1 de cada 3 de chicas venezolanas refugiadas en países limítrofes ha abandonado los estudios

El 44%, asegura que se ha ido a la cama con hambre y ha tenido que recurrir a pedir limosna o comida que se había tirado, según el informe “Niñas Venezolanas: Voces de la migración. Estudio en Colombia, Ecuador y Perú”

El 28% de las adolescentes refugiadas venezolanas ha dejado de estudiar por la falta de “documentos necesarios” (20%); porque “no hay cupo” (20%); porque “tiene un hijo/a” (15%) o como consecuencia de la pandemia (13%), alerta Plan International, organización humanitaria que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas.

Con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, la organización presenta el informe “Niñas Venezolanas: Voces de la migración. Estudio en Colombia, Ecuador y Perú”, que revela, además, que casi nueve de cada diez niñas refugiadas venezolanas (un 84%) se han preocupado en alguna ocasión por la falta de comida, y casi la mitad, el 44%, señala que se ha ido a la cama con hambre y ha tenido que recurrir a pedir limosna o comida que se había tirado.

La investigación, que recoge los testimonios de 452 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años, forma parte de la serie de investigaciones globales “Girls in Crisis” que Plan International lleva realizando desde el estallido de la pandemia para contribuir a garantizar los derechos de las niñas y adolescentes durante la pandemia.

El informe también desvela que el 52% se ha preocupado “a veces” porque en su casa no había suficiente comida en el último mes; y el 32% “rara vez”. Algunas de las niñas y adolescentes entrevistadas cuentan que se han visto obligadas a adoptar estrategias “de emergencia” como pedir ayuda o donación de comida en lugares de acopio.

“A veces tengo que acostarme sin comer [a causa de la pandemia]”

La pandemia ha aumentado los miedos y barreras a las que se enfrentan las niñas y adolescentes refugiadas, y el 43% de las encuestadas reporta que el aislamiento por la Covid-19 ha agudizado su sensación de inseguridad. Todos estos obstáculos afectan tanto la calidad de la educación que reciben, como la posibilidad de que finalicen sus estudios y accedan a un empleo mejor.

“Es necesario que todas las partes implicadas trabajen unidas para proteger los derechos de las niñas y adolescentes migrantes, garantizando su acceso a una educación completa, es decir, gratis, inclusiva y de calidad, tal y como marca la Agenda 2030”, señala Concha López, directora general de Plan International.

“La primera vez que fui a clase, me llamaron ‘veneca’, [una forma despectiva de referirse a las personas migrantes venezolanas] se burlaban de mí y me decían que era una muerta de hambre, cuenta una adolescente de 15 años, que ahora vive en el municipio de Soledad, Colombia.

Trabajo de Plan International

El éxodo venezolano constituye la mayor crisis de desplazamiento de la historia moderna de América Latina. Desde 2015, se calcula que unos 5,6 millones de venezolanos/as han dejado sus hogares, y más de 4,6 millones permanecen en la región.

Me iba a dedicar a estudiar, pero (…) el arriendo, la comida. Mi mamá no puede sola (…) Tengo que dejar los estudios para ayudar a mi hermana, igual que a mi mamá

Para dar respuesta a esta crisis, Plan International, presente en Colombia, Ecuador y Perú, puso en marcha un plan regional de respuesta para garantizar que todos los niños, y especialmente niñas y adolescentes, estén protegidas ante cualquier forma de violencia.

Plan International, en coordinación con socios locales, distribuye alimentos, kits de higiene y ofrece alojamiento a los niños, niñas y sus familias para que tengan cubiertas sus necesidades básicas más urgentes.

Además, ha puesto en marcha “Espacios Amigos de la Infancia” para que los niños y niñas que viven en refugios temporales para migrantes, tengan un lugar en el que estar mientras sus padres, madres o cuidadores/as pasan el proceso migratorio. Allí, además, pueden desarrollar actividades recreativas y socializar con otros niños y niñas.

A través de sus programas, la organización ha ofrecido asistencia a unas 385.000 personas, de los cuales, el 35% son niños, niñas y adolescentes, promoviendo la protección de la infancia, el acceso a una educación inclusiva y de calidad, así como el empoderamiento de la juventud.

Plan International aboga en todo el mundo por el desarrollo de programas que permitan el desarrollo de habilidades y oportunidades para el empleo y el emprendimiento a chicas jóvenes y adolescentes así como competencias digitales.