Sobrevivir en una comunidad remota en medio de la montaña puede ser difícil incluso para los más fuertes, cuando se vive con una discapacidad, es todavía más desafiante. Meun, de 45 años, su marido Kong, de 65, y uno de sus hijos tienen una discapacidad que les limita su movilidad.
Uno de los desafíos más grandes para Meun era su salud e higiene menstrual, ya que tenía que caminar cuesta abajo para llegar al arroyo donde lavar la ropa manchada. Esta tarea le resultaba difícil y le llevaba mucho tiempo, lo que la exponía a infecciones: “Cada paso por ese camino es un desafío para mí. Tengo que moverme lentamente y con cuidado cuesta abajo para lavar mis vestidos manchados“.
La familia de Meun también tenía dificultades para ir al baño. Sin váter cerca, utilizaban el bosque como aseo, pero les resultaba difícil llegar, especialmente durante la noche o en la temporada de lluvias.
A principios de 2021, Plan International comenzó a trabajar en el pueblo de Meun para mejorar las condiciones de salubridad. El proyecto trabajó con los habitantes del pueblo para identificar sus necesidades y poder dar una respuesta adecuada. Uno de los problemas que la comunidad planteó fue la falta de baños, que estaba causando problemas de salud.
Los desechos humanos y animales atraen moscas y otros insectos que pueden transmitir enfermedades, también contaminan fuentes de agua potable y propagan enfermedades como el cólera, la diarrea y la disentería.
Para abordar este problema, hemos ofrecido apoyo técnico a los hogares para que construyan sus propios baños. También se han establecido comités de saneamiento dirigidos por la comunidad para motivar a cada hogar a alcanzar su objetivo de una comunidad salubre. Así, se llevaron a cabo sesiones de capacitación para concienciar sobre la importancia de usar el baño y promover buenas prácticas de higiene personal, como lavarse las manos con jabón, hervir agua, mantener el entorno libre, etc.
“Tenemos dificultades para caminar, por lo que tener un váter mejora nuestra salud y proporciona privacidad a mi esposa para manejar su período y lavarse“, explica Kong.
El proyecto integra la igualdad de género y la inclusión para asegurarse de que se atiendan las necesidades de todos los miembros de la comunidad. “No me sentí discriminada porque participé en todas las reuniones del proyecto y otras actividades“, comparte Meun con una sonrisa.
A mediados de 2021, las 65 familias del pueblo de Meun habían terminado de construir sus letrinas con el apoyo del comité, el personal de salud del distrito y Plan International. El 23 de junio de 2021, la comunidad celebró su éxito y su pueblo fue declarado salubre, recibiendo un certificado del gobernador del distrito.
“Con el apoyo de los otros habitantes del pueblo, el comité, el personal de salud del distrito y el personal del proyecto, ahora tenemos un váter para usar y ya no tengo que preocuparme cuando tengo mi período“, dice Meun.