En Haití, las niñas cargan el agua y el peso del mundo

Heidi Reed, responsable de comunicación de PLAN en Haití, nos habla sobre el problema del agua corriente y cómo influye en la educación de las niñas. Puedes leer otros artículos de Heidi Reed desde Haití en el blog de PLAN Estados Unidos.

 

Desde que trabajo para PLAN Internacional en Haití, empleo mucho tiempo pensando en el agua y los esfuerzos que los haitianos tienen que hacer para conseguirla. Para la gente lo suficientemente afortunada como para tener unos salarios fijos y vivir en casas, los camiones de agua, como hacen los camiones de helados en otras partes del mundo, tocan la bocina para anunciar su presencia. Rellenan los tanques de agua y se van a otros vecindarios. Esta es la fácil pero costosa forma de hacer que fluya el agua en Haití.

Para las más de 800.000 personas que aún viven en los campamentos más de un año después del terremoto, el agua también llega en camiones y de manera gratuita. Sin embargo, los fondos destinados para distribuir el agua de esta manera se están acabando por lo que esta opción está a punto de desaparecer. La gente de los campamentos, como la mayoría de los haitianos sin medios, debe ahora confiar en conseguir suficiente dinero para comprar el agua a algún vendedor (?Eau Miracle? es el más popular) o bien encontrar la comunidad más cercana con un pozo.

La semana pasada visité el distrito de Croix-des-Bouquets (a poca distancia en kilómetros de la oficina principal de PLAN en Puerto Príncipe pero a un largo trecho debido al tráfico) con tres expertos en agua y saneamientos de PLAN Haití que estaban comprobando el rendimiento de algunos de nuestros pozos. Allí me dijeron que el 80% de los pozos de ese distrito habían sido construidos por PLAN Haití años antes del terremoto. En la comuna de Lilavois paramos frente a un pozo y nos encontramos con una niña de unos 13 o 14 años de edad que bombeaba agua sin esfuerzo, empleando la fuerza de sus piernas y sus pies descalzos, hacia el interior de un gran cubo de plástico.

Las encargadas de conseguir el agua

Las niñas en Haití, como millones de niñas en los países en desarrollo, son las encargadas de conseguir el agua. A las menores de Haití, como a muchas más en otros lugares del mundo, se les enseña cómo cargar sobre sus cabezas en torno a 18 litros de agua. La semana pasada, pregunté a algunas mujeres haitianas que conozco cómo es realmente cargar con todo ese peso (porque las niñas y mujeres que veo en la carretera siempre hacen que parezca muy fácil). Emitieron un gemido y dijeron que era doloroso pero que no había elección.

Cuando pienso en el agua, deseo que todas las niñas del mundo pudieran tener agua corriente dentro de sus casas o, al menos, cerca de ellas, de manera que pudieran permanecer dentro, estudiar y cumplir sus sueños de convertirse en doctoras, profesoras, periodistas o agentes de policía en un futuro. Pero por ahora, continúan dejando sus estudios en un segundo plano y arriesgándose a sufrir un ataque sexual o físico para ir en busca del agua que sus madres necesitan para hervir el arroz.

Instalar agua corriente de manera masiva en todas las casas de Haití es algo aún muy lejos de alcanzar por lo que, por ahora, depositaré mis esperanzas en los pozos de las comunidades. Sólo se tarda dos semanas en instalar uno y cuantos más se construyan más cerca estarán de cada niña que tiene dentro de ella misma la llave para un Haití mejor.

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