“Solía tratar injustamente a mis hermanas y a las chicas en clase. Ahora quiero que vivan sin violencia ni discriminación”, dice Samuel, un niño de 12 años, quien afirma que su participación en nuestro proyecto “Escuelas Seguras para las Niñas” ha cambiado su forma de ver la vida.
Samuel creció en una familia tradicional del distrito de Koinadugu. Su padre es pastor y su madre trabaja como vendedora en el mercado. “Tengo un hermano y dos hermanas. Solía pasar la mayor parte de mi tiempo jugando con mis amigos, mientras que mis hermanas eran quienes hacían todas las tareas domésticas”, admite.
En la mayoría de los hogares de Sierra Leona, tradicionalmente, las mujeres se encargan de cuidar de los niños, los visten y limpian la casa, además de preparar la comida y recoger agua y leña. Desde temprana edad, a las niñas se les enseña a priorizar las tareas del hogar, el matrimonio y el cuidado de los hijos, mientras que a los niños se les forma para asumir roles de liderazgo tanto en el hogar como en la escuela.
Samuel admite que, antes de unirse a nuestro proyecto, su educación no era una prioridad. La interacción con sus hermanas y las lecciones del proyecto cambiaron su forma de ver la vida. “En la escuela, me uní al club “Campeones y Campeonas del Cambio”, en el que aprendí sobre el poder de la solidaridad, la igualdad de género y la importancia de luchar contra la discriminación”.
El modelo de “Campeones y Campeonas del Cambio” anima tanto a niñas como a niños a explorar y cuestionar las normas de género. “Ahora me doy cuenta de que la verdadera igualdad implica compartir responsabilidades sin importar el género”, dice Samuel. “Hoy en día comparto las tareas con mis hermanas; lavo la ropa y barro el patio. También animo a mi hermano y a mi padre a ayudar en la cocina, diciéndoles que cocinar no es solo cosa de mujeres. Actualmente, quien se levanta primero es quien barre. Los chicos ayudan en la cocina para que las niñas tengan tiempo de jugar y tanto niños como niñas tienen el mismo tiempo para estudiar”.
Este cambio ha ido más allá de su hogar, y Samuel se ha convertido en un defensor de la igualdad de género en su comunidad.
Samuel también anima a las niñas a postularse como delegadas de clase y ha creado un sistema de turnos para las tareas de clase, asegurando que tanto los niños como las niñas se turnen para barrer las aulas. Como resultado, más niñas han asumido roles de liderazgo en diversas actividades escolares.
Su maestra y mentora, la Sra. Verónica, ha desempeñado un papel fundamental en la transformación de Samuel. Ella vio su potencial y, juntos, debaten y abordan temas delicados como la desigualdad de género, la discriminación y el embarazo adolescente durante sus sesiones semanales de mentoría.
Samuel, un alumno brillante con grandes sueños, se ha presentado recientemente al Examen Nacional de Primaria y dice que quiere convertirse en médico para ofrecer atención médica en las zonas más desatendidas del país. También está comprometido a continuar defendiendo los derechos de las niñas. “Espero un futuro donde todos los niños y niñas puedan prosperar y generar cambios positivos. Estoy defendiendo comunidades libres de violencia, incluso en los rincones más remotos”, concluye.
Sobre el proyecto
“Escuelas Seguras para las Niñas” tiene como objetivo crear escuelas seguras y entornos de apoyo donde las niñas puedan prosperar y desarrollar su máximo potencial. A través de la financiación de Comic Relief y junto con la Federación Daindemben como nuestro socio local, Plan International está implementando el proyecto en el distrito de Koinadugu. Nuestro objetivo es crear un entorno escolar libre de todas las formas de violencia, con la meta de llegar a más de 5.500 participantes.