Día Internacional contra la utilización de niños y niñas soldado

PLAN desarrolla programas educativos, psicológicos y de inserción laboral con niños y niñas soldado en Sudán del Sur, Liberia, Uganda, Sierra Leona y Nepal para trabajar con niñas que han convertido en soldado y no sufran un riesgo de exclusión para toda la vida

Madrid, 13 de febrero de 2013.- Las niñas en la guerra, como en otros ámbitos, sufren una doble discriminación, por ser mujeres y menores, y un doble peligro: el de convertirse en niñas soldado y además en esclavas sexuales y domésticas de sus represores.

PLAN Internacional, organización de protección de los derechos de la infancia, al celebrarse el Día Internacional contra la Utilización de los Niños y Niñas Soldados, advierte sobre la necesidad de protección de todos los niños en el contexto de conflictos armados, sin distinción de género. El abandono escolar, el cierre de las escuelas y los desplazamientos forzosos son las principales causas de que los niños y niñas se pierdan o sean capturados por grupos armados y sean utilizados posteriormente como soldados.

Adama, de Liberia, fue secuestrada en su poblado por grupos rebeldes en la guerra civil que estalló en su país en el año 1999. Su padre y su hermano fueron asesinados ante sus ojos, y ella fue capturada como soldado. ?Tan pronto veían a un niño, lo hacían cargar armamento de guerra en su cabeza. Yo debía hacer lo que ellos decían, porque si no me mataban. A veces alguien decía ?estoy cansado?, y lo mataban?.

Sin embargo, para Adama lo más pesado no era el armamento en sus hombros. Se le hacía más duro soportar los malos tratos: ?también nos violaban, y no solo uno de ellos, sino dos o tres, y después de eso todavía me hacían cargar armas a la línea de fuego. Cuando pienso en la guerra pienso en hacerme daño a mí misma, y a veces quisiera morir?.

Adama es una de las miles de niñas beneficiarias de los programas de recuperación psicológica y de reintegración social que lleva a cabo PLAN en zonas de conflicto.

Joseph Henah, consejero de los niños y niñas soldados en Liberia, trabaja con los jóvenes que sobrevivieron como niños soldados a la guerra y los ayuda a encontrar en sus mentes y corazones un lugar seguro en el cual refugiarse cuando vienen a ellos toda clase de recuerdos traumáticos de la época de la guerra.

?Es muy difícil hablar con ellos y que se abran con nosotros. Necesitamos tiempo para construir relaciones porque tienen muchos traumas como resultado de la guerra?.

El 40% de las niñas que han sido reclutadas como soldados han intentado suicidarse. ?La reintegración es la clave del éxito y para ello es necesario un buen acompañamiento de las menores. Evidenciar su participación en los conflictos permite su posterior inclusión en los proyectos de reinserción y la superación de los traumas. En PLAN lo sabemos bien pues hemos trabajado con éxito en numerosos procesos de reconciliación ofreciendo atención psicológica postraumática a las niñas soldado,? asegura Concha López, directora general de PLAN Internacional en España.

El reclutamiento infantil: una amenaza vigente

Un informe del pasado mes de enero emitido por el Banco Mundial sobre la situación de los niños en las emergencias detalló que las niñas están siendo reclutadas en grupos armados en Colombia, Timor Leste, Pakistán, Sri Lanka, Uganda, África Occidental y en la República Democrática del Congo. En este último país se contabilizan cerca de 12.500 niñas en esta situación.

Las niñas soldados son explotadas tanto en el ámbito de combate como en el sexual y doméstico: realizan funciones en la cocina, en los campos donde se albergan, y muchas veces son casadas, siendo menores de edad, con miembros adultos de los grupos armados.

Además son mucho menos visibles que los niños al no colocarlas en combate en la línea de fuego. Y el sufrimiento para ellas no termina con la guerra. Al salir de los conflictos son rechazadas por haber sido combatientes. Los hombres de poblados tradicionales no desean casarse con ellas por suponer que han sido violadas y ofendidas.

De ahí que sea fundamental su inclusión en programas de reintegración social para evitar el estigma que les obliga a quedar excluidas dentro de sus propias comunidades.