos de la infancia que 30 años después siguen cometiéndose, existen diferentes formas de violencia que afectan de forma específica a las niñas por razón de su género y edad. Son algunas de las más extendidas y se manifiestan de diferentes formas: acoso escolar, acoso callejero, violencia física o sexual, explotación, mutilación genital, matrimonio temprano forzado y trabajo infantil, entre otras.  

En todo el mundo, una de cada diez niñas ha sufrido violencia sexual. La mitad de toda esa violencia se comete contra niñas menores de 16 años. Por otro lado, el número de niñas que son sometidas a Mutilación Genital Femenina (MGF) está aumentando debido al crecimiento demográfico. 200 millones de niñas y mujeres han sufrido esta forma de violencia de género que se comete en los primeros años de vida, normalmente antes de los 15 años. Cada año, hay 3 millones de niñas en riesgo de sufrirla.

Plan International trabaja con un enfoque intergeneracional a todos los niveles –familiar, comunitario, nacional e internacional- para acabar con las desigualdades de género, la discriminación social y los roles, estereotipos y normas culturales que perpetúan estas prácticas. 

Las más excluidas: niñas en conflictos y crisis

El número de niños y niñas en zonas afectadas por conflictos ha aumentado incesantemente: en 2017, casi uno de cada cuatro niños y niñas en el mundo vive en países afectados por conflictos o desastres, llegando a aproximadamente 420 millones.

En estos contextos, las niñas están más expuestas al acoso, la violencia y, en los casos más extremos, la explotación y el tráfico. En las zonas de conflicto, los grupos armados reclutan o secuestran a niñas y jóvenes para obligarlas a contraer matrimonio, realizar tareas domésticas o ser explotadas sexualmente.

Además, las investigaciones demuestran que las tasas de matrimonio infantil aumentan significativamente durante los conflictos. Por ejemplo, en Yemen, más de dos tercios de las niñas son casadas antes de los 18 años, en comparación con el 50% antes del conflicto.

Menos acceso a la educación

Una de cada cinco adolescentes en todo el mundo no tiene acceso a la educación, lo que aumenta sus posibilidades de sufrir violencia, matrimonios infantiles y embarazos adolescentes, reduciendo drásticamente sus oportunidades de futuro. La mayoría de los 600 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años de todo el mundo que no están escolarizados, no tienen formación ni tampoco empleo, son chicas. 

Plan International trabaja para el empoderamiento económico de los niños, niñas y jóvenes desde edades tempranas, como un proceso progresivo que permita a las niñas y las jóvenes desarrollar los conocimientos, las aptitudes y la autonomía necesaria. Durante los primeros años de vida, es necesario garantizar la identidad jurídica a través del registro universal de nacimientos y el acceso a una educación inclusiva y de calidad. En la adolescencia, la educación vocacional y técnica y las habilidades financieras permiten eliminar las barreras de acceso al empleo y el desarrollo profesional de las jóvenes.