Loveth: "Es inimaginable el miedo que tenía"

Loveth consiguió escapar del grupo yihadista, que la hizo prisionera junto a su familia en el norte de Nigeria. Ahora trata de recuperar su vida y tener un futuro, ayudada por la ONG Plan International.

Cuando Boko Haram atacó su pueblo en el noreste de Nigeria en 2014, Loveth [nombre ficticio] y su familia no tuvieron más remedio que huir para salvar sus vidas. Junto con otras personas de su pueblo, se dirigieron a pie a Yola, una gran ciudad a casi doscientos kilómetros de su pueblo. Sin embargo, para algunos de ellos, las esperanzas de llegar a un refugio seguro terminaron nada más llegar a la siguiente aldea. Fueron descubiertos por insurgentes armados.

Loveth (que entonces tenía 14 años), su hermano y un amigo fueron forzados a punta de pistola a subir a un coche en el que les llevaron a Askira-Uba, una ciudad fronteriza entre los estados de Adamawa y Borno bajo el control de Boko Haram. Al llegar al lugar, todos los rehenes fueron separados por género. Ese fue el último día que Loveth vio a su hermano y amigo. “No sabía dónde estábamos. Estaba separada de mi hermano y su amigo. Era un lugar extraño para mí… Es inimaginable el miedo que tenía”, dice.

Loveth no habla de su experiencia durante su secuestro. Solo explica: “Estaba desesperada por escapar, pero no tenía ni idea de dónde estábamos. Simplemente no podía imaginar cómo iba a llegar a un lugar seguro incluso si lograba escapar”.

Loveth, en una imagen realizada durante la entrevista

Sin embargo, tras tres semanas en cautiverio, Loveth y otras niñas, encontraron un hilo de esperanza: una mujer mayor que hacía recados -obligada por Boko Haram- se apiadó de las niñas. Arriesgando su propia vida, la mujer se ofreció a ayudar a Loveth y a otras seis niñas. “Conocía muy bien el área y nos explicó la ruta de escape”, explica. “La anciana nos condujo al bosque por la noche y nos señaló la dirección correcta. Empezamos a correr en la oscuridad. La mujer se quedó atrás”.

Las siete niñas consiguieron escapar. Caminaron y caminaron durante horas hasta que llegaron a un campamento para desplazados internos (IDPs). Después de pasar unos días allí, Loveth se encontró con el jefe de su aldea que buscaba a gente conocida en el campamento. Juntos regresaron a su pueblo. Su hermano y su amigo, sin embargo, siguen desaparecidos. “Podrían estar en cualquier parte”, susurra.

Loveth ha regresado a la escuela y espera convertirse en matrona. Su historia, por desgracia, no es ni mucho menos insólita.

“La violencia contra las niñas y la violencia sexual han sido identificadas como uno de los principales obstáculos a los que las niñas se enfrentan. Desde Plan International* solicitamos el compromiso de los organismos internacionales y gobiernos para poner en marcha las acciones necesarias para cumplir las promesas realizadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que marcan como meta eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en el ámbito público y privado para 2030”, explica Concha López, la directora general de esta organización, que presta apoyo a estas niñas víctimas de la violencia en los estados de Borno y Adamawa. Plan International trabaja en Nigeria para proteger y garantizar los derechos de las niñas, adolescentes y jóvenes afectadas por la crisis de Boko Haram, priorizando la protección infantil y la educación en emergencias.

El 50% de las agresiones sexuales mundiales las sufren niñas menores de 16 años. En todo el mundo aproximadamente un tercio de las mujeres experimentarán violencia de género por parte de su entorno personal.