150 millones de niñas están en riesgo de ser obligadas a casarse hasta 2030

Los países del sur y sureste asiático siguen teniendo altos niveles de matrimonio infantil y forzado. Bangladesh tiene una de las más altas del mundo, con un 52% de las niñas casadas a los 15 años.





A pesar de que las iniciativas puestas en marcha en el sur y sureste asiático contra el matrimonio infantil forzado están dando resultados, es necesario y urgente dedicar mayores esfuerzos e inversión para proteger a los 150 millones de niñas que están en riesgo de ser obligadas a casarse hasta 2030. 

Esta es la principal conclusión del nuevo informe regional lanzado hoy por Plan International y el Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA por sus siglas en inglés), “Hora de actuar: acelerando los esfuerzos para eliminar el matrimonio infantil forzado en Asia”. 

El estudio detalla intervenciones e iniciativas efectivas puestas en marcha en la región que están contribuyendo al objetivo global de acabar con el matrimonio infantil y forzado para 2030, como marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Jóvenes activistas de todo Asia se han reunido en Bangkok para el lanzamiento del estudio junto con diplomáticos, agencias de Naciones Unidas, el Comité de los Derechos de la Infancia, el secretariado de ASEAN (Asociación de Países del Sureste Asiático), organizaciones internacionales, legisladores y centros de estudios. 

Los jóvenes activistas han compartido sus experiencias luchando contra el matrimonio infantil y han pedido que las próximas generaciones de niños y niñas puedan vivir libres de esta violación de derechos que limita sus oportunidades y pone en riesgo su vida.

Los países del sur y sureste asiático siguen teniendo altos niveles de matrimonio infantil y forzado. Bangladesh tiene una de las más altas del mundo, con un 52% de las niñas casadas a los 15 años, mientras que en Camboya un 19% de las niñas está casada o en unión civil a esa edad. 

Los embarazos adolescentes también han aumentado en Asia, donde hay un 43% de estos embarazos precoces no intencionados, algunos dentro del matrimonio. Los embarazos no buscados en la adolescencia también aumentan las tasas de aborto de la región, que en muchos casos son abortos no seguros. 

Los países del sur y sureste asiático siguen teniendo altos niveles de matrimonio infantil y forzado. Bangladesh tiene una de las más altas del mundo, con un 52% de las niñas casadas a los 15 años

“Tenemos que acelerar nuestros esfuerzos y nuestro trabajo para acabar con el matrimonio infantil y forzado y para abordar las causas del embarazo adolescente”, ha asegurado Bjorn Andersson, director regional de UNFPA para Asia y el Pacífico. “Conseguir eliminar la violencia de género y las prácticas dañinas como el matrimonio infantil forzado es uno de los principales resultados transformadores que busca la UNFPA. Podemos conseguirlo reforzando las medidas para proteger y empoderar a las niñas, y trabajando conjuntamente con la sociedad para abordar las causas profundas de estos problemas, como son la desigualdad de género, la vulnerabilidad y la pobreza”. 

Las normas sociales profundamente arraigadas en torno a los roles y valores asociados a las niñas contribuyen al matrimonio infantil y forzado, mientras que las circunstancias económicas y sistémicas que empujan a las familias a forzar a las niñas a casarse persisten. Esto afecta a la salud y el bienestar de las niñas, exponiéndolas a violencia y embarazos no deseados, y limitando su educación y oportunidades de empleo. Es una práctica dañina que está restringiendo el desarrollo económico y social de naciones enteras. 

“El matrimonio infantil y forzado es una práctica dañina que afecta enormemente al desarrollo económico y social de los países. Con este informe, solicitamos mayor inversión y poner en marcha más acciones para asegurar que el matrimonio infantil es un problema del pasado”, ha asegurado hoy Concha López, directora general de Plan International. “Es necesario consolidar los progresos conseguidos y acelerar el cambio para asegurar que ninguna niña se queda atrás”.

Las medidas necesarias, basadas en los datos y experiencias, pasan porque los y las jóvenes puedan influir en las decisiones políticas y promover educación sexual comprensiva, acceso a servicios de salud, colaboración de los hombres y los niños para entender las consecuencias de las relaciones desiguales de poder y empoderamiento de las niñas para asegurar que sus decisiones son respetadas, escuchadas y valoradas. La voluntad política y la legislación son clave para prevenir el matrimonio infantil y forzado y apoyar a los jóvenes para que tengan libertad de elegir como adultos con quién, cuándo y si quieren casarse. Globalmente, 12 millones de niñas se casan cada año antes de los 18 años. Si no se toman medidas sostenibles para abordar este problema, más de 150 millones de niñas más habrán sido obligadas a casarse para 2030.