Plan International advierte de la necesidad urgente de reconstrucción de Nepal un año después de que un terremoto de magnitud 7,8 golpease al país asiático el pasado 25 de abril de 2015. La organización recalca que más de un millón de niños y niñas no tienen una escuela a la que acudir y que es urgente construir y reparar miles de aulas para que los niños puedan continuar su desarrollo.
En total, los terremotos del año pasado en Nepal se cobraron la vida de 8.964 personas y dejaron 21.952 heridos. En torno a 605.000 hogares quedaron destruidos y cientos de miles gravemente dañados. Más de 35.000 aulas fueron reducidas a escombros por los seísmos y más de un millón de niños y niñas no tienen hoy una escuela a la que regresar.
“En el último año, la respuesta de emergencia de Plan International en Nepal ha tenido un impacto vital y definitivo en la vida de cientos de miles de personas, pero la reconstrucción del país no ha hecho más que empezar. Construir escuelas y reparar las aulas destruidas es fundamental para el desarrollo de los niños y niñas, la salud de sus comunidades y la recuperación de Nepal”, declara Mattias Bryneson, director de Plan International en Nepal.
Plan International ha estado al frente de la respuesta de emergencia en Nepal, distribuyendo ayuda humanitaria en las comunidades más devastadas. La organización ha ayudado de manera directa a 287.847 personas desde que se produjo el terremoto, incluyendo a 117.230 niños y niñas. También les ha apoyado, a ellos y a sus familias, con materiales de construcción, alimentos y agua y acceso inmediato a aulas provisionales, así como instalaciones dedicadas a la protección de la infancia.
“Los niños y niñas son los más vulnerables en las catástrofes. Por eso, la protección de la infancia ha sido y es la principal prioridad de Plan International. Hemos trabajado para garantizar la seguridad de los niños y niñas, estableciendo espacios donde estén protegidos de posibles abusos o violencia, facilitando escuelas provisionales y realizando campañas de concienciación contra el tráfico, la explotación y el matrimonio infantil”, ha explicado la directora general de Plan International en España, Concha López.
La respuesta de emergencia de Plan International se ha centrado en seis ámbitos clave: educación; protección infantil; agua, saneamiento e higiene; refugio; salud; seguridad alimentaria y medios de vida. Desde el primer terremoto, Plan International ha distribuido kits de refugios de emergencia para 52.767 hogares, 43.672 familias han recibido kits de agua potable y 44.968 niños y niñas han recibido apoyo psicosocial, educación informal y habilidades para la vida.
En concreto, las niñas y adolescentes sufren desproporcionalmente los desastres naturales. Plan International trabaja para garantizar su protección de manera urgente y abordar sus necesidades específicas a largo plazo. Las prioridades de la respuesta de Plan International a largo plazo abordan la desigualdad de género para transformar las relaciones que predominan en Nepal.
Escuelas seguras y espacios de protección
Plan International se prepara ahora para construir 20 nuevas escuelas y reparar 1.600 aulas más. Estas instalaciones constituirán “escuelas seguras”, resistentes a los desastres y reforzadas con formación sobre emergencias para estudiantes y docentes.
En cualquier caso, el gobierno de Nepal ha suspendido las obras por el momento, pendiente del desarrollo de los nuevos estándares nacionales de edificación y construcción que afectarán igualmente a los colegios y los hogares, lo que está retrasando la recuperación aún más.
“Apoyamos la necesidad de desarrollar y reforzar los estándares de construcción para garantizar que esta escala de destrucción no vuelve a repetirse. No obstante, es necesario destacar la urgencia de reconstruir escuelas y conseguir que los niños y niñas puedan regresar a aulas seguras y permanentes”, explica Bryneson.
Plan International ha construido 310 escuelas provisionales que benefician a 21.021 niños y niñas para que puedan continuar su educación en un entorno seguro. Las escuelas son cruciales para la protección de la infancia: no sólo son un espacio de protección en el que están fuera de peligro, sino que, además, los niños y niñas que no van a la escuela corren un mayor riesgo de ser víctimas de la explotación, el tráfico o el matrimonio infantil.
“Decenas de miles de niños y niñas han pasado ya un invierno en aulas provisionales y si no llevamos a cabo construcciones permanentes pronto, tendrán que pasar también la temporada monzónica y posiblemente un segundo invierno en estas construcciones básicas deterioradas” añade Bryneson.
La organización trabaja en la reducción del riesgo de desastres y la resiliencia en los países con mayor riesgo de sufrir catástrofes naturales y los efectos del cambio climático. Además, está presente en todas las fases de la emergencia, desde la primera respuesta a las catástrofes, como la que está ofreciendo estos días en Ecuador, donde trabaja desde hace 50 años, hasta la reconstrucción de las comunidades, como en Nepal, donde seguirá trabajando con más de 325.000 personas en los próximos dos años.