PLAN alerta de la grave situación de la población local en zonas del Cuerno de África donde no hay campamentos ni refugiados

Quiero colaborar con los afectados en África
  • Más de 9 millones de personas entre Sur Sudán, Kenia y Etiopia se encuentran afectadas directamente por la sequía.
  • Las escuelas de donde los niños reciben su única comida del día se están quedando sin reservas de alimento.
  • La supervivencia se ve amenazada por la muerte del ganado y el desorbitado aumento de los precios de los alimentos. En Kenia una familia tiene que vender tres cabras para poder comprar un saco de 90 kgs. de maíz. 
  • La sequía está provocando un aumento en trabajo infantil ya que los niños se ven forzados a dejar la escuela para trabajar o ayudar a sus padres en la búsqueda de alimentos. Los menores llegan a recorrer hasta 16 kilómetros en busca de agua y hacen colas durante horas, incluso durante la noche, para conseguir agua y comida.

Madrid, 29 de julio de 2011– Lejos de los campamentos de refugiados que huyen de la hambruna declarada en Somalia, la población local de los países vecinos que los acogen se encuentran también en situación extrema. Varias regiones de Kenia, Sudán del Sur y Etiopía donde PLAN está presente, están gravemente afectadas por la sequía, en especial la población menor de 5 años, sobre la cual los efectos de la desnutrición y falta de agua tiene un mayor y más rápido impacto que entre la población adulta.

“Ahora es el momento para actuar. La malnutrición, especialmente entre los niños tiene unas consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo. Una intervención a tiempo acortará el

tiempo de recuperación y minimizará el impacto que de toda formas ya es alarmante?,

explica Concha López, directora general de PLAN en España.

La sequía en el Cuerno de África, definida como la peor de los últimos 60 años, está desplazando a decenas de miles de personas de sus comunidades, diezmando el ganado y limitando el acceso a alimentos.

En Kenia, donde PLAN está distribuyendo agua y alimentos a 260.000 niños y sus familias, cerca de 3,5 millones de personas necesitaran ayuda alimentaria a lo largo de varios meses si se quiere estabilizar la situación. ?Está previsto que la sequía empeore en los próximas meses. Las reservas de grano del gobierno están casi agotadas y las importaciones de países como Tanzania o Malaui están decayendo porque ellos también empiezan a tener problemas?, explica  Lilly Omondi, gerente de operaciones de PLAN Kenia.

Al igual que el gobierno, las familias se están quedando también sin reservas. La supervivencia se ve amenazada por la muerte del ganado y el desorbitado aumento de los precios de los alimentos: en Kenia una familia tiene que vender tres cabras para poder comprar un saco de 90 kg. de maíz.

Las escuelas se están convirtiendo en lugares de refugio a donde la población huye en busca de alimentos ya que en ellas muchos niños reciben la única comida del día. ?El 90% de los centros de Kenia se están quedando sin reservas?,  explica Omondi. PLAN Kenia, presente en el país desde 1982, trabaja en la distribución de alimentos y agua potable en 364

escuelas de las áreas de Tharaka, Machakos, Kwale y Kifili. Ante la difícil situación se ha extendiendo la ayuda a 52.000 niños y niñas de las zonas de Samburu y Kitui, donde PLAN no tiene presencia habitual.

El reparto de alimentos en las escuelas es fundamental ya que además evita el abandono escolar. En Etiopia, donde la ayuda de emergencia de PLAN se estima que llegará a un 1 millon de personas, un total of 708,921 niños y mujeres embarazadas y mujeres en periodo de lactancia necesitan alimentación suplementaria y más de 159.000 niños menores de 5 años necesitarán tratamiento contra la desnutrición extrema en la segunda mitad del año según cifras de Naciones Unidas.

Makedes Woldamanuel, madre etíope con 8 hijos, explica la importancia de que sus hijos puedan comer en la escuela: ?El almuerzo mantiene a mis hijos en clase. Antes de que comenzara el programa de nutrición unos días iban y otros no. La escuela está lejos y además cuando un niño tiene hambre es difícil que preste atención.? Makedes, que es vendedora en las calles de Addis Ababa, la capital etíope, aprovecha además cuando los niños están el colegio para trabajar y aportar dinero a la economía familiar.

La sequía se traduce en un aumento de la malnutrición y enfermedades derivadas de la falta de agua potable, especialmente entra la población infantil. En uno de los centros de salud de PLAN en la región de Samburu en Kenia, se advierte un alarmante aumento de los casos de neumonía entre los niños, que tienen que caminar y hacer cola durante el frio de la noche para conseguir agua. ?Estamos observando que los niños llegan a recorrer entre 6 y 16 kilómetros andando para poder colaborar con la nutrición de la famili

a?

, explica Omondi.

 A la crisis alimentaria y sanitaria se une la social ya que muchas familias se ven obligadas a sacar a sus hijos de las escuelas para que colaboren a través de la búsqueda de comida de alimento o con trabajo. ?Los niños tiene que dejar la escuela para cuidar a los animales mientras sus padres van en busca de agua potable o alimentos, ? explica la experta de PLAN Kenia.

Además de la distribución de alimentos PLAN pone especial énfasis en la protección de los niños a través del establecimiento de Espacios de Seguridad en las comunidades.

Construcciones donde los menores cuentan con el seguimiento de voluntarios de PLAN para conocer de primera mano su situación diaria. ?Ahora que tienen que recorrer largas distancias solos para conseguir comida, los niños son más vulnerables, especialmente las niñas sobre las que detectamos aumentos de violencia sexual,? añade Omondi.

En Sur Sudán, la prolongada sequía de los dos últimos años se he visto agravada por recientes inundaciones de aguas provenientes de las montañas cercanas. En las zonas de Akobo, Pibor, Ikotos y Kapoeta las tierras secas y sin cultivar por la falta prolongada de agua ahora están totalmente anegadas. La escasez de alimentos se acentúa por la vuelta al nuevo país de refugiados y desplazados después de 20 años de guerra civil.

 

Puedes colaborar aportando fondos en las siguientes cuentas bancarias:

Banco Santander: 0049-0001-56-2010025526
Banco Popular: 0075-0078-03-0601454876
Bankia: 2038 1915 11  6000140686
BBVA: 0182 4018 19 0208515837
La Caixa: 2100-2927-90-0200054649