La infancia sufre hambre extrema mientras persiste el riesgo de hambruna en Sudán

La comunidad internacional debe apoyar urgentemente una solución pacífica al conflicto en Sudán, que se prevé agravará los ya altísimos niveles de hambre, poniendo en riesgo a millones de personas.

En respuesta al informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC, por sus siglas en inglés), respaldado por la ONU, sobre la situación de hambruna en Sudán, el director de Plan International Sudán, Mohamed Kamal, declara:

“Ya estamos viendo signos de hambruna masiva en los campamentos, donde las madres llegan sin poder alimentar a sus hijos e hijas. El pronóstico del informe del IPC de hoy es una advertencia grave: la situación solo va a empeorar. Nuestros temores se están haciendo realidad.

Esta es la peor crisis de hambre del mundo en este momento: el conflicto entra en su tercer año y el informe advierte que la situación se deteriorará drásticamente entre julio y septiembre, siendo la infancia la más expuesta. En Sudán, 24,6 millones de personas se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, de las cuales 8,1 millones se encuentran en niveles de emergencia”.

Hambruna detectada en cinco zonas

“Se ha detectado hambruna en cinco zonas de El Fasher y las Montañas Nuba Occidentales, regiones especialmente difíciles de alcanzar para proporcionar ayuda humanitaria debido a la gravedad de la situación de seguridad. Con la inminente temporada de lluvias, los desplazamientos se verán aún más limitados, lo que agravará la inseguridad alimentaria en los próximos meses.

En Sudán, niñas y niños se están muriendo cada día por deshidratación y desnutrición. Cientos de miles sufren malnutrición. Una niña de 10 años nos contó recientemente que su única comida diaria durante meses ha sido sopa de lentejas, y que sueña con comer fruta.

Esta es la peor crisis de hambre del mundo en este momento. El informe del IPC ha advertido que la situación se deteriorará drásticamente, con la infancia como grupo más afectado.

En el caso de las niñas y mujeres jóvenes, el impacto es aún más grave: suelen comer las últimas y en menor cantidad, y enfrentan un mayor riesgo de matrimonio infantil, ya que muchas familias recurren a ello al no poder alimentarlas.

La falta de acceso a agua potable ha provocado un brote generalizado de cólera en muchas partes del país, con más de 32.000 casos sospechosos registrados en lo que va de año. La cólera puede ser letal para niños y niñas desnutridos y deshidratados.

El conflicto genera riesgo, baja producción de alimentos e inestabilidad económica

El mes pasado, un convoy humanitario conjunto de la ONU fue atacado en Darfur del Norte. Varios trabajadores humanitarios fueron asesinados y los suministros de alimentos y nutrición fueron destruidos antes de llegar a las familias que los necesitaban. Cada vez es más difícil operar en las zonas con mayores necesidades.

El conflicto continúa interrumpiendo la actividad agrícola, y Sudán enfrenta una grave inestabilidad económica y una inflación elevada que limita el acceso de la población a los alimentos. Esta situación se ha agravado por los recortes en la ayuda internacional, que han obligado al cierre de comedores comunitarios que dependían de esos fondos.

Esta es la mayor emergencia humanitaria del mundo, y desde Plan International seguimos trabajando en todo el país para brindar asistencia, pero la comunidad internacional debe apoyar urgentemente una solución pacífica al conflicto que lleva más de dos años devastando a la población sudanesa.”