En Sierra Leona, la Cooperativa Muamia es un ejemplo inspirador del poder de la autonomía económica de las mujeres y la colaboración comunitaria. Lo que comenzó en 1996 con un pequeño grupo de mujeres ha crecido hasta convertirse en una cooperativa próspera que tiene una fuerte presencia en todo el país.
Bajo el liderazgo de Hawa, la Cooperativa Muamia no solo enseña a mujeres diferentes habilidades como carpintería, teñido de tela y hacer jabón, sino que también promueve prácticas agrícolas sostenibles y tiene un negocio exitoso de procesamiento de mandioca. “Si quieres lograr algo, hazlo con todo tu corazón”, dice Hawa. “Sé confiable, y la gente te ayudará a alcanzar tus metas”.
Hawa comenzó el grupo de mujeres Moluma con solo cinco miembros para formar a mujeres afectadas por la pobreza y el conflicto en Sierra Leona. Reconociendo la necesidad de un enfoque más sostenible, las mujeres decidieron formar la cooperativa Muamia, que significa “somos uno”.
Como cooperativa, las mujeres han podido diversificar sus actividades y han comenzado a procesar mandioca. “Obtenemos la mandioca de diferentes granjas”, explica Hawa. “El proceso incluye lavar, rallar, prensar y secar la mandioca. El producto final se usa para hacer harina o gari, que es muy popular en África Occidental”.
Cuando la cooperativa creció y los ingresos del procesamiento de mandioca aumentaron, las mujeres construyeron una escuela maternal para que sus hijos pequeños asistieran mientras ellas trabajaban. Más tarde, ampliaron la escuela para incluir educación primaria y asegurarse de que todos los niños y niñas tengan acceso a la educación.
Hoy en día, la Cooperativa Muamia tiene diez grupos de 30 personas cada uno, con un total de 300 miembros. Desde 2020, la cooperativa trabaja con Plan International para proveer harina de mandioca a escuelas en el distrito de Bo, apoyando programas de alimentación escolar.
A medida que aumentaba la demanda de su harina, Muamia involucró a otros grupos de mujeres para ayudar con la creciente producción. Hasta la fecha, la cooperativa ha suministrado más de 9.000 bolsas de gari, una harina gruesa y versátil hecha de mandioca, fundamental en la alimentación de muchas comunidades en África Occidental, a Plan International.
“Nuestra colaboración con Plan International nos ha permitido expandir nuestras granjas y desarrollar otras iniciativas”, dice Hawa. “Hemos mejorado nuestras viviendas y logramos construir nuestra primera escuela, y ahora estamos trabajando en una segunda”.
Mirando hacia el futuro, la cooperativa planea expandir sus operaciones de procesamiento de mandioca por todo Sierra Leona y mejorar su equipo para ser más eficientes. “Queremos construir más escuelas, desde la guardería hasta secundaria, y quizás incluso una universidad”, dice Hawa, cuya visión refleja el compromiso de la cooperativa con el desarrollo comunitario y la educación de los niños y niñas, asegurando un futuro mejor para las próximas generaciones.