Plan International ha puesto en marcha un plan de respuesta a las inundaciones en Myanmar, que han obligado a desplazarse a más de 12.200 personas de 41 municipios del estado de Rakhine.
Las familias han sido evacuadas a zonas más altas debido al aumento del nivel del agua por encima de un metro de altura. Está previsto que las lluvias continúen durante los próximos días.
Plan International, que trabaja en Myanmar desde 2008, distribuirá comida y agua a las comunidades desplazadas en el municipio de Minbya. La organización trabaja en coordinación con las autoridades locales para supervisar la situación y atender las necesidades de los afectados, especialmente de los niños y niñas, los más vulnerables.
Plan International es una organización humanitaria líder en Minbya gracias a la labor que desempeña en las comunidades del estado de Rakhine desde 2013. Este estado es uno de los más expuestos a catástrofes naturales en Myanmar.
Un equipo de emergencias de Plan International se ha desplazado a las zonas más perjudicadas para evaluar los daños producidos por las inundaciones. El equipo se encarga también de garantizar la seguridad de los niños y niñas, y de cubrir sus necesidades básicas de alimentación, acceso a agua potable y protección.
“Durante y después de un desastre, los niños y niñas son especialmente vulnerables, pueden experimentar traumas y carecer de acceso a comida, agua y refugio. Tenemos un compromiso con la seguridad y protección de los niños y niñas y el apoyo a sus familias es fundamental en estos momentos”, explica el responsable de desarrollo de Plan International en Myanmar, Enrico Rampazzo, que defiende que las necesidades de la infancia deben ser una prioridad en la respuesta a las inundaciones.
Plan International trabaja en la gestión de riesgo de desastres con los niños y niñas en los colegios, en los que más de 4.000 estudiantes forman parte de los comités escolares de gestión de riesgo, en los que aprenden cómo medidas básicas de seguridad y protección para saber cómo reaccionar en caso de desastres naturales.
Estas inundaciones suceden casi un año después de las provocadas por el ciclón Komen, que desplazó a comunidades enteras y destruyó los hogares, las escuelas y los cultivos de Minbya y otras áreas de Myanmar. Desde que se produjeron en 2015, Plan International ha proporcionado alimentos y agua a los afectados y trabajado en la protección y en la educación de los niños y niñas una vez que pudieron regresar a sus casas.
Myanmar es un país caracterizado por sus tierras fértiles, su potencial agrícola y una variedad de recursos naturales. No obstante, el nivel de pobreza es del 26%, y llega a ser dos veces mayor en las zonas rurales, donde vive el 70% de población.
La organización trabaja en el país desde 2008, cuando el ciclón Nargis golpeó el delta del Irrawaddy generando una ola gigante que penetró hasta 35 kilómetros en tierra firme, causando al menos 78.000 muertos y 56.000 desaparecidos. Ahora, Plan International trabaja por los derechos de la infancia en 121 comunidades a lo largo de cinco estados de Myanmar, en algunas de las zonas con mayores niveles de pobreza del país, como Ayerwaddy, Rakhine y Mandalay.