El mundo está inmerso en una creciente y devastadora crisis alimentaria. Al menos 345 millones de personas de 82 países están sufriendo o en riesgo de sufrir inseguridad alimentaria aguda, entre las que se incluyen 50 millones de personas que están al borde de la inanición, en el umbral de la hambruna.
Las causas y consecuencias de la inseguridad alimentaria están estrechamente vinculadas al género: los países con mayor inseguridad alimentaria son también los que tienen una mayor desigualdad de género. La desigualdad de género influye en cómo se produce y consume la comida y determina las estrategias que las personas ponen en marcha para afrontar el hambre. A menudo se pasa por alto el rol del género a la hora de determinar cómo experimentan la inseguridad alimentaria los niños, niñas y adolescentes. El informe “Más allá del hambre: el impacto de género de la crisis mundial del hambre”, presenta nuevas pruebas sobre los impactos de género que tiene la presente crisis alimentaria global en ocho de los países más afectados por esta crisis: Etiopía, Somalia, Kenia, Sudán del Sur, Mali, Burkina Faso, Níger y Haití.