"Cuando estoy en la escuela me olvido de la guerra"

Costa de Marfil ha sufrido en los últimos meses un periodo de inestabilidad política. Las luchas de poder entre el expresidente Laurent Gbagbo y el presidente electo Alassane Outtara han dejado cientos de víctimas, lo que ha provocado a su vez que miles de personas, muchas de ellas niños, hayan tenido que abandonar el país. Muchos han buscado refugio en Liberia, un país que todavía se está recuperando tras más de una década de guerra civil.

La historia de Adama

Lejos de casa, sin comida o agua y con milicias armadas en los alrededores, Adama, una joven marfileña, ha tenido que hacer frente a una difícil decisión: quedarse con su madre y arriesgarse a que su familia se viera envuelta en los combates o seguir su camino sin ella para poner a salvo a su hermana pequeña.

Mi madre estaba enferma de malaria cuando oímos las primeras noticias de que había soldados atacando zonas cercanas a nuestro pueblo?, dice Adama.

Temíamos por nuestra seguridad y decidimos escapar. Estábamos esperando a mi padre para estar todos juntos. En febrero, se había ido en busca de trabajo a Abidjan. Pero desde entonces perdimos el contacto y no hemos tenido noticias de él?, explica.

Durante nuestro viaje a Liberia pasamos por un pueblo llamado Koueplue. Nunca olvidaré lo que vi. Había cadáveres en todos lados. Nunca había estado tan asustada en mi vida. Así que mi madre, mi hermano, mi hermana y yo decidimos ir a Liberia. Mi madre estaba demasiado débil para andar así que con la ayuda de mi hermano mayor, Samuel, la llevamos entre los dos. Necesitaba urgentemente tratamiento para su enfermedad. Antes de llegar a Liberia pasamos por una localidad llamada Gborplay. Sus habitantes nos ofrecieron ayuda pero no tenían medicinas? prosigue Adama.

Nos quedamos en Gborplay durante una semana, pero oímos que los ataques se estaban acercando. Así que decidimos irnos. Nuestra madre estaba demasiado enferma para continuar. Nos obligó a dejarla atrás porque cada vez era más difícil llevarla. Lloré cuando nos dijo que la dejáramos. Le dije que la quería y que esperaba verla pronto?.

Nos llevó tres días llegar a Liberia. Caminamos 12 kilómetros sin nada que comer. Bebíamos siempre que encontrábamos un lugar con agua. Llegamos a un pueblo del distrito de Nimba, en Liberia. El jefe local se hizo cargo de nosotros. Nos dejó quedarnos en su casa junto a otros 30 refugiados que habían huido. Mi hermano temía por mi madre, así que decidió regresar a Gborplay. Seguimos en contacto y él intenta visitarnos una vez a la semana?.

Así que ahora estoy aquí con mi hermana pequeña y voy a hacerlo lo mejor que pueda para cuidar de ella. Me siento sola y todavía estoy aterrorizada por lo que vi en mi país. Si alguien hubiera querido hacerme daño, no creo que nadie me hubiera podido proteger?.

Adama y su hermana de siete años, Flora, acuden actualmente a una escuela temporal de PLAN para los refugiados. Más de 1.500 jóvenes refugiados están asistiendo a esta escuela, donde reciben educación y tienen un espacio en el que jugar. Además les permite recuperar rutinas y volver a una cierta normalidad, lo que les ayuda a la hora de superar el trauma por la experiencia vivida. Flora resume la sensación que ofrece la escuela para los niños: ¿Cuando estoy en el colegio, me olvido de la guerra; me siento bien, como si regresara a casa?.

Educación y protección

El equipo de Plan International en el terreno está aumentado su respuesta a la emergencia y en los próximos meses proporcionará servicios educativos y de protección a más de 25.000 niños y niñas y sus familias.

 A la gente le tomará tiempo sentirse segura antes de regresar a sus hogares en Costa de Marfil. Además todavía estamos esperando la llegada de más refugiados a Grand Gedeh y a las ciudades de los alrededores antes de que la situación se calme. Sin embargo, mucha gente puede que no tengan casas a las que regresar con sus familias ya que sus pueblos han sido totalmente arrasados?, dice Berenger Berehoudougou, experta en desastres de PLAN en la región, quien visitó Nimba y Grand Gedeh recientemente.

Aunque la crisis puede estar lejos de finalizar, es importante que los refugiados y las comunidades de Liberia regresen a la normalidad lo antes posible. Los programas de ayuda de emergencia de PLAN continuaran por lo menos durante ocho meses y se calcula que ayudarán a 30.000 personas.

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