Sapa, de 44 años, y su esposo mantienen a su familia a través de la agricultura, pero lo poco que pueden cultivar solo les da para vivir unos pocos meses. “El año pasado plantamos frijoles y mijo. Los ingresos generados por la venta de estos cultivos se agotaron unos meses después de la cosecha. Comemos solo dos veces al día: gachas para el almuerzo y arroz para la cena“.
La vida en la región de Maradi se está volviendo cada vez más difícil. El cambio climático representa una gran amenaza para las comunidades en Níger, donde más del 80% de la población depende de la agricultura para ganarse la vida. Pero a medida que las temperaturas en el Sahel aumentan, los medios de vida desaparecen.
Para apoyar a las mujeres que luchan para mantener a sus familias, Plan International está desarrollandoun programa de energía renovable que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de las comunidades agrícolas afectadas por el cambio climático.
En el pueblo de Sapa se ha instalado una plataforma solar multifuncional de 10 kW. La tecnología de energía limpia puede alimentar electrodomésticos destinados al trabajo, el ocio y la atención médica en lugares donde la red eléctrica es poco confiable o no está disponible. “Ahora podemos comprar frigoríficos, molinos de semillas y prensas de aceite que funcionan con energía solar para producir harina, aceite y bebidas“, explica Sapa, quien tiene tres hijos.
Las mujeres también aprendieron a elaborar planes de negocios, habilidades de marketing y cómo administrar y mantener la plataforma solar. Sapa fue nombrada presidenta de la cooperativa de energía solar de mujeres y dice que todos en el pueblo ahora tienen acceso a electricidad y maquinaria que pueden utilizar para generar ingresos.
“Las mujeres del pueblo ya no tienen que caminar kilómetros para moler su mijo y cacahuetes. Todo lo que tienen que hacer es ir a la unidad de producción y pagar por el servicio. Antes, caminaban hasta 100 km. Gracias a estas máquinas, ahora tenemos el monopolio de la producción de harina y aceite en el pueblo“, explica.
Sapa nos cuenta que ha establecido un pequeño negocio de venta de bebidas. “Gano 5.000 FCFA (menos de un euro) al día solo vendiendo bebidas. También tengo un dispositivo alimentado por energía solar para cargar teléfonos. Por último, vendo jabón y sal desde mi tienda móvil, que instalo todos los días en la sala de energía solar“.
La provisión de energía renovable empodera a las mujeres en las comunidades rurales, tiene el potencial de mejorar vidas y reduce el impacto climático en el planeta. “Nunca pensamos que podríamos tener estas máquinas aquí y ser independientes. Hoy, gracias a los paneles solares, puedo mantener a mi familia y ayudar a las demás mujeres del pueblo. Los hombres también están felices y nos apoyan en nuestra iniciativa“, comparte Sapa.
Sapa ahora espera que la cosecha de este año genere a su familia un mayor beneficio. Ella y las demás mujeres del pueblo tienen la intención de producir más harina de cacahuete y aceite utilizando las máquinas que ahora tienen a su disposición y que compraron mediante préstamos del grupo de ahorro establecido en el pueblo por Plan International. “Esperamos poder pagar nuestro préstamo en dos años“, dice Sapa, explicando que la cooperativa de mujeres quiere expandir sus operaciones: “Nos gustaría tener más máquinas para aumentar nuestra producción y obtener más ingresos“.
ACERCA DEL PROYECTO
Desde 2019, Plan International implementa el proyecto “Desarrollo socioeconómico de mujeres en comunidades rurales en las regiones de Maradi y Tahoua a través de energías renovables” con financiamiento de la AECID. El proyecto apoya a 1.183 mujeres de 37 comunidades en las regiones de Maradi y Tahoua.