HISTORIAS DE CAMBIO​

Descubre grandes historias de cambio.

Las siguientes historias de cambio son ejemplos reales de personas y comunidades a las que hemos podido ayudar gracias a la solidaridad de nuestros donantes y el esfuerzo de empleados y voluntarios para que tengan una vida mejor. Estos casos de éxito son de algunos de los cientos de proyectos que desarrollamos en más de 50 países en desarrollo.

EDUCACIÓN

 

Historia de cambio sobre educación de Plan International
 
Historia de cambio sobre educación de Plan International en Pakistán

Rehana, una joven pakistaní de 22 años, fue obligada a abandonar el colegio con 14 años. Su padre no quería que siguiera estudiando. Pronto se casó y ya es madre de dos hijos.

Años después, ha conseguido volver al colegio, pero el camino no le ha sido fácil. Le ha costado mucho convencer a su marido de los efectos positivos de la educación, pero ahora asiste a un centro de educación no formal en Pakistán gestionado por Plan International. 

Abandoné el colegio porque mi padre no quería que siguiera estudiando. No le gustaba mandar a su hijas fuera de casa

Rehana conoce bien las razones por las que se prohíbe a las niñas pakistaníes asistir al colegio. “Algunas no pueden pagar las tasas y otras se casan tan pronto que tienen que dejar la escuela”, explica. En otros casos, como el suyo, la familia se opone a su educación. 

LOS BENEFICIOS DE UNA EDUCACIÓN

Rehana no se dio por vencida. Cuando se casó, enseguida tuvo dos hijos. No obstante, estaba convencida de que ir al colegio era tan importante para sus hijos como para ella, por lo que hizo todo lo posible para convencer a su marido de los beneficios de asistir a clase. 

Al principio, a mi marido no le agradaba la idea de que yo fuera al colegio y no quería que asistiera al centro de educación no formal, pero le aseguré que seguiría haciéndome cargo de los niños y las tareas de casa como hasta entonces

Para esta joven madre, era muy importante dejar claro a su familia que los centros educativos de Plan International le proporcionaban un entorno protector en el que se sentía muy cómoda. “La calidad de la educación es muy buena, comparada con la del gobierno, en la que se pagan unas tasas demasiado altas y hay muy pocos profesores”, dice.

Cree que su educación también beneficiará a sus hijos. “Quiero ser una madre formada para poder enseñar a mis hijos y también quiero que ellos reciban una buena educación”.

EMPRENDIMIENTO ECONÓMICO

Luceli, que desde pequeña ha recibido el apoyo de Plan International para su educación, participa ahora en el Proyecto de Emprendimiento Juvenil que la organización lleva a cabo en El Salvador. Esta joven ha comenzado su negocio de panadería tras asistir a un curso de formación de cocina puesto en marcha por Plan International. Ahora toda su familia está involucrada en el negocio, que distribuye pan para que se venda en las tiendas locales.

Los ingresos que obtiene le están permitiendo continuar con su propia formación y ayudar a la de sus hermanos. Pero Luceli no se queda aquí: desea abrir su propia cafetería y panadería donde vender café y pan recién hecho.

Luceli pudo finalizar sus estudios y terminar el Bachillerato con la ayuda de una beca escolar de Plan International. Después conoció los cursos que la organización estaba impartiendo en la ciudad de Santa Tecla así que, como ella misma explica, “fui, investigué y me animé a cursar una formación en gastronomía y, gracias a esto, ahora estoy iniciando mi negocio”.

 

 

NEGOCIO FAMILIAR Y FUTURA FUENTE DE EMPLEO PARA JÓVENES

Uno de los deseos de Luceli es que su negocio sirva para poder ayudar económicamente a su familia y, sobre todo, a sus hermanos menores, para que puedan continuar estudiando. Así, el negocio se ha convertido en un proyecto familiar, en el que todos los miembros de la familia aportan su granito de arena.

En la comunidad donde vive Luceli el pan que se consume llega de otras zonas y, por tanto, es más caro. Ahora ella proporciona a sus vecinos un pan hecho en la propia comunidad con un precio más justo para sus clientes.

Todo el mundo que quiera hacer cosas buenas las puede conseguir; solo tiene que esforzarse

Luceli sueña con ampliar su negocio, repartiendo a más tiendas y con jóvenes de la comunidad trabajando con ella. En el futuro, le gustaría regentar su propia cafetería: “Yo lo llamo ‘cafipanadería’ porque quiero vender café y que el pan esté recién hecho. A la gente le gusta todo lo que está recién hecho porque es más bueno”, afirma convencida.

Mujeres como Luceli hacen avanzar sus comunidades y sus países; los estudios demuestran que ellas reinvierten el 90% de sus ingresos en su comunidad, en la educación, la salud y el empleo de su familia y vecinos. 

SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA

Hasta hace muy poco el tema de la ablación era considerado un tema tabú en muchas comunidades de Mali y Guinea Bissau. Por ese motivo, Plan International trabaja con un enfoque participativo en el que se integra a niños, niñas y comunidades para generar un cambio en el que la infancia sea la protagonista.

LAS JÓVENES, PROTAGONISTAS DEL CAMBIO EN MALI Y GUINEA BISSAU

 

Salud sexual
 
Salud sexual

Las menores y adolescentes son quienes, a través del diálogo, de forma creativa y sin ofender la sensibilidad de a quienes se dirigen, explican a sus padres, vecinos y familiares lo que implica esta práctica. A través de la creación de dibujos, poesías, canciones o interpretaciones, la comunidad y en particular las niñas, pueden conocer y demandar sus derechos.

Madina Bocoum Daff, gerente de proyectos de Plan International en Malí, asegura que “esta metodología de trabajo ha hecho posible que muchas niñas pierdan el miedo a expresarse en público, sin vergüenza. Una mujer como yo, sometida a la ablación, conoce de primera mano el impacto del trauma vivido, a nivel físico y psicológico y la duración de este a lo largo de toda la vida. El dolor, el sufrimiento y la infancia perdida son aspectos que ya no tienen solución, pero con determinación podemos salvar la integridad física y moral de millones de niñas”. 

Hemos tenido éxito en muchas comunidades. Varias de ellas ya han puesto fin a la ablación. 

“Hemos logrado apoyos por parte de líderes comunitarios y pueblos con las actividades de sensibilización. Pero para lograr un cambio real en la mentalidad de los pueblos es fundamental el esfuerzo y el compromiso a largo plazo. Si bien no es una actividad costosa a nivel presupuestario sí se requiere la implicación duradera por parte de todos los actores sociales e institucionales”.

PROTECCIÓN DE LA INFANCIA

 

Historia de cambio sobre protección de la infancia
 
Proyecto de Plan International de protección de la infancia: niñas ex kamalari en Nepal

A los 7 años, Anupa Kathariya fue vendida como esclava doméstica –kamalari- en una aldea al noroeste de Nepal. Su familia era demasiado pobre para mantenerla y además pertenecía al pueblo Tharu, que tradicionalmente envía a sus hijas a trabajar con familias ricas. “Mis padres estaban tristes por tener que enviarme a trabajar, pero no había otra opción y lo acepté”, cuenta Kathariya.

La joven trabajó como kamalari durante 8 años de su infancia y adolescencia. Jamás recibió dinero por su trabajo pues todas las pagas eran enviadas a sus padres. No sabe cuánto ganó durante esos años.

Los primeros dos lugares en los que trabajó eran cerca de su casa, por lo que podía regresar cada noche con su familia. Estuvo con su primer “dueño”, como lo llama ella, durante tres años. “Me encargaba de los niños y las cabras y hacía la limpieza”, explica la joven.

Durante su tercer año como kamalari, le fue permitido estudiar cada cierto tiempo con otras chicas y mujeres que no podían ir a la escuela. “Sin embargo, había mucho trabajo que hacer, así que no pude continuar estudiando”, afirma. En esa época, Kathariya se percató de lo mucho que deseaba ir al colegio. Cuenta que sus recuerdos de infancia más duros son aquellos en los que veía a los otros niños estudiar y jugar.

Con su segundo dueño las condiciones empeoraron. Tuvo que limpiar, cocinar, encargarse de los animales y labrar el campo. Empezaba la faena desde la mañana y terminaba tarde en la noche. “Trabajar en el campo era muy difícil, sobre todo en la temporada de lluvia, cuando tenía que plantar arroz entre el lodo”, relata Kathariya.

En su tercer trabajo, las condiciones fueron más humillantes. Tenía que dormir en el suelo de la cocina y recolectar excremento de vaca en las calles para usarlo como fertilizante. Durante esa época comenzó a tener el período. Cada mes tenía que dormir afuera, en un refugio para animales, durante siete días. Ni siquiera le permitían tocar los grifos de agua.

Lo peor de esos años era la constante humillación. Los dueños nunca estaban felices con mi trabajo

La vida de Kathariya cambió cuando la encontró el personal de Plan International encargado del Proyecto de Abolición de las Prácticas Kamalari. Desde 2006 esta forma de esclavitud está prohibida, pero muchas familias en situación de pobreza del noroeste de Nepal lo desconocen. El personal va de puerta en puerta para contar la ilegalidad de la práctica tanto a los dueños como a los padres de las niñas.

Kathariya fue devuelta a su hogar y gracias a Plan International pudo aprender sobre emprendimiento. Ahora tiene un pequeño negocio en el que vende medicamentos para animales, semillas, fertilizantes y pesticidas. También cuenta con una beca para poder terminar el colegio. Además, la joven presta su apoyo para ayudar a liberar a otras kamalari. “He participado en la liberación de cuatro chicas. En la zona en la que vivo, difundo el mensaje contra este sistema de opresión. En el futuro, espero que podamos acabar con esta injusticia”, sentencia.

CUIDADO Y DESARROLLO DE LA PRIMERA INFANCIA

 

Cuidado de la primera infancia
 
Cuidado de la primera infancia

En Timor Occidental, Indonesia, Plan International imparte talleres de enseñanza sobre lactancia materna y alimentación en la primera infancia. La desnutrición infantil en esta zona de Asia alcanza niveles alarmantes: el 30% de los niños menores de 5 años se encuentra por debajo de su peso. En algunas áreas, la cifra llega a 63%.

El problema no se debe a falta de alimento. Se trata más bien de una combinación de prácticas culturales junto con una preparación inadecuada de los alimentos. Además, a menudo los niños son dejados al cuidado de otros niños mayores que no tienen los conocimientos necesarios para darles una alimentación sana.

Para atajar este problema, Plan International está formando a los habitantes de las villas para que transmitan importantes conocimientos sobre salud y nutrición infantil. Los voluntarios y el personal sanitario reciben entrenamiento para que eduquen al resto de la comunidad sobre el tema. De esta manera, las enseñanzas son mejor recibidas por las familias, pues las imparte alguien de su comunidad en quien confían y no un extraño al que podrían no prestar tanta atención. Además se les enseña a cocinar alimentos nutritivos a las madres y a los cuidadores.También se está fortaleciendo la existente red de centros de salud infantil.

En poco tiempo, las medidas han comenzado a tener éxito. Theresia Timo, habitante de la zona, tiene dos niños y cuenta como, gracias a la formación recibida, su hijo menor ha sido un niño sano desde su nacimiento. El mayor, por su parte, padecía de una importante desnutrición. Pero gracias a los conocimientos adquiridos, el pequeño ha ganado un kilo de peso.

Resultados como estos permiten confiar en que el programa garantizará la salud de la próxima generación de niños de Timor Occidental.

AGUA, SANEAMIENTO Y ENERGÍAS LIMPIAS

 

Historia de cambio sobre proyectos de agua y saneamiento de Plan International
 
Proyecto de agua y saneamiento de Plan International en Malí

Kofeba es un pueblo de Malí en el que casi nunca llueve. Para emporar las cosas, el agua de los pozos está contaminada con sal, lo que ha traído muchos problemas a la población. Apenas el 11% de los residentes consigue agua potable y se estima que en 2007 la mortalidad infantil llegó a alcanzar el 196‰, causada principalmente por la disentería y la diarrea.

Los niños del pueblo deben atravesar grandes distancias en busca de agua para sus familias. Este hecho repercute en su educación; la mayoría obtiene bajas calificaciones y tiene que repetir el curso o abandonar sus estudios. Con la ayuda de los niños y de los comités de desarrollo de la zona, Plan International emprendió la búsqueda de posibles soluciones. Se decidió instalar un novedoso sistema de suministro de agua llamado Pedalflo, que provee agua potable por medio de energía solar y pedales.

Gracias a Pedalflo, la gente de Kofeba ahora cuenta con acceso a agua de calidad. “Estábamos cansados de las interminables jornadas en busca de agua, sobre todo las niñas. Ahora nuestras madres pueden conseguir agua saludable y los niños ya no sufren. Mis amigos, que antes no tenían tiempo libre, pueden venir y jugar al fútbol con nosotros después de clases”, relató Brehima, uno de los chicos pertenecientes a los comités de niños.

M’Bamakan, un ama de casa de 27 años, también nos cuenta: “Muchas mujeres experimentaban abortos involuntarios a causa de la mala hidratación. Creo que con el nuevo sistema, las enfermedades relacionadas con el agua desaparecerán”. 

Esta fuente de agua trae consigo una nueva vida para Kofeba

Ciertamente, este tipo de enfermedades se han reducido en un 95%, de acuerdo con la matrona del pueblo. Por su parte, para el director del colegio no hay duda de que Pedalflo ha contribuido a mejorar la asistencia, concentración y las calificaciones de los estudiantes. 

PARTICIPACIÓN INFANTIL

 

Participación infantil con Plan International
 
Participación infantil con Plan International

“La confianza en un mismo y la disciplina traen consigo grandes logros”, asegura Diane, una de las 820 estudiantes de un instituto en Provincia Este, en Ruanda.

Gracias a su trabajo como defensora del derecho a la educación de las niñas, las instalaciones sanitarias y eléctricas de su colegio han mejorado, los embarazos adolescentes se han reducido y los escolares en situación más vulnerable reciben ayudas para que puedan seguir estudiando. Diane asiste al Programa de Entrenamiento de Jóvenes en Derechos de la Infancia y en Gestión Escolar que lleva a cabo Plan International Ruanda. Desde entonces, su manera de pensar con respecto a sus derechos ha cambiado radicalmente, al mismo tiempo que ha comprendido el poder de su defensa para lograr cambios.

Algunos niños que conozco padecían abusos sin darse cuenta. Empecé a notarlo después de la formación que recibí. Por eso decidí actuar

“Los chicos acuden a nosotros con sus problemas y nosotros se los presentamos a la administración del colegio. Juntos intentamos buscar soluciones viables. Incluso aquellos que tienen problemas familiares buscan nuestra ayuda”, asegura Diane. Ella es miembro de una asamblea por la juventud en su colegio. Con 45 estudiantes, este comité tiene la tarea de trabajar junto a la administración del colegio de resolver los problemas de los estudiantes y mejorar la gestión del centro educativo. En su colegio, ocho estudiantes estuvieron a punto de abandonar los estudios por las dificultades económicas de sus familias, pero, tras la intervención de la asamblea de jóvenes, la administración escolar está ayudando a los niños y niñas para que puedan seguir estudiando.

Diane también ha formado un grupo de chicas llamado “Irinde Mwali”, que significa “Protégete, chica”. Gracias al trabajo del comité, el número de embarazos adolescentes se ha reducido en el colegio. “Nos reunimos cada viernes. Nuestras charlas se centran en un mensaje clave que dice que si una se protege, nada malo tiene que ocurrir”, afirma Diane mientras señala el lugar en el que suelen reunirse.

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