Nepal: El terremoto ha tenido un impacto desproporcionado en las mujeres y las niñas

El terremoto podría provocar un aumento del tráfico y el matrimonio infantil, en un país donde, de media, dos de cada cinco niñas (el 41% según estadísticas de 2011) se casan antes de cumplir los 18 años. Plan International trabaja en la construcción de centros temporales de enseñanza para que los niños y niñas puedan volver al colegio lo antes posible y recuperar su educación, además de proporcionar un lugar seguro para prevenir problemas como el tráfico infantil.

 

El terremoto registrado en Nepal el 25 de abril ha tenido un impacto desproporcionado en las mujeres y las niñas, que sufren la crisis en mayor medida debido a la discriminación y la desigualdad de género. Plan Internacional considera necesario darles una atención especial, ya que las duras condiciones de vida que están sufriendo en refugios abarrotados e insalubres tres meses después del terremoto tienen grandes impactos en su privacidad, higiene y seguridad personal.

“Es necesario prestar especial atención a las necesidades de las niñas porque además de las citadas carencias derivadas del terremoto, están más expuestas a violaciones de sus derechos como el matrimonio, el tráfico o el trabajo infantil”, ha afirmado la directora general de Plan Internacional en España, Concha López.

Nepal tiene una de las tasas de matrimonio infantil más altas del mundo: de media, dos de cada cinco niñas (el 41% según estadísticas de 2011) se casarán antes de cumplir los 18 años.  En los últimos diez años se ha visto un lento pero firme retroceso del problema, pero el impacto económico y social del terremoto podría revertir esta tendencia y provocar un aumento no solo del matrimonio infantil sino del tráfico y el trabajo infantil y otras formas de abuso y explotación.

Falta de saneamiento y riesgo de enfermedades

El seísmo ha empeorado los frágiles sistemas de agua y saneamiento y el monzón haagravado la situación, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como la diarrea, los resfriados o la neumonía.

Esta situación afecta también de manera especial a mujeres y niñas, encargadas de la gestión y transporte del agua en el 75% de los hogares. Plan Internacional ha distribuido suministros higiénicos, packs de tratamiento de agua y materiales para la reconstrucción de aseos para prevenir brotes de enfermedades transmitidas por el agua.

“El terremoto provocó un cambio enorme e inesperado en nuestras vidas. Ahora vivimos en un refugio sin baño ni agua potable. No puedo concentrarme en estudiar. Todavía tengo miedo de las réplicas y espero volver a tener una vida normal pronto”, explica Sushma, de 12 años.

“La situación ha ido mejorando en los últimos tres meses. Estamos al principio de un largo camino hacia la recuperación, pero Plan Internacional está en Nepal para trabajar a largo plazo”, ha asegurado el director de Respuesta en Emergencias de Plan Internacional en Nepal, Paolo Lubrano.

Más de tres millones de niños y niñas se encuentran en una situación grave y extremadamente vulnerable tres meses después del terremoto y Plan Internacional defiende que sus necesidades deben ser prioritarias en la fase de reconstrucción.

Plan Internacional considera que el futuro de la infancia está en peligro si no se reconstruyen y recuperan las zonas afectadas escuchando las necesidades, opiniones y preocupaciones de los niños y niñas. La organización está trabajando de forma prioritaria en la construcción de centros temporales de enseñanza para que puedan volver al colegio lo antes posible y recuperar su educación. Estas aulas son lugares seguros donde la infancia está protegida y ayudan a prevenir problemas como el tráfico infantil.

“Me preocupa mi futuro porque mi casa está destruida y no creo que mis padres puedan permitirse pagarme una buena educación. Creo que nosotros, los niños, podríamos ayudar a reconstruir nuestra escuela”, dice Dilisha, de 12 años.

Respuesta de Plan Internacional

 

Miles de comunidades quedaron devastadas y más de 8.840 personas, incluidos 2.277 niños y niñas, murieron por los terremotos del 25 de abril y el 12 de mayo. La respuesta de Plan Internacional se ha centrado en los distritos de Sindulpalchowk y Dolakha, los más afectados. La ayuda también ha llegado al valle de Katmandú, Sindhuli y Makwanpur.

Plan Internacional ha suministrado ayuda a más de 196.000 personas, incluidos 82.000 niños y niñas, en las zonas que más han sufrido el desastre. En la primera respuesta, Plan Internacional se ha centrado en la distribución de ayuda humanitaria de emergencia, distribuyendo más de 46.121 lonas y cuerdas, 32.652 paquetes de comida, 30.581 kits de agua y 42.650 tabletas potabilizadoras.

Plan Internacional también ha trabajado en las necesidades más “invisibles”, como el bienestar psicológico de los niños y niñas. Con 25.000 aulas destruidas, Plan Internacional ha establecido 166 Centros Temporales de Enseñanza y 62 Espacios Amigos de la Infancia en los que atiende a más de 12.300 niños y niñas, y ha desarrollado un programa de trabajo, Cash for work (Dinero por trabajo en español), del que se beneficiarán más 10.000 hogares.

La respuesta humanitaria de Plan Internacional se está basando en las necesidades de los niños y niñas y de las comunidades, observando la situación en terreno. Después de distribuir ayuda básica para la supervivencia, la respuesta se ha centrado en la protección y seguridad de los niños y niñas e intentar su vuelta al colegio lo antes posible.

  • El seísmo ocurrido el 25 de abril ha empeorado los ya frágiles sistemas de agua y saneamiento y el monzón ha agravado la situación, aumentando el riesgo de enfermedades como la diarrea, los resfriados o la neumonía.
  • El terremoto podría provocar un aumento del tráfico y el matrimonio infantil, en un país donde, de media, dos de cada cinco niñas (el 41% según estadísticas de 2011) se casan antes de cumplir los 18 años.
  • Plan Internacional trabaja en la construcción de centros temporales de enseñanza para que los niños y niñas puedan volver al colegio lo antes posible y recuperar su educación, además de proporcionar un lugar seguro para prevenir problemas como el tráfico infantil.