Poner a los niños y niñas en el centro es la clave para reconstruir Mali

El conflicto ha cambiado la vida de miles de personas en Mali. La infancia y las mujeres se han llevado, quizás, el más duro golpe. El conflicto en Mali ha obligado a desplazarse a cerca de 250.000 personas desde el norte del continente hasta el sur y las áreas centrales.

Testimonio de Unni Krishnan, Jefe de Respuesta ante Emergencias de Plan Internacional

Segou, Mali 15 de Febrero, 2013.- El conflicto ha cambiado la vida de miles de personas en Mali. La infancia y las mujeres se han llevado, quizás, el más duro golpe. El conflicto en Mali ha obligado a desplazarse a cerca de 250.000 personas desde el norte del continente hasta el sur y las áreas centrales.

La crisis humanitaria se ha expandido rápidamente más allá de las fronteras malienses alcanzando Burkina Faso, Níger y Mauritania donde 144.439 refugiados han llegado desde que comenzase la crisis en marzo de 2012.

Desplazados, desarraigados y traumatizados. Ellos son la cara humana, quizás también la cara oculta de este conflicto. Hay una necesidad urgente de ampliar la ayuda humanitaria. Para reconstruir Malí, es igualmente importante llevar a cabo inversiones que ataquen las raíces de la pobreza.

La ausencia de campamentos significa que ?no hay drama? y por tanto no se cubre mediáticamente.

Historia de una familia

?Lloran mientras duermen y tienen pesadillas? dice Fátima, al referirse a sus nietos y sobrinos pequeños. Víctimas y desplazados por el conflicto, personas como Fátima están viviendo momentos difíciles.

En junio de 2012, Fátima caminaba por las calles de Tombuctú, una ciudad en el borde meridional del desierto de Sáhara en Malí norteño, capital intelectual y espiritual del África de los siglos XV y XVI.

La ciudad ha estado bajo el control de insurrectos armados desde el abril de 2012. Paró para saludar a un amigo que caminaba en su dirección. Los insurgentes, que iban armados, la pararon en seco.

La acusaron de ?estar hablando con un extraño?. La agarraron del pelo y comenzaron a sacudirla. Trató de razonar con ellos y les suplicó que la soltasen, pero fue en vano. Continuaron golpeándola y le pusieron un arma en la cabeza. ?Fue terrorífico? asegura aún con miedo en sus ojos. Fue tomada como rehén durante varias horas. No está segura de cuál fue el momento en el que quedó inconsciente.

Cuando despertó, la soltaron y se fue a su casa. Esa misma noche, Fátima, junto con sus 6 hermanas y trece niños y niñas de la familia, huyó de Tombuctú. Fue entonces cuando la vida de su familia cambió para siempre.

?Cuándo dos elefantes grandes luchan, es la hierba la que sufre? dice un proverbio africano.

El conflicto en Mali está dejando miles de personas, como Fátima, desplazadas, desarraigadas y traumatizadas. Desde que llegaron en junio, ella y el resto de su familia han estado viviendo en Segou en una abarrotada habitación de dos camas en una casa de huéspedes.

Necesidades inmediatas

Para salvar vidas, la situación en Mali requiere intensificar la ayuda humanitaria y proveer a las víctimas de alimento, agua y atención sanitaria con urgencia. Hay que agradecer mucho a las familias que, al no haber campamentos de refugiados en Mali, han acogido en Segou, con los brazos abiertos, a los desplazados llegados desde el norte como Fátima.

Sin embargo, la presión en algunas familias por la limitación de agua y alimentos y la falta de instalaciones es grande y la tensión se va acumulando. Algunas familias que conocí durante mi viaje para apoyar el trabajo humanitario que PLAN International lleva a cabo allí, me pedían dinero para alquilar lugares algo más confortables en los que estar.

Algunos niños y niñas de los que he conocido están traumatizados por el conflicto y necesitan cuidados y apoyo emocional. Muchos de ellos han sido separados de sus familias y amigos y les cuesta adaptarse a su nuevo entorno. En una situación de conflicto como la que vive Mali, la protección de la infancia debe ser una prioridad. Cuando se trata de conflictos, la historia, demuestra que las necesidades emocionales y psicológicas de las víctimas deben ser tratadas.

En Segou, PLAN ha puesto en marcha clases y centros de recreo para ayudar a niños y niñas a recuperar el ritmo escolar, pero sobre todo, para acompañarles en la tarea de aprender a vivir en las nuevas circunstancias. Reconstruir Mali no va a ser una tarea fácil. No sólo se trata sólo de salvar vidas, sino de actuar a conciencia para obtener resultados sostenibles a largo plazo.

¿Qué es lo más urgente? Es muy urgente que aumente la ayuda humanitaria en Mali. Reforzar la seguridad y obtener acceso a la población necesitada deben convertirse en una prioridad. Salvar vidas, la reconciliación y reconstrucción del país, son tarea de todos.