Inundaciones en plena sequía recrudecen la situación

La época de lluvias en el Sahel ha provocado inundaciones en Mali, Senegal y especialmente en Níger. En este país se enfrentan además a las consecuencias de la sequía, a un brote de cólera y a la crisis de los refugiados de Mali, lo que ha provocado más de 300.000 personas afectadas, la mayoría niños.

  • El 80% de los afectados son niños y sus familias han visto destruidas las cosechas que les darían de comer los próximos meses.
  • Madrid, 5 septiembre 2012. La época de lluvias en el Sahel ha provocado inundaciones en Mali, Senegal y especialmente en Níger donde, además de la emergencia nutricional por la sequía, un brote de cólera y la crisis de los refugiados de Mali, más de 336.000 personas, el 80% niños y niñas, se han visto afectadas por el desastre. Los daños de las riadas son un obstáculo más para el futuro de cientos de miles de familias que, en medio de la sequía y la emergencia nutricional de la región, estaban a punto de recoger las cosechas que les permitirían vivir los próximos meses. Las tierras de cultivo están totalmente anegadas y las cosechas se han perdido.

    ?Esta es ante todo una emergencia infantil porque 8 de cada 10 afectados que necesitan refugio, ropa y comida son niños. La situación en Níger es especialmente acuciante ya que los niños arrastran ya un alto grado de desnutrición por la sequía?, explica Concha López, directora general de PLAN Internacional en España.

    Níger

    Las lluvias de las dos últimas dos semanas han afectado especialmente la zona suroeste del país (Dosso, Tillaberi y la capital Niamey). Sólo en la región de Dosso se desplomaron 1.200 casas, se han destruido 1.273 granjas y 989 han sufrido graves desperfectos. La mayoría de la población afectada, el 80% menores, apenas pudo huir con lo puesto. Mujeres y niños han buscado refugio en mezquitas y escuelas lo que pone en riesgo el inicio del curso escolar, previsto en octubre.

    Moussa, líder de la comunidad de Sandidey donde se han desplomado 233 casas explica: ?para aquellos que hemos podido salvar la cosecha el dilema ahora es si utilizar el dinero que obtengamos de la venta para reconstruir nuestras casas o para comer.? PLAN ha realizado una primera distribución de ayuda de emergencia entre 1.000 familias que incluye mosquiteras para prevenir la malaria, mantas, alimentos (20 Kgs de arroz y 2,5 litros aceite para cada familia) y está trabajando en coordinación con el gobierno y Naciones Unidas en la evaluación de siguientes pasos.

    Mali

    En Mali las lluvias de agosto han afectado Baroueli, a dos horas de la capital Bamako, una de las zonas más pobres del país donde la población come y vende lo que cultiva. El agua ha arrasado casas, campos de cultivo, ganado y negocios de la zona . Tras el desplome de 1.800 casas, más de 10.000 personas se han quedado sin techo. En las comunidades de Mpela, Mpebougou y Woloko cerca 2.200 niños están durmiendo junto a sus padres en refugios. PLAN ha distribuido tiendas comunales.

    Senegal

    En Senegal las lluvias han afectado a la zona central y oeste del país, incluyendo Dakar, la capital. Los escombros y restos de material de construcción acumulados en la areas urbanas ha creado amplias zonas de agua estancada que dispara los riesgos de malaria, enfermedades de piel y diarrea, especialmente entre la población infantil. PLAN está participando junto con las autoridades senegalesas en la elaboración de un plan de emergencias que incluye el reparto de tiendas, comida, kits de higiene y la creación de espacios de seguridad para los niños afectados.

    El trabajo de PLAN en la región

    Presente en la región desde hace dos décadas: PLAN trabaja en siete países de la región del Sahel con una media de 20 años de presencia para mejorar la vida de millones de niños y niñas y sus comunidades. Los proyectos de desarrollo de PLAN han aumentado los niveles de seguridad económica de las familias permitiendo una mayor resistencia de la población ante las recurrentes crisis, sin embargo esta última sequía ha llevado al límite a 12 millones de personas, especialmente niños y mujeres.