Ciclón Nargis: Tres años después

09 de mayo de 2011. Tres años después de que el ciclón Nargis golpeara la costa de Myanmar -antigua Birmania-, los supervivientes de la tragedia, que dejó más de 140.000 muertos, siguen necesitando apoyo para reconstruir sus vidas y volver a la normalidad. Los más afectados, como en otras situaciones de emergencia, fueron los niños y niñas, con los que PLAN ha trabajado de forma especial a lo largo de este tiempo con el objetivo de reintegrarlos en la escuela como vía para superar el trauma.

El ciclón arrasó amplias zonas de la zona sur del país, inundó varios kilómetros tierra adentro y terminó con cosechas enteras de arroz.. Los daños materiales producidos se estimaron en 7.000 millones de euros.

Mantener el apoyo a la recuperación

PLAN

es una de las pocas organizaciones internacionales de ayuda que trabajan en Myanmar. Actualmente está aumentando su presencia a largo plazo en el país después de que se cumplan 3 años desde que comenzaron los trabajos de recuperación en algunas de las regiones más afectadas.

PLAN seguirá ayudando a las víctimas del ciclón para que alcancen sus aspiraciones de desarrollo y vean mejorada su calidad de vida. Pero es necesario aumentar el apoyo. La vuelta a la normalidad no se puede materializar ni sostener sin el compromiso financiero del mundo desarrollado“, dijo Prem Shukla, encargado del proyecto de respuesta a desastres de PLAN en Myanmar.

PLAN ha trabajado con la Fundación Yinthway, el Programa de Recuperación de la Educación en Myanmar de la UNESCO, la Fundación Metta y Bridge Asia Japan, centrándose en los pueblos situados alrededor de los municipios de Myaungmya, Laputta, Mawlamyingpun y Bogale. En total, cerca de 194.000 personas se han beneficiado directamente del trabajo de recuperación de PLAN.

La capacidad de resistir de los supervivientes

Warisara Sornpet, trabajadora de PLAN en la oficina regional de Asia y que visitó recientemente la región, explica: “Los supervivientes del ciclón de Myanmar han sufrido pérdidas tan trágicas como las víctimas del tsunami en Japón. Han demostrado una capacidad de recuperación increíble a través de la reconstrucción de viviendas, recuperando los campos de cultivo, regresando a las escuelas y siendo capaces de volver a sus rutinas. Pero en el proceso de reconstrucción tras el tifón, se suman en su caso obstáculos generados por la pobreza y la escasez de recursos y todavía será necesario el apoyo de los gobiernos y de las organizaciones de ayuda para reconstruir sus vidas y sus comunidades“.

Escuelas resistentes a los desastres

Tras satisfacer las primeras necesidades de emergencia -refugio, alimentación y salud- PLAN trabajó con las comunidades para reconstruir los pueblos devastados y mejorar las instalaciones escolares con normas más estrictas de las que existían antes del ciclón. Junto a colaboradores locales, PLAN ha construido y renovado 51 escuelas que ha cedido a las autoridades locales y de las que se benefician miles de niños. Catorce de las nuevas escuelas son resistentes a desastres naturales como ciclones, terremotos e inundaciones y también pueden actuar como refugios en caso de emergencia.

?El objetivo no era tan sólo construir las escuelas y que empezaran a funcionar, sino también que sirvieran para reducir el impacto frente a futuros desastres naturales mediante la mejora de las infraestructuras?, dijo Prem.

Como prioridad para preparar mejor a las comunidades frente a desastres, PLAN, junto a colaboradores locales, ha llevado a cabo la formación de reducción del riesgo de desastres con niños y niñas, padres y comunidades en la región del Delta de Myanmar, beneficiando indirectamente a más de 440.000 personas.

Vuelta a la normalidad para niños y niñas

Además, una de las prioridades del trabajo de PLAN en Myanmar es la vuelta a la normalidad de los niños y niños. Para ello, se han construido 43 centros de desarrollo y cuidado de la primaria infancia y varias zonas de seguridad para que los más pequeños puedan jugar y continúen con el proceso de recuperación después del desastre.

Estos centros, que han beneficiado a 15.000 familias, también contribuyen a mejorar la salud de los niños y niñas mediante un programa de control alimentario y de reducción de riesgo de enfermedades gracias a un entorno saludable y a formación en prevención de enfermedades.