Los microcréditos potencian el espíritu emprendedor de las mujeres en África

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agosto 2012. Imagina salir de la casa para ir a comprar y no llevar dinero en efectivo. Sin pensarlo, usas la tarjeta de crédito. ¿Pero y si se te olvida también? Ahora imagina que no tienes tarjeta de crédito y que el dinero que ganas es el dinero que gastas. No hay préstamos, hipotecas, créditos ni bancos. Ahora deja de imaginar. Esta es la realidad cotidiana de la mayoría de las mujeres y las niñas en zonas rurales de África, donde las formas de ganarse la vida son escasas y no se puede ahorrar dinero.

Los microcréditos, pequeños préstamos a los sectores más pobres de la población, permiten aumentar el empoderamiento de las niñas y mujeres, les facilita formar sus propias empresas y obtener ingresos, lo que evita el matrimonio temprano y permite a las niñas tener una educación.

Marie Mukantabana, Vicepresidenta del Senado de Ruanda explica “Si las mujeres ganan dinero, éste va destinado a la familia, a la educación y a la salud. Si se dan a las mujeres los medios para ganarse la vida, los beneficios mejorarán la vida familiar.

Fati Amadou, de Niger, oyó hablar a sus vecinas de lo felices que estaban construyendo sus pequeñas empresas y ganando dinero para mantener a sus familias, así que se interesó por estos microcréditos. “Antes de este proyecto no tenía ningún trabajo“, explica. “PLAN confió en mí. Yo siempre estaba pidiendo dinero; ahora, tengo mis ahorros y puedo contribuir a la educación de mis hijos”.

Microcréditos: una oportunidad para los más jóvenes

En Sierra Leona, los jóvenes se enfrentan diariamente a retos muy difíciles porque la mayoría son analfabetos y desempleados, por lo que tienen muy pocas posibilidades de ganar dinero. Salamatu, de 19 años, se unió a los proyectos de microfinanciación de PLAN poco después de la muerte de su padre y de su hermano.  Ahora tiene un puesto de venta de arroz en el mercado de Freetown, cerca de donde vive con su primo y con su tía. ?A las 8 de la mañana monto mi puesto y me dedico a vender arroz hasta las cuatro de la tarde. Luego voy a clase. Gracias a los microcréditos puedo pagarme los estudios? explica. No tenemos una cultura de ahorrar dinero, no sabemos cómo hacerlo pero PLAN nos está enseñando“, añade.

Los grupos beneficiarios de los microcréditos, muchos de ellos dirigidos por mujeres, se reúnen una vez a la semana para discutir el progreso con el apoyo de asesores de la comunidad. ?Tener poder de decisión las lleva hacia adelante. La mejora y la esperanza se puede sentir en las comunidades? concluye Dereje Legesse, consejera de PLAN en materia de Microfinanciación y Desarrollo empresarial en África.