Los huérfanos del ébola luchan por volver al colegio en Liberia

Muchos de los niños y niñas que han quedado huérfanos tras la epidemia de ébola que afecta a Liberia están teniendo dificultades para volver a la escuela. Los colegios reabrieron el pasado 12 de febrero en el país, pero muchos de estos huérfanos viven ahora con familiares y se enfrentan a una dura realidad.

Monrovia, 20 de febrero de 2015.– Muchos de los niños y niñas que han quedado huérfanos tras la epidemia de ébola que afecta a Liberia están teniendo dificultades para volver a la escuela. Los colegios del país han reanudado las clases esta semana, pero muchos de estos huérfanos viven ahora con familiares y se enfrentan a una dura realidad.

La falta de apoyo o de fondos financieros les ha impedido regresar a la escuela en este año académico. Además, los familiares que se han hecho cargo de estos niños y niñas huérfanos, muchos de los cuales son viudos o no tienen trabajo, a menudo son incapaces de asumir la carga adicional que supone haberse hecho responsable de ellos.

Aunque el gobierno de Liberia ha anunciado que proporcionará educación gratuita para que todos los niños y niñas puedan asistir a las escuelas públicas existentes en todo el país, la compra de los libros de texto, los uniformes y el pago del transporte sigue siendo un serio impedimento para muchos.

“No puedo pagar los gastos escolares de mis nietas”

Ma Voyee, de 72 años, es viuda y abuela de ocho niñas que han quedado huérfanas.

?Mi único hijo murió por el ébola cuando estaba trabajando en el condado de Lofa. Días después, su mujer y dos de sus hijos también murieron a causa de la misma enfermedad. Han dejado atrás ocho hijos, todas chicas. He traído a las niñas para que vivan conmigo aquí, en el condado de Nimba, pero ahora que la escuela ha reabierto, no puedo pagar los gastos escolares de mis nietas. Solo el hecho de proporcionarles comida ya supone un gran esfuerzo para mí?, explica Ma Voyee.

?Ahora también temo por la mayor de mis nietas, que tiene 13 años y puede comenzar a distraerse con los chicos si no acude al colegio. Ella está en octavo curso y, si se queda ahora embarazada, tendría que dejar el colegio definitivamente?, añade.

Antes del brote de ébola, Ma Vonyee se ganaba la vida como pequeña comerciante, vendiendo carne en el mercado. Pero tuvo que pasar 26 días en cuarentena cuando decidió hacerse cargo de sus nietas y desde entonces su negocio se ha ido a pique. ?Esta situación es la responsable del sufrimiento que yo y mis nietas tenemos ahora?, dice Ma Voyee, con un tono de tristeza.

Incierto futuro para muchas chicas

La crisis del ébola no solo ha dejado miles de huérfanos que no tienen ahora la oportunidad de regresar al colegio, también ha dejado viudas en edad escolar que ahora se preocupan por su incierto futuro y porque no tendrán más oportunidades de volver a la escuela.

Joana, de 18 años, vive con su suegra, quien contribuye a la economía familiar vendiendo agua fría. Joana estaba embarazada de ocho meses cuando su marido murió por el virus del ébola y, tras haber estado en cuarentena durante más de 30 días, volvió a casa de sus padres, pero tuvo que marcharse al ser rechazada por sus vecinos.

Tuvo que regresar a casa de su suegra porque no tenía dónde ir. ?Mi marido estaba trabajando para una compañía minera y él me había prometido que podría ir a clase por las tardes cuando diera a luz. Desde que el murió, no tengo ninguna esperanza de que pueda asistir a clase por la tarde, como él me prometió?, explica Joana.

?Ni siquiera tengo jabón para lavar los pañales de mi bebé. Siempre tengo que esperar a que mi suegra regrese de vender agua, así que no puedo pensar en regresar al colegio por ahora?, afirma.

Ébola: rechazo y estigma

Varias veces, Joana ha intentado ganar algo de dinero para ella y su bebé. Se carga a su bebé a la espalda y se dedica a vender agua, pero ha obtenido el rechazo de los miembros de su comunidad, que se niegan a comprarle a ella argumentando que su marido murió por el virus del ébola. Rechazada y asustada, Joana ahora apenas sale del patio de su casa.

Las necesidades de los niños huérfanos de Liberia son complejas. Las tasas de analfabetismo están aumentando en el país y, si no se hace nada, es probable que la situación empeore.

Plan Liberia está colaborando en la reapertura de los colegios repartiendo alimentos a los estudiantes a la hora de comer. Este hecho ayuda a motivar a los padres a enviar al colegio a sus hijos al tiempo que contribuye a minimizar el miedo y la resistencia de algunas familias a enviar a sus hijos a la escuela.

?Estamos participando en el programa ?Vuelta al Cole? desarrollado por el gobierno de Liberia y varias organizaciones colaboradoras y nos hemos asegurado de que se cumplen las medidas de prevención y seguridad en las escuelas y que los materiales de higiene y saneamiento y las instalaciones de lavado de manos están en los lugares adecuados, antes de que las escuelas reabriesen?, comenta Oumarou Koala, director de Plan Liberia.