Marzo 2012. Cuando Fatmata, de 17 años, se dirige a sus mayores en su Sierra Leona natal debe mantener un tono de voz bajo, pero siempre dice lo que piensa. En la sede de Naciones Unidas de Nueva York, frente a periodistas, políticos y diplomáticos internacionales como el consejero del Primer Ministro de Paquistán o el embajador de Reino Unido contra la violencia de género, Fatmata mira de frente, habla alto y dice lo que piensa: ?El matrimonio infantil es una enfermedad, un virus que amenaza a todo el mundo en mi país?. La joven africana ha aprendido a defender sus derechos a partir de los talleres de participación infantil que PLAN desarrolla en su país.
La madre de Fatmata fue obligada casarse a los 14 años para finalmente tener que criar sola a sus cuatro hijos. ?Yo represento a todas las niñas de Sierra Leona y nuestro derecho a decidir cuándo y con quién queremos casarnos. El matrimonio infantil debería ser penado con la cárcel?, dice con voz firme la joven de Sierra Leona. En la actualidad más de 10 millones de niñas son forzadas a casarse cada año.
Junto a Fatmata, en la misma sala está Maryam, de 15 años, procedente de una pequeña aldea del interior de Paquistán. Esta joven se siente afortunada de contar con unos padres que le apoyan en su sueño de convertirse en ingeniera pero no es el caso de su amiga Praveen (seudónimo), que con tan solo 12 años acaba de casarse: ?Cuando Praveen entró en la casa de su marido lo primero que buscó fueron los juguetes. Ahora llora todo el día. Es demasiado joven para comprender el significado del matrimonio pero lo suficientemente mayor para saber que su vida está arruinada?, cuenta Maryam.
Una delegación de PLAN formada por nueve chicas adolescentes de entre 15 y 18 años de Sierra Leona, Malaui, Camboya, Paquistán y Camerún expone estos días la problemática del matrimonio forzoso y otros desafíos a los que se tienen que enfrentar cada día miles de chicas en el mundo ante la Comisión sobre el Estatus de la Mujer (CSW) que se celebra desde el día 27 de febrero hasta el 9 de marzo en Naciones Unidas. La reunión de este año centra su atención en la necesidad de empoderamiento de las mujeres rurales ya que la pobreza, las actitudes conservadoras y la práctica de tradiciones negativas para las niñas y las mujeres tienen mayor prevalencia en el campo.
?En mi aldea solo dos o tres chicas terminan los estudios. El resto siempre renuncia porque se tienen que casar y dedicarse a su marido? narra Keang, camboyana de 17 años ante la CSW. ?Las chicas de las zonas rurales no lo tienen fácil, porque no tienen suficiente comida, ni acceso a agua potable, la escuela está muy lejos y no pueden comprarse los libros. Además, se tienen que ocupar de los cultivos, de mantener limpia la casa y de cuidar de sus hermanos. La mitad de las chicas de mi aldea viven sin esperanza de tener un futuro mejor?.
La intervención de las niñas en la CSW forma parte de la campaña de género de PLAN `Por Ser Niñas´ y los programas de participación infantil que la organización desarrolla en 50 países en vías de desarrollo. En España, el programa se implementa bajo el nombre de ?No puedo votar pero tengo una Voz? en colaboración y con financiación de FCC y a través de la red ASDE-Scouts de España. En el Día Internacional de la Mujer, 30 scouts participan en Sevilla en un evento de defensa de los derechos de las niñas.
?Es inaceptable que en pleno siglo XXI las niñas sigan pasando por violaciones básicas de sus derechos como el matrimonio infantil o la mutilación genital femenina. Dar voz a la niñas e incluirlas en los procesos de defensa de sus derechos es fundamental, por eso trabajamos desde hace 25 años en programas de participación infantil que facilitan el acceso de niños y niñas a los organismos capaces de mejorar sus vidas?, explica Concha López, directora general de PLAN en España.
El año pasado, la intervención de las menores ante la CSW supuso un paso definitivo para la creación del 11 de octubre como Día Internacional de la Niña. Los testimonios de las menores lograron la adhesión del gobierno de Canadá a la causa crear un día internacional que centre la mirada sobre la situación de vulnerabilidad de las menores. La administración canadiense fue la encargada a finales del pasado año de elevar formalmente la petición ante Naciones Unidas.