El cierre de las escuelas, el aislamiento y el aumento de la pobreza debido a la pandemia, están exponiendo a las niñas más vulnerables a un mayor riesgo de matrimonio infantil. En Bangladés, el cuarto país en el mundo con mayor cantidad de matrimonios infantiles, se ha detectado que esta práctica ha aumentado en un 13% debido al cierre prolongado de escuelas en todo el país.
En el distrito de Kurigram, Monalisa, una joven de 15 años, descubrió por accidente que sus padres estaban planeando su matrimonio. “Un día, al volver a casa, vi a dos desconocidos hablando con mis padres. Después de escuchar un rato, supe que me estaban organizando mi matrimonio en secreto”.
La Covid-19 está afectando gravemente la vida de las niñas. Las restricciones y el distanciamiento físico dificultan su acceso a la atención sanitaria, los servicios sociales y el apoyo comunitario que las protegen del matrimonio infantil, los embarazos no deseados y la violencia.
Como había sido participante del proyecto “Building Better Futures for Girls (BBFG)” de Plan International, Monalisa conocía muy bien sus derechos y entendía que tenía que actuar para cambiar su futuro. “Me opuse firmemente a la boda y les dije a mis padres que no quería arriesgar mi vida casándome tan pronto, quería cumplir mi sueño de completar mi educación”, explica.
A pesar de las continuas presiones de sus padres para que se sometiera a los planes de matrimonio, Monalisa se mantuvo firme en su decisión y advirtió a sus padres de que, si la obligaban a casarse, estarían infringiendo la ley. “Les dije que no tenía edad para casarme y que no me casaría hasta que terminara mis estudios”.
Finalmente, los padres de Monalisa aceptaron su decisión y abandonaron los planes de boda. Sus amigos y vecinos se quedaron asombrados por su fuerza y determinación, y Monalisa se convirtió en una figura de referencia para el resto de niñas y jóvenes, incluso publicó en el periódico local la historia de cómo detuvo su propia boda.
El proyecto “BBFG”, financiado por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), se ocupa de tres áreas clave de los derechos de la infancia, los derechos a la identidad, la protección y la participación, cuya falta ha hecho que las tasas de matrimonio infantil en Bangladés sean las más altas de Asia.
Trabajando con las adolescentes, sus familias y la comunidad local, dotamos a las niñas de las habilidades necesarias para protegerse del matrimonio infantil, así como de otras normas y prácticas de género perjudiciales, para que puedan determinar su propio futuro.
Además, trabajamos para que las comunidades valoren más a las niñas, desafíen los estereotipos de género y actúen para detener los matrimonios infantiles. También se han reforzado los sistemas de protección de la infancia a nivel local y de distrito para abordar y responder a las violaciones de los derechos de la infancia, especialmente el matrimonio infantil y la inscripción de los nacimientos.
Monalisa está ahora en el último año de la escuela secundaria. Es una estudiante muy trabajadora y ha sido la mejor de su clase todos los años desde el sexto al décimo curso.
Además de continuar con sus estudios, Monalisa participa en varias actividades extraescolares a través del proyecto, como concursos de debate entre escuelas, talleres de planificación y fútbol femenino. También imparte charlas sobre las consecuencias negativas del matrimonio infantil y anima a las niñas a que sigan asistiendo a la escuela.
Actualmente, tiene la mirada puesta en su futuro y espera poder continuar con sus estudios e ir a la universidad. “Ahora sueño con una nueva vida. Quiero trabajar para una organización de desarrollo y cambiar el pensamiento y las ideas estereotipadas de la sociedad”.