Malí: Testimonio de una separación dolorosa

Más de 430,000 personas se encuentran desplazadas de sus hogares, 260,600 de ellas fuera del país. Los niños y niñas son los que más sufren en los conflictos, en muchas ocasiones se ven alejados de sus familiares más cercanos, abandonan la escuela, corren el riesgo de adquirir enfermedades y viven situaciones intensas y traumáticas.

Desde PLAN hemos motivado a los pequeños que viven el conflicto en Malí a contar sus historias con la ayuda de nuestro personal en terreno. Esta es la historia de Saoudata una pequeña maliense de 9 años.

Malí, 22 de enero de 2013.- ?Mi estilo de vida ha empeorado por el conflicto?, dice Saoudata. Con tan sólo nueve años, la pequeña ha tenido que hacer un sacrificio al que ninguna niña pequeña debería enfrentarse.

Tuvo que dejar Sévaré sola. Dejando atrás a su madre y a su hermano de 2 años porque a su madre, Habibatou, le faltaban 12 dólares para completar los pasajes de autobús. ?Mi hermana tuvo que poner a su hija primero, eso es lo que hacen las madres?, ha explicado su tía Zachery.

Con ella y con Ahmed, su marido, viven ahora Saoudata y el resto de sus hermanos. Es la segunda vez que el conflicto de Mali les ha hecho desplazarse. El año pasado, cuando estalló la lucha en la ciudad histórica del norte del país, tuvieron que irse a Sévaré porque pensaron que sería un lugar seguro.

Ahora están reubicándose en Ségou, la capital regional del centro de Mali, donde hay una fuerte presencia del Ejército y del Gobierno. Ségou está bulliciosa por la actividad aparentemente ajena a las peleas que ocurren en norte y oeste de la ciudad.

A 100 millas de Ségou, la situación ha sido tensa desde que los insurgentes armados cruzaron la frontera con Mauritania y se apoderaron de Diabaly. En aquellos días aumentó la tensión notable en la ciudad, pero los días siguientes todo había vuelto a la normalidad.

Saoudata está visiblemente infeliz. ?Extraño a mi madre. Extraño a mi hermanito. Quisiera que estuviéramos juntos en nuestra casa. Quisiera que todo volviera a la normalidad de nuevo para que pudiésemos regresar a casa?, ha dicho la niña.

Ella también extraña la escuela y sus amigos, y ésta es un área donde PLAN puede ayudar.

Desde el comienzo del conflicto, PLAN ha estado encargado de ayudar a cientos de niños desplazados a encontrar escuelas temporales donde puedan recuperar sus clases y preparar los exámenes.

Desde el comienzo de la crisis de Mali a cientos de niños se les ha negado su derecho a recibir educación. De acuerdo con la información oficial, 300.000 escolares han dejado el sistema escolar y la mitad de estos son niñas.

A pesar de los esfuerzos de la última década del gobierno de Mali para mejorar la educación de las niñas, prácticas culturales muy arraigadas como el matrimonio temprano o la percepción general de que ?el lugar de la mujer es la casa?, han hecho que estos esfuerzos se encuentren con grandes obstáculos.

?Quería convertirme en doctora, pero desde que dejé mi casa en Tomboctú, no creo que pueda regresar a la escuela. Escucho a mi familia hablando de encontrarme un esposo tan pronto como sea posible. Eso no es lo que yo quiero?, ha confiado a PLAN Aicha, una joven de 14 años amiga de Saoudata.

Saoudata está matriculada en la Escuela Primaria de PLAN, Sido-Sinokoura en Segú. Ella también ha recbido un kit escolar para ayudarla a comenzar con sus estudios. Como parte de este programa, Saoudata se beneficia de las clases de recuperación y asiste regularmente a los Espacios de Seguridad para Niños (ESPN) para participar en actividades extra escolares.

?Estas clases de recuperación y el ESPN están geniales. Durante los meses pasados he visto muchos niños desplazados con pocas habilidades en matemáticas y letras superarse por encima de su grupo de edad cuando vienen a Segú?, explica Aminata Samaké, jefa de la Fundación Educación Comunitaria para el Desarrollo (FECD), una ONG local que trabaja con PLAN Mali en Segú.

Saoudata se está ajustando a su nueva escuela, ella dice que su estilo de vida como desplazada interna se ha ?degradado?.

?En casa, solía ir al cine y pasarlo bien con mis amigos. En Segú no conozco a nadie?. Nadie sabe cuando el conflicto acabará o cuando Saoudata y los otros niños podrán regresar a sus casas.Mientras tanto, tendrán que hacer nuevos amigos y comenzar nuevas vidas.