Junio de 2010. Un proyecto de agricultura urbana está ayudando a más de 300 familias en el norte de Etiopía a enfrentarse a los problemas de nutrición de los niños y a mejorar sus ingresos.
PLAN provee a las familias de Lalibela de semillas y les ofrece formación a fin de que obtengan las habilidades necesarias para plantar frutas y vegetables con éxito en los pequeños jardines y huertos que hay en la cuidad. Ahora disfrutan de cultivos de acelgas, lechuga, repollo, tomate, zanahorias y pimientos verdes, que comen o venden en el mercado local.
Mejorando las dietas de las familias
Minda Ayele es la especialista de alimentación y nutrición de PLAN. “Producir vegetales en el ámbito del hogar, utilizando el menor espacio posible, puede significar un cambio radical en la dieta de las familias y mejorar sus ingresos“, asegura Ayele.
En el pasado, la nutrición de los niños era un problema en Lalibela y muchos menores sufrían graves casos de diarrea. “La agricultura urbana está mejorando esta situación, ya que las familias están produciendo suficientes vegetales ricos en vitaminas para sus hijos“, explica el experto en salud de PLAN en Lalibela, Hailu Birhanu.
Un proyecto familiar
Habtamu Getahun, un padre de cinco niños, está encantado con este proyecto: “PLAN me enseño cómo preparar la tierra para la producción de vegetales y me dio las primeras semillas para empezar. Además, nos enseñaron también a fabricar abono“.
Gelaneh Asres, que también estuvo en estos talleres de formación, explica la diferencia que esto ha supuesto: “Mi familia come los vegetales que yo cultivo. A mis hijos les encantan, especialmente, las zanahorias. Estos vegetales están mejorando la dieta de mi familia y también nuestros ingresos. La demanda de vegetales está creciendo, ya que Lalibela es una cuidad turística y muchos hoteles pagan bien por los vegetales. Yo además estoy planeando plantar en nuevos terrenos para producir más vegetables como cebolla y remolacha”.
Compartiendo conocimientos
Ahora la idea es compartir y expandir los conocimientos, ya que las familias enseñan lo que saben y sus experiencias prácticas a sus vecinos y a otros miembros de su comunidad.
“Quizás mucha gente se beneficie de sus conocimientos en agricultura urbana y produzcan vegetales y fruta para su propia familia y el mercado local” apunta Habtamu.
