Nargis Begum, de 19 años, siempre quiso ser profesora. Sin embargo ahora, madre de dos niños, ha tenido que replantearse su vida. ?Estaba en octavo curso cuando el matrimonio acabó con todos mis sueños?, afirma.
Como muchas otras jóvenes en Bangladesh, tenía sólo 16 años cuando sus padres, a pesar de que el matrimonio infantil es ilegal, arreglaron un matrimonio con un hombre mayor. ?No pude negarme. Me sentía muy mal porque, en vez de ir a la escuela, tenía que acudir a casa de mi suegro a hacer todas las tareas del hogar?, cuenta Nargis.
Se estima que las dos terceras partes de las jóvenes de Bangladesh son casadas antes de cumplir 18 años, muchas de ellas incluso antes de los 16. Otro 8% es obligado a casarse entre los 18 y los 20 años. Estas adolescentes pierden años de colegio, sufren problemas de salud derivados de tener hijos demasiado pronto y, en general, no están preparadas para afrontar la vida de casadas. Sus bebés muchas veces nacen prematuramente o tienen problemas de salud. Como resultado, toda la sociedad sufre las consecuencias del matrimonio infantil.
La edad legal para contraer matrimonio en Bangladesh es de 18 años para las mujeres y 21 para los hombres pero rara vez se cumplen. Parte del problema es que muchas de estas jóvenes no disponen de un certificado de nacimiento por lo que las autoridades no pueden aplicar la ley.
6,2 millones de certificados expedidos desde 2005
PLAN, a través de su campaña infantil “Cada niño y niña cuenta” trabaja desde 2005 con contrapartes locales y con las autoridades para proporcionar certificados de nacimiento tanto a niñas recién nacidas como a niñas y adolescentes que no fueron registradas en su momento.
En los distritos de Nilphamari, Lalmonirhat, Dinaipur y Gazipur se han expedido más de 6,2 millones de certificados de nacimiento.
Cambiando las costumbres
Reforzar la ley es esencial pero también es importante educar a las comunidades. En Bangladesh, el matrimonio temprano es comúnmente aceptado tanto en las comunidades musulmanas como hindúes y está muy ligado a la práctica de la dote, adoptada en 1960.
PLAN, con el apoyo de las autoridades locales, desarrolla talleres y eventos públicos como obras de teatro para informar a las personas sobre la importancia de esperar al menos hasta los 18 años para casar a las jóvenes.
Aklima Begum también estaba en octavo grado cuando su padre intentó casarla en 2008. PLAN fue incapaz de disuadir a su padre pero ?antes de registrar el matrimonio, el presidente del gobierno local vino a mi casa y logró convencer a mi padre para que parara el enlace.Gracias a ello he podido continuar con mis estudios.?, cuenta Aklima.
?Cometí un error obligando a mi hija a casarse cuando aún era menor?, admite Karim Mondol, un padre de Gazipur. ?Ahora me arrepiento de ello. Ella no pudo continuar estudiando y ahora sufre malos tratos psicológicos. He arruinado la vida de mi hija.?
El éxito de estas iniciativas va más allá y ya existen zonas autodeclaradas libres de matrimonio infantil como es el caso del subdistrito de Jaldhaka.
