Purity y Saviour, un complicado cuento de amor en Zambia

Purity, de 16 años, y Saviour, de 18, se casaron cuando ella tenía solo 15 años. Cuando Purity se quedó embarazada, la joven pareja se vio obligada a unirse debido a la presión social en su comunidad.

  • Plan recuerda el Día de San Valentín que 15 millones de niñas en el mundo, algunas con tan solo 8 años, contraen matrimonio cada año
  • La historia personal de Purity y Saviour, dos jóvenes de Zambia, es la triste plasmación de los problemas que acarrean el embarazo temprano y el matrimonio forzado
  • Lusaka, 14 de febrero de 2015.- Purity, de 16 años, y Saviour, de 18, se casaron cuando ella tenía solo 15 años. Cuando Purity se quedó embarazada, la joven pareja se vio obligada a unirse en matrimonio debido a la presión social en su comunidad. Y, aunque están enamorados, ambos admiten en el vídeo Young Love? It?s Complicated que si hubieran tenido un mayor conocimiento sobre métodos anticonceptivos no hubieran tenido que dejar la escuela.

    ?Realmente no sabía que me podía quedar embarazada si tenía sexo?, cuenta Purity. ?No tenía nada de información, nadie me habló sobre esto. Mi marido también iba al colegio pero estaba preparándose su examen de noveno curso. Yo quería continuar en la escuela para poder conseguir un trabajo con el que poder cuidar de mi familia. Quería ser enfermera?.

    ?Lamento haber tenido hijos tan joven?, reconoce Saviour. ?Muchos de mis amigos también han cometido el mismo error que yo, no he sido el único. Pero a mí me encantaba ir a la escuela?, dice. Y continúa: ?Mi sueño antes de tener que abandonar las clases era poder llegar a ser contable o médico, pero ahora ese sueño se ha esfumado porque estoy casado?.

    La realidad del matrimonio forzado

    Se estima que 15 millones de niñas en el mundo ?algunas con tan solo 8 años- contraen matrimonio cada año, lo que les roba su infancia. Muchas de estas niñas son obligadas a casarse al quedarse embarazadas, mientras que otras deben unirse debido a la presión social en sus propias comunidades.

    Según datos de la campaña de Plan ?Por Ser Niña?, el matrimonio forzado excluye a estas niñas de la educación y las aboca a una vida de pobres perspectivas, aumentando además el riesgo de violencia y abusos hacia ellas y condenándolas a enfermedades y, en algunos casos, a la muerte.

    Purity se gana la vida ahora ayudando a llevar una tienda, gracias al Proyecto de Empoderamiento Económico de las Niñas (Girls Economic Empowerment Project ?GEEP-, en inglés), que ha puesto en marcha Plan Internacional. Este programa ofrece becas para la formación profesional, orientación, habilidades empresariales y formación empresarial para las participantes, al tiempo que les anima a hacer presión para defender sus derechos.

    ?He aprendido que chicas como yo tenemos derecho a poder emprender nuestro propio negocio?, comenta Purity. ?Antes de unirme al proyecto no hacía nada, simplemente me ocupaba de la casa?.

    Purity y Saviour colaboran con Plan Internacional creando conciencia sobre el tema del matrimonio precoz y forzado, como fue su propio caso. Su historia alerta de la necesidad de un mayor conocimiento sobre anticoncepción y salud sexual entre las niñas, pues ello puede ayudar a aplacar la problemática del matrimonio infantil.