Los enfrentamientos tribales dejan 76.000 desplazados internos en Sudán del Sur

PLAN se encuentra entre las primeras organizaciones en responder a esta situación de emergencia

Enero 2012. ?La comida que hemos recibido hoy es lo único que tenemos. Los atacantes de la tribu Lou Nuer saquearon todo. Nos robaron las vacas y quemaron nuestros cultivos?, dice Mary Nyagolol, residente de Likuangole desplazada en la ciudad de Pibor en el estado de Jonglei, Sudán del Sur.

Nyagolol, de cuarenta años, tuvo que huir de Likuangole con su familia al amanecer. Su marido les guió a ella y a sus otras dos esposas hacia las montañas. Su hijastro fue raptado durante la noche, mientras corrían para salvar sus vidas. Se escondieron en el monte durante un semana entera y sobrevivieron a base de carne y frutas silvestres.

?Cuando me enteré de la distribución de alimentos en Pibor, fui a verlo y volví para informar a mi familia. Después, fuimos todos juntos a la ciudad para registrarnos y poder conseguir la comida?, cuenta Mary. ?Nuestros poblados han sido reducidos a cenizas y no tenemos ningún sitio a donde volver a no ser que nos faciliten refugio y alimentos?.

En el condado de Pibor, más de 76.000 desplazados internos necesitan urgentemente refugio y comida. Desde que se iniciaron los ataques el pasado 30 de diciembre, PLAN, en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, ha repartido comida entre, al menos, 17.000 desplazados internos.

Kongkong Kalayin, una joven de 22 años y madre de tres hijos, ha salido del escondite que compartía con su familia compuesta por 26 miembros. Todos ellos han recibido ayuda alimentaria. Actualmente están durmiendo bajo un árbol cerca de la sede del gobierno local. ?Gracias a la comida que hemos recibido, vamos a volver a Likuangole para comenzar una nueva vida allí. Estoy feliz de que mis hijos hayan podido comer algo hoy?, dice Kongkong. Obtener alimento era su principal preocupación, seguido de la seguridad y conseguir refugio y medicamentos.

Necesidad de ayuda urgente

Las agencias internacionales presentes en Jonglei afirman que la situación es grave y que la población necesita ayuda urgente. Los informes muestran que todos los poblados han sido quemados y la gran parte del ganado robado o asesinado. Aún hay gente viviendo en el monte, así como también hay casos de niños desaparecidos y de menores que se encuentran solos.

Las autoridades locales del condado de Pibor está pidiendo a las ONG que recoloquen a los desplazados internos y les proporcionen ayuda en sus lugares de origen. PLAN se encuentra entre las primeras organizaciones en responder a esta petición y ya ha desplegado un equipo de respuesta ante emergencias.

Actualmente, PLAN está distribuyendo alimentos entre más de 30.000 desplazados internos en Gumuruk y Likuangole y tiene previsto permanecer en esta zona durante al menos los próximos dos o tres meses.

?No hemos intentado volver a nuestras casas porque las vimos arder. No nos queda nada. Ahora estamos dispuestos a regresar a Likuangole ya que confiamos en que la comunidad internacional nos ayudará?, cuenta Adikira Ngare, una desplazada en Pibor.