Lanzamos el nuevo programa de verano inclusivo con actividades formativas y de ocio para adolescentes vulnerables

El periodo veraniego adquiere este año especial relevancia para abordar aspectos que durante el confinamiento se han visto gravemente afectados: la brecha educativa y competencias digitales, el bienestar emocional, las relaciones sociales y las oportunidades laborales.









Con el fin del confinamiento y del curso escolar, la organización Plan International pone en marcha la segunda fase de su programa #QueNadieSeQuedeFuera, que se llevará a cabo durante el periodo estival e incluye actividades de ocio y tiempo libre para el desarrollo de competencias tecnológicas y digitales, además de refuerzo formativo y apoyo psicosocial, para cerca de 1.000 adolescentes de entornos vulnerables en España. 

Antes de la emergencia, el 37,5% de las mujeres de 16 a 29 años en España ya estaba en riesgo de pobreza o exclusión social. La crisis económica y social provocada por la Covid-19 ha añadido más riesgos a su situación. El confinamiento prolongado; el cierre de centros educativos y la falta de recursos y apoyos para seguir las clases online; las dificultades económicas de muchas familias y la inseguridad laboral; la ansiedad, el estrés y el miedo, y la exposición a situaciones de violencia y acoso, tanto físico como a través de las redes sociales, han provocado graves impactos a nivel, personal, familiar y educativo, incrementando la vulnerabilidad de muchas adolescentes.  

“Ahora y en los próximos meses se presenta una oportunidad no solo para reducir la brecha social y compensar los efectos provocados por la pandemia, sino también de avanzar hacia una nueva normalidad en la que los derechos de los niños, niñas y adolescentes, su educación y su protección, estén en el centro de las políticas de reconstrucción”, ha asegurado Concha López, directora general de Plan International en España. 

El periodo veraniego adquiere este año una especial relevancia para abordar aspectos que durante el confinamiento se han visto más afectados: la brecha educativa y digital, el bienestar emocional, las relaciones sociales y las oportunidades laborales. En este sentido, la segunda fase del programa #QueNadieSeQuedeFuera, que ha ofrecido apoyo educativo, psicosocial y económico a cerca de 1.200 adolescentes en su primera etapa, desarrollará actividades de ocio y tiempo libre que permitan restablecer relaciones sociales, compensar el déficit de aprendizaje y de oportunidades de inserción laboral y adquirir nuevas competencias digitales y tecnológicas. 

“El verano es además un momento importante para muchos adolescentes y jóvenes que no cuentan con el apoyo y la atención de sus familias, principalmente menores en el sistema de protección y tutelados próximos a la mayoría de edad, además de jóvenes independizados en situación precaria o irregular, que necesitan un acompañamiento estos meses para no quedarse fuera del sistema educativo ni de las oportunidades de futuro”, asegura Sonia González, directora de programas locales de Plan International.

El verano es además un momento importante para muchos adolescentes y jóvenes que no cuentan con el apoyo y la atención de sus familias, principalmente menores en el sistema de protección y tutelados

Durante los meses de julio y agosto, Plan International y organizaciones asociadas llevarán a cabo actividades lúdico-educativas dirigidas a adolescentes en Madrid, Getafe, Leganés, Toledo, Talavera de la Reina, Zaragoza, Salamanca, Málaga y Granada, que incluyen campamentos de ocio y tiempo libre, talleres de desarrollo de competencias digitales y vocaciones científico-tecnológicas, refuerzo escolar, orientación familiar y apoyo psicosocial.

Además, seguirá ofreciendo talleres de educación en igualdad y ruptura de estereotipos de género a través de la metodología Campeones y Campeonas de Cambio, en el marco del proyecto Safer Cities For Girls, para sensibilizar, concienciar y buscar propuestas a los problemas de seguridad y libertad de niñas y adolescentes en el espacio público de las ciudades asociados al acoso callejero.

La organización insta a las instituciones a elaborar un plan de prevención del abandono escolar, consensuado entre el Gobierno central y las autonomías, que incorpore las necesidades de la infancia y la adolescencia más vulnerable, tenga en cuenta la brecha digital –de dispositivos, de conectividad y de competencias- y tenga en cuenta que, durante las crisis, las adolescentes de contextos vulnerables suelen asumir una mayor carga de tareas de cuidados y domésticas o se dedican a apoyar la economía familiar.

Con el fin de cumplir con un seguimiento individual a la adolescencia más vulnerable, es necesaria la incorporación y refuerzo de los servicios de atención psicosocial en los centros educativos y de personal específico y formado para mantener la comunicación y reporte continuo con las familias. Además, es fundamental asegurar un refuerzo del sistema de becas y ayudas al estudio, flexibilizando los plazos para su solicitud y trámite e incrementando su cuantía para cubrir el gasto adicional que ha supuesto la educación a distancia para muchas familias.

Además, solicita el refuerzo de la perspectiva de género en cuanto al contenido y el formato de la educación, para que se tengan en cuenta las necesidades especiales y las circunstancias concretas de las adolescentes en este período y se impulse su incorporación a itinerarios formativos de futuro y de valor añadido, como las STEM.