Los niños de las familias indígenas que migran a Quito, que normalmente pasarían sus días trabajando en la calle, están ahora recibiendo una educación gracias a un proyecto PLAN junto a organizaciones locales indígenas dedicadas a la educación.
Los niños de las familias indígenas que migran a Quito, que normalmente pasarían sus días trabajando en la calle, están ahora recibiendo una educación gracias a un proyecto que PLAN ha impulsado junto al gobierno local y a la organización CENIT, que promueve proyectos educativos para dar una oportunidad a los niños y niñas de la calle.
Miles de familias indígenas migran a la capital de Ecuador cada año, pero cuando llegan suelen sufrir discriminación por su lenguaje y su cultura, limitando su acceso al trabajo y a la educación. Muchos de estas familias se ven obligadas a convertirse en vendedores en las calles, una actividad que incluye a sus hijos ? aproximadamente 2.200 niños y niñas de estas familias trabajan en las calles ayudando a sus padres.
Educación para todos
Conoce a través de este video el trabajo del Centro Experimental Intercultural y Bilingüe que apoya PLAN y que está ayudando a niños y niñas cuyas familias trabajan en el Mercado de San Roque. Una oportunidad para que muchos de estos niños puedan ir a la escuela y recibir una educación de calidad.
El centro proporciona clases a lo largo de siete cursos en español y en quechua.
Marcia, estudiante de tercer curso, cree que el centro es vital: ?Me gustaría que los niños no trabajaran. Quiero que estudien porque lo más importante es estudiar, aprender a leer ? como yo estoy haciendo?.