Con la popularización del internet móvil y los smartphones vivimos muchos cambios en el modelo de producción y consumo de información: ahora cualquier persona puede publicar, compartir y producir contenidos de manera fácil y rápida. Además, los medios de comunicación tradicionales vienen sufriendo una crisis de legitimidad en los últimos años. Como resultado, nunca tuvimos tanto acceso a la información pero a la par vivimos bajo el ataque constante de bulos y patrañas. Cada día recibimos contenidos falsos o manipulados que se hacen pasar por «informaciones veraces» y tenemos que aprender a reconocerlos y así poder tomar decisiones informadas. Es necesario redefinir nuestra relación con la información y la tecnología y entender que el acceso a información veraz es un derecho democrático fundamental.