Gabriela sabe lo que significa empezar de nuevo. A los 11 años, dejó su hogar en Venezuela para instalarse con su familia en Lima, Perú. El viaje fue largo y desafiante, pero lo más difícil fue dejar atrás todo lo que conocía y adaptarse a una nueva cultura. “Meter toda mi vida en una maleta fue una de las experiencias más frías que he vivido” recuerda.
Su llegada a sexto grado de primaria no fue fácil. Encontró barreras en el lenguaje y en las costumbres, y tuvo que enfrentar, en algunos casos, burlas por ser extranjera. Sin embargo, con el tiempo, logró integrarse y sentirse parte de su comunidad educativa. “Terminar el colegio donde lo empecé me dio una sensación de pertenencia” dice con orgullo.
Participación en el proyecto ELLA
Fue en la escuela donde Gabriela recuerda que la invitaron a participar en los talleres del proyecto ELLA. En estas charlas tuvo su primer acercamiento a temas como el consentimiento y los derechos de las adolescentes.
Al principio, no imaginó lo importante que sería esa información en su vida. “Aprender sobre menstruación saludable y tener acceso a información precisa me permitió tomar decisiones conscientes y compartir ese conocimiento con mis compañeras” explica. Se convirtió en una referente entre sus amigas, brindándoles apoyo y ayudándolas a despejar dudas.
El activismo
Su compromiso con la información y el empoderamiento la llevó a dar un paso más: creó una cuenta en Instagram donde comparte contenido sobre los derechos de las niñas y adolescentes. Desde ahí, ha documentado su participación en eventos importantes, como la visita del embajador de Canadá y el Día Internacional de la Niña.
Gabriela siente que su rol como comunicadora es clave para generar un cambio positivo en su comunidad. “Merecemos un cambio real, y estos espacios nos permiten alzar la voz sin miedo,” afirma.
Para Gabriela, el proyecto ELLA ha sido una experiencia que le permitió fortalecer su liderazgo y reafirmar su convicción de que la información es poder. Hoy, invita a otras adolescentes a informarse, expresarse y ser agentes de cambio. “Si tienes algo que decir, dilo. Si ves una injusticia, denuncia. Nuestra voz es la herramienta más poderosa para construir el futuro que queremos”.
Sobre el proyecto:
El Proyecto ELLA ha logrado un impacto significativo en la vida de adolescentes y jóvenes a través de acciones de formación y entrega de recursos esenciales para su bienestar. A lo largo de 3 años, el proyecto ha logrado impactar en 200 adolescentes y jóvenes quienes fueron capacitados y capacitadas en temas clave como autocuidado, protección y salud sexual y reproductiva, promoviendo su autonomía y toma de decisiones informadas.
Además, 1.155 adolescentes y jóvenes recibieron formación sobre el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y mecanismos de protección, mientras que 121 operadores de salud y protección fueron capacitados y capacitadas para mejorar la atención y acompañamiento en sus comunidades. La capacitación también llegó a 49 líderes y lideresas comunitarios, quienes ahora cuentan con herramientas en primeros auxilios psicológicos para brindar apoyo en situaciones de crisis.
Como parte de las acciones para garantizar el acceso a recursos esenciales, el proyecto facilitó la entrega de 3.230 kits socioemocionales, de gestión menstrual y de salud sexual y reproductiva, así como 3.247 apoyos en efectivo multipropósito o vales de alimentos, respondiendo a necesidades urgentes de la población.