Inundaciones en Paquistán: con la mirada puesta en el futuro

Noviembre de 2011. Mohammad Idrees Lund es un granjero de 28 años que perdió casi todo en las inundaciones que asolaron Paquistán durante los pasados meses de agosto y septiembre. Las aguas arrasaron Badin, distrito en la provincia de Sindh en el que vive, llevá

ndose consigo  la mayor parte de su ganado, su casa y sus cultivos.

Tras las inundaciones solo le quedaron dos cabras, una parcela de tierra inundada y una choza medio destruida. Pero Idrees mira hacia el futuro con optimismo, confía en que él y su familia saldrán adelante más fortalecidos que antes: ?he perdido casi todo, dos búfalos que me daban leche y las cabras para vender en el mercado. Pero gracias a Dios, todavía tengo a mi familia conmigo?. Sus seis hijos han sobrevivido a las inundaciones que dejaron en Paquistán más de 200 muertos y 6,8 millones de desplazados sin hogar.

Necesidad de ayuda

Idrees es  una de las 16.000 familias a las que PLAN, conjuntamente con la organización local HANDS, repartió kits de salud e higiene en Badin, donde las inundaciones dejaron 1,8 millones de damnificados. Entre las familias más afectadas, PLAN sigue repartiendo bienes de primera necesidad, y aún hoy continúa repartiendo agua potable diariamente a más de 80.000 personas.

Idres vive junto a otras 10 familias con niños pequeños en tiendas de campaña de lona facilitadas por PLAN. Junto a él está su hermano Mohammad Ali Lund, un taxista de 45 años con 12 hijos y 14 nietos. Tras las inundaciones el taxi de Alí quedó destrozado, dejando a su familia sin la principal herramienta de trabajo y la única fuente de ingresos.

Bocas que alimentar.

Aunque seis de los hijos de Alí ya son adultos e independientes, todavía tiene 10 menores a su cargo. Ha estado viviendo gracias a un subsidio gubernamental de 10.000 rupias (140 euros) y a los suministros de ayuda de PLAN y otras ONG. Pero el dinero y los alimentos se acabarán pronto si no encuentra un trabajo. ?Quiero trabajar en cualquier cosa, estoy buscando empleo en las granjas del pueblo y como mano de obra en la

ciudad. Necesito dinero para poder alimentar a mis hijos y reconstruir nuestra casa?

cuenta Alí.

El problema  es que no quedan demasiados puestos de trabajo disponibles en las plantaciones. El crecimiento de los cultivos se ha retrasado por las inundaciones y por los altos índices de salinidad del suelo, ya que el desastre impidió drenar el agua del mar.

PLAN Paquistán tiene la esperanza de llenar este vacío a través del proyecto ?cash for work? (dinero por trabajo). Con esta iniciativa que se pondrá en marcha en breve, PLAN busca ayudar a las familias a generar ingresos que les ayuden a salir a delante al mismo tiempo que se reconstruyen y restauran los servicios básicos de la comunidad que quedaron afectados tras las inundaciones.

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