Con tan solo 23 años, Jazmín Castillo fue capaz de guiar a los habitantes de su provincia durante la alerta por tsunami que siguió al terremoto de Japón. Debido a la dificultad de las autoridades para atender a toda población ante el riesgo de emergencia, la joven ecuatoriana aplicó los conocimientos adquiridos de niña en los grupos de participación de PLAN.
El viernes 11 de marzo de 2011 saltaron las alertas de tsunami en los países americanos de la costa del Pacífico. El terremoto de 8,9 en la escala Richter que unas horas antes había asolado Japón provocó a su vez un tsunami que amenazaba con alcanzar las poblaciones del litoral este del continente americano.
En Santa Elena, provincia de Ecuador, la alerta generó mucha incertidumbre entre la comunidad. Las emisoras de radio lanzaban mensajes no siempre claros sobre la situación y las posibles rutas de evacuación. Jazmín percibió que en lugar de ayudar, esta falta de coordinación incrementaba la confusión de muchos habitantes sobre cómo actuar. Solicitó al gabinete de prensa del Gobierno local, donde realiza unas prácticas de formación al tiempo que estudia en la universidad, que le permitiera colaborar en las labores de comunicación ante el riesgo de emergencia.
Orientación sobre qué hacer en situación de emergencia
Jazmín se sentía capacitada para llevar a cabo la labor ya que, cuando era niña, participó junto con otros 40 jóvenes de su comunidad en proyectos de participación infantil de PLAN. Los programas les ofrecieron formación en protección de los derechos de la infancia, organización y liderazgo y en el uso de los medios de comunicación como herramientas para transmitir sus propuestas a los adultos. Jazmín aprendió en ellos la importancia de proporcionar una información veraz y eficaz durante una emergencia.
Jazmín tenía muy claro su principal objetivo en el momento de la alarma: ?Lo primero que pedí fue que una sola emisora de radio fuera la que difundiera la información oficial sobre la evolución del tsunami y el proceso que debía llevarse a cabo durante la evacuación?, cuenta la joven. Acto seguido se puso en contacto con los periodistas de la zona para ?explicarles la necesidad de dar una información clara durante la situación de emergencia?.
La joven consiguió tranquilizar a los habitantes y a partir de ese momento y en coordinación con el Gobierno local, se llevó a cabo una evacuación ordenada. ?Trabajamos rápido porque era una situación de emergencia y el tiempo corría a nuestra contra. Eso es algo que aprendí durante mi formación con PLAN, que cada segundo cuenta?, afirma Jazmín.
Afortunadamente, el tsunami no llegó a la costa ecuatoriana pero la comunidad supo apreciar la labor que Jazmín había llevado a cabo. ?Todo el mundo me abrazaba y me daba las gracias. Hasta el gobernador me llamó por teléfono para agradecerme lo que había hecho.?
?Jazmín es un brillante ejemplo de por qué el compromiso con los niños y niñas es la esencia del trabajo de PLAN. Demuestra que los jóvenes pueden desempeñar un papel significativo en la reducción del riesgo y en la respuesta ante desastres?, afirma Concha López, directora general de PLAN en España.
Actualmente, Jazmín coordina un programa de participación de PLAN en doce comunidades de la provincia de Santa Elena. Este proyecto busca hacer partícipe a la juventud en los trabajos de desarrollo y aumentar su implicación a nivel local y nacional.
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