Desnutrición crónica en el horizonte de Níger

 





Escrito por Rheal Drisdelle, director general de PLAN en Níger

 

Marzo de 2012. Cuando en enero escribí sobre el riesgo de hambruna en Níger, no tenía ni idea de que la situación, de por sí compleja, estaba a punto de sufrir otra vuelta de tuerca.

Desde entonces, miles de personas han dejado de Malí y se han dirigido hacia el vecino Níger para escapar del conflicto entre las milicias locales del movimiento de liberación de los tuareg (MNLA) y las fuerzas del gobierno. Esto ha dado lugar a una creciente crisis humanitaria, especialmente en la región noroccidental de Tillabéri donde la seguridad alimentaria es muy precaria.

En el caluroso y polvoriento pueblo de Gaoudel en el distrito de Ayorou, la gran afluencia de refugiados tuareg significa que los ya de por sí escasos recursos de la comunidad tienen ahora que estirarse aún más y las ONG se ven obligadas a redoblar sus esfuerzos.

Hay que caminar durante dos días por el desierto para ir a Gaoudel y muchos de los refugiados llegan al pueblo con sólo la ropa echada a la espalda y unas cuantas ovejas o cabras. PLAN, junto con otras organizaciones, distribuye entre ellos alimentos básicos como aceite, judías, mijo y arroz además de mantas y mosquiteras.

Escolarización de los niños y niñas refugiados

PLAN ha inscrito a los niños y niñas malienses refugiados en Níger en las escuelas locales. Las tasas de abandono escolar han aumentado notablemente ya que los menores son mandados por su familia a recorrer largas distancias para conseguir algo de dinero o comida.

Debido a su ubicación geográfica, a veces se siente que Níger, que siempre ha estado al final del Índice de Desarrollo Humano elaborado por Naciones Unidas, es un repositorio para muchos de los problemas que padecen los países del África Occidental. Además de sufrir las consecuencias de los problemas de Mali, las dificultades que atraviesa Nigeria, otro de sus vecinos, también le está trayendo consecuencias.

Los ataques de Boko Haram en Nigeria han provocado el cierre de la frontera con Níger por temor a que este grupo religioso fundamentalista intente extender su influencia.

Sin embargo, esta restricción de movimiento ha provocado que los mercados de ganado de Níger pierdan algunos de sus clientes clave empeorando así la, ya de por sí, pésima situación de los granjeros.

Disminución de las reservas de alimentos

A todos estos problemas hay que añadir la llegada de unos 200.000 retornados que vuelven a Níger desde Libia y Costa de Marfil a raíz de los brotes de violencia que se produjeron el año pasado en ambos países. Esto supone un doble impacto: Los familiares han perdido las remesas de dinero de las que dependían para sobrevivir y además ahora hay más bocas a las que alimentar.

A medida que se acerca de nuevo la conocida como ?estación del hambre?, los niños y niñas conforman el grupo más vulnerable a sufrir desnutrición aguda. Dicha desnutrición puede provocar retrasos en el desarrollo del menor durante la infancia y la adolescencia lo que impide el crecimiento, disminuye la resistencia a las infecciones y dificulta el proceso de recuperación tras una enfermedad.

Alto riesgo de desnutrición infantil

Según el director del centro de alimentación terapéutica intensiva de Tillabéri, el pico de casos de desnutrición infantil suele concentrarse en junio pero este año se espera que ocurra a partir de abril ya que muchas familias sólo tienen alimentos para un mes para aguantar hasta la temporada de lluvias.

Con el fantasma de la desnutrición crónica infantil de nuevo en el horizonte, PLAN está intensificando su apoyo y ha enviado a un equipo de trabajadores sanitarios a 120 comunidades de Tillabéri para identificar, tratar y derivar en caso de ser necesario a los niños y niñas desnutridos.

Mientras tanto, cruzamos los dedos para que Níger no padezca más calamidades.