Hasta hace una semana, el código penal de Jordania daba a los violadores la oportunidad de eludir la justicia si se casaban con sus víctimas. El día 1 de agosto de 2017, el Parlamento jordano tomó la decisión histórica de acabar con esta medida revocando su polémico artículo 308 en lo que mucha gente considera una victoria para la lucha por la igualdad de género.
El celebrado cambio de ley no ha llegado solo: es fruto de décadas de trabajo de activistas que han realizado campañas en el país, y que el jueves celebraron la noticia.
Una “ley arcaica”
La directora de Plan International Jordania, Muna Abbas, ha recordado que “la violación es un crimen: un delito contra los derechos de las mujeres y las niñas, que no debe quedar sin castigo”. Por ello, desde la organización aplauden “el gran esfuerzo de aquellos que han trabajado tanto por acabar con esta ley arcaica”.
Siguiente objetivo: cambiar la opinión pública
Abbas señala que sigue habiendo un gran camino por delante. “Las jóvenes se enfrentan en sus comunidades a un gran estigma si son violadas, de modo que, aunque este cambio legislativo es un gran logro, el próximo reto será cambiar la opinión pública para que las familias y comunidades no sigan dejando de lado a las niñas, sino que las apoyen para ayudarlas a superar lo que les ha sucedido y a reconstruir sus vidas”.
Las niñas, las más vulnerables
Plan International empezó sus operaciones en Jordania en el año 2016 con el objetivo de apoyar a los refugiados sirios y sus comunidades de asilo. Las investigaciones realizadas mostraron que las niñas eran el colectivo más excluido, sobre todo en comunidades vulnerables como la de los refugiados en Jordania. Desde Plan International se trabaja para garantizar la educación de todas las niñas y niños del país, luchando contra prácticas como el matrimonio infantil o la violencia contra niñas y jóvenes.