Reconocer la comida como un derecho básico es un paso esencial para ayudar y asistir a las niñas afectadas por la crisis del hambre, asevera un nuevo informe de la agencia humanitaria y de desarrollo Plan International.
Los actuales niveles de hambre sin precedentes siguen teniendo efectos devastadores para niños, niñas y mujeres jóvenes. Las consecuencias derivadas de esta crisis afectan a ámbitos que trascienden el hambre, ya que las niñas suelen ser las primeras en abandonar la escuela o las últimas en comer cuando escasean los alimentos, así como también son más vulnerables a los matrimonios precoces y forzados, al trabajo infantil, a la violencia de género, a la explotación sexual y a los embarazos no deseados.