Rehana, 22 años – "Mi largo camino al colegio"

Rehana, una joven pakistaní de 22 años, fue obligada a abandonar el colegio a los 14 años. Después de ser madre de dos niños, ha logrado convencer a su marido y a su familia de los beneficios de la educación para poder volver a un centro de educación no formal gestionado por Plan Internacional.

23 de febrero de 2014.- Rehana, una joven pakistaní de 22 años, fue obligada a abandonar el colegio con 14 años. Su padre no quería que siguiera estudiando. Pronto se casó y ya es madre de dos hijos.

Años después, ha conseguido volver al colegio, pero el camino no le ha sido fácil. Le ha costado mucho convencer a su marido de los efectos positivos de la educación, pero ahora asiste a un centro de educación no formal en Pakistán gestionado por Plan Internacional.

Rehana conoce bien las razones por las que se prohíbe a las niñas pakistaníes asistir al colegio. ?Algunas no pueden pagar las tasas y otras se casan tan pronto que tienen que dejar la escuela?, explica. En otros casos, como el suyo, la familia se opone a su educación.

?Abandoné el colegio porque mi padre no quería que siguiera estudiando?no le gustaba mandar a su hijas fuera de casa?, cuenta.

Los beneficios de una educación

Pero Rehana no se dio por vencida. Cuando se casó, enseguida tuvo dos hijos. No obstante, estaba convencida de que ir al colegio era tan importante para sus hijos como para ella, por lo que hizo todo lo posible para convencer a su marido de los beneficios de asistir a clase.

?Al principio, a mi marido no le agradaba la idea de que yo fuera al colegio y no quería que asistiera al centro de educación no formal, pero le aseguré que seguiría haciéndome cargo de los niños y las tareas de casa como hasta entonces?.

Para esta joven madre, era muy importante dejar claro a su familia que los centros educativos de Plan Internacional le proporcionaban un entorno protector en el que se sentía muy cómoda. ?La calidad de la educación es muy buena, comparada con la del gobierno, en la que se pagan unas tasas demasiado altas y hay muy pocos profesores?, dice.

“Quiero ser una madre formada”

Cree que su educación también beneficiará a sus hijos. ?Quiero ser una madre formada para poder enseñar a mis hijos y también quiero que ellos reciban una buena educación?.

Es consciente de la discriminación a la que se enfrentan las niñas, especialmente en lo referido a la educación, pero ella está decidida a criar a su hijo y a su hija en igualdad. ?Les doy la misma cantidad de cariño, de comida o de ropa. No hago discriminación. Enseñaré a mi niño cómo trabajar y me encantaría que, cuando crecieran, ellos me ayudaran en mi trabajo también?, cuenta Rehana.

Rehana se da cuenta de que es una afortunada. Mientras va a clase en el centro educativo de Plan Internacional, su madre va a casa a cuidar a los niños y además su marido es capaz de reconocer los efectos positivos de la educación.

Para muchas otras, esta tarea supone un difícil reto. ?Si el marido piensa que la educación es inútil y no tiene ningún beneficio, no hay nada que hacer. No permitirán que sus mujeres vayan al colegio. No tienen conciencia ni educación. Es necesario que los hombres reciban concienciación y formación también?, dice.

Proyectos de educación no formal en Pakistán

Los proyectos de educación no formal de Plan Internacional en Pakistán están ofreciendo educación a más de 11.000 niñas de entre 10 y 24 años. Los centros tienen el objetivo de promover la educación de las niñas hasta el décimo grado para que puedan obtener el certificado de escolaridad, además de recibir educación en habilidades básicas como salud e higiene y derechos sexuales y reproductivos.