PLAN apoya a los afectados por el volcán en Indonesia

Dewi es uno de los miles de niños que permanece refugiado en los campamentos temporales esperando que cesen las erupciones del Monte Merapi en Indonesia.

Con cerca de 47.000 personas desplazadas por culpa del volcán, incluyendo a más de 7.000 niños, las condiciones de vida son muy difíciles.

La historia de Dewi

Dewi, de 15 años, huyó del polvo de las cenizas en la motocicleta conducida por su hermano. Lleva en el campamento cerca de una semana.

Dice que las tiendas donde se refugian son muy calurosas durante el día y muy frías por las noches. Tiene fiebre. Muchas personas huyeron sin un lugar donde dormir o sin ropa para cambiarse. PLAN ha distribuido ayuda a más de 8.000 personas, consistente en 8.000 mantas de lana y 3.200 esterillas.

También se ha proporcionado a las familias 1.600 kits higiénicos que contienen jabón, toallas, champú, servilletas sanitarias y cubos, entre otras cosas. Y se han repartido kits con material escolar para más de 5.000 niños y niñas en 20 escuelas.

Campamentos abarrotados

La segunda erupción del volcán Merapi ha aumentado el número de desplazados que se alojan en los campamentos en busca de refugio, pasando de 40.000 personas a 69.533.

Pero Dewi dice que no se siente a gusto en el campamento del distrito de Sleman porque hay mucha gente. La segunda erupción del volcán Merapi ha aumentado el número de refugiados en los campamentos.

Dewi dice que durante el día prefiere caminar un kilómetro hasta su casa para lavar ropa y utensilios antes que tener que esperar las colas para coger agua en el campamento. ?También tengo que esperar una larga cola para ir al baño?, dice.

Añade que no le gusta dormir en las tiendas mixtas y llenas de gente.

Tiendas para niñas

?Si fuese posible, me gustaría que hubiese una tienda sólo para niñas?, dice Dewi, que de mayor quiere trabajar con ganado.

Es la segunda vez que ha sido evacuada. La última vez fue durante la erupción de 2006, y esta vez, de nuevo, su escuela se está utilizando como un refugio temporal. Dice que echa de menos la escuela.

?Espero que pueda regresar a casa  y todo vuelva a la normalidad, sin que haya más desastres?, dice.

Respeto hacia el volcán

Sin embargo, Lala, una joven madre, no quiere arriesgarse a volver a casa.

?No tengo prisa por ver mi casa porque el Monte Merapi todavía me da miedo?, dice Lala, de 20 años, que vive en Kalia, un pequeño pueblo a tan sólo 6 kilómetros de la cima del Merapi. Un vecino le contó al personal de PLAN que la casa de Lala estaba cubierta con las cenizas del volcán.

Huyó sin ropa y está preocupada por su hija Riri, de 8 meses, que está resfriada. Ella y otras madres están aguantando con la escasa agua limpia que queda.

En los campamentos más de 2.000 personas están enfermas, la mayoría de ellos sufre infecciones respiratorias, de la piel, dolores de cabeza o estomacales.

Sin embargo, Lala está más tranquila desde que recibió el kit higiénico de PLAN. ?Estoy feliz de recibir esta ayuda porque no tengo nada?, dice.

PLAN ha lanzado una campaña de emergencia de dos meses que se centra en la distribución de mantas, esterillas y kits higiénicos que beneficiará a más de 8.000 personas. También construirá espacios seguros para más de 1.300 niños y niñas.