Rima, de 12 años, vive en una comunidad en Nepal donde la educación de las niñas no es una prioridad. A menudo, las niñas se encargan de las tareas domésticas y las casan a una edad temprana para recibir una dote y aliviar la presión económica.
Rima pertenece a una familia numerosa con escasos recursos económicos. Aunque asiste a la escuela, no recibe mucho apoyo de sus padres. “No recibo ayuda con mis estudios en casa. Me cuesta leer y escribir, y mis notas no son muy buenas. Me da vergüenza ir a la escuela”, comenta Rima.
En el distrito de Dhanusa, en Nepal, las niñas enfrentan múltiples obstáculos a la hora de acceder a la educación debido a la pobreza, las normas culturales y prácticas tradicionales dañinas, como el matrimonio infantil. Además, muchas se ven obligadas a asumir responsabilidades domésticas, desde las tareas del hogar hasta el cuidado de sus familiares. Esto hace que muchas niñas deban equilibrar sus estudios con sus deberes en casa, dificultándoles concentrarse en sus estudios.
Aunque la madre de Rima apoya su educación, reconoce que la situación familiar no les permite cubrir todas las necesidades. “Trabajamos duro por nuestros hijos, pero nuestros ingresos no son suficientes para darles todo lo que necesitan. Esperamos que todos ellos puedan sus estudios superiores”.
En la escuela, Rima comenzó a quedarse atrás. Sus habilidades de lectura y escritura no estaban al nivel adecuado y le costaba concentrarse en clase. Al reconocer sus dificultades, su maestra recomendó que se uniera a una clase de refuerzo.
A través del proyecto “Niñas, no Novias” de Plan International, se han implementado clases de refuerzo en las escuelas para estudiantes con dificultades académicas. El proyecto ha formado a facilitadores que emplean técnicas innovadoras para ayudar a las estudiantes a ponerse al día, profundizar en la materia y evitar que se queden permanentemente atrás.
Después de tres meses de dedicación, las habilidades académicas de Rima han mejorado notablemente. Ahora es capaz de construir oraciones en nepalí, ha mejorado su inglés y domina operaciones matemáticas básicas como sumas, restas y multiplicaciones.
El proyecto también involucra a los padres y madres, quienes participan en sesiones de formación sobre la importancia de la educación infantil. Allí aprenden cómo crear un entorno adecuado en casa.
“Jamás pensé que aprender podría ser tan divertido”, comenta Rima después de unos meses en las clases. “He mejorado mucho. Ahora puedo leer historias sin trabarme, escribir oraciones correctamente e incluso resolver problemas matemáticos que antes me costaban mucho”.Principio del formulario