La falta de sanitarios provoca la muerte de miles de niños al año

La falta de retretes obliga a 1.100 millones de personas en todo el mundo a orinar y defecar al aire libre. La contaminación viral de las heces provoca enfermedades que afectan gravemente a la población infantil en países en vías de desarrollo: la diarrea es la segunda causa de muerte entre menores de cinco años.

Un niño de Laos sonríe en el baño del colegio

Plan International denuncia que 2.400 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a un baño con estándares mínimos de salubridad, lo que acarrea numerosos problemas de higiene y enfermedades. De hecho, 1.100 millones de personas –una cantidad equivalente a toda la población del continente americano- no usan o tienen ningún tipo de baño por lo que se ven obligadas a orinar y defecar en espacios abiertos.

Coincidiendo con el Día Mundial del Retrete, que se celebra el 19 de noviembre, Plan International recuerda que durante 2016 ha contribuido a mejorar las condiciones higiénico sanitarias de 4,8 millones de personas en todo el mundo a través de la construcción y mejora de baños.

La falta de instalaciones sanitarias adecuadas tiene un impacto especialmente negativo en las mujeres: dos de cada tres colegios en países en desarrollo no tiene baños separados por sexos, lo que provoca que muchas de las niñas falten a clase en durante la menstruación y además sean víctimas de ataques físicos y sexuales. En India, por ejemplo, se calcula que el 20% de las niñas deja de ir a clase cuando empieza a tener el periodo.

“El coste en salud y socio económico de la falta de algo tan básico como un retrete es insostenible. No es posible que haya más personas con acceso a móviles que unas instalaciones sanitarias adecuadas” denuncia Concha López, directora general de Plan International en España.  

No es posible que haya más personas con acceso a móviles que unas instalaciones sanitarias adecuadas

El coste en salud de la falta de retretes

Las heces a menudo contienen agentes patógenos como el e-coli, el virus del cólera o el rotavirus, que son altamente infecciosos y afectan con especial virulencia a la población infantil. Cuando el entorno está infectado con heces resulta extremadamente fácil contaminarse: basta con no lavarse las manos antes de comer o que una mosca se pose brevemente en la comida para que los virus entren en el organismo.

Cuando estos patógenos son ingeridos, son fuente de enfermedades como la diarrea o los parásitos intestinales. La diarrea, si no es tratada a tiempo, puede desembocar en una deshidratación grave y abrir la puerta a enfermedades más graves. De hecho, esta enfermedad mata a más niños en el mundo que el VIH, la tuberculosis y la malaria juntos y es la principal causa de muerte de niños y niñas menores de cinco años, después de las enfermedades respiratorias.

Además de diarrea, los parásitos intestinales pueden generar falta de apetito o impedir la correcta absorción de los nutrientes. Una situación que puede devenir en crónica cuando las infecciones son continuadas.

El 50% de la desnutrición en el mundo está asociada a las infecciones derivadas de una presencia de heces en el agua y el entorno. La desnutrición, además de aumentar las posibilidades de contraer una enfermedad y dificultar la recuperación, es una de las principales causas subyacentes en el 50% de las muertes de niños. La desnutrición crónica impacta gravemente en el desarrollo físico y cognitivo de los niños.

El impacto socio económico de la falta de retretes

Se calcula que, cada año, los niños y niñas de todo el mundo pierden un total de 443 millones de días de escuela por enfermedades relacionadas con la falta de agua potable y las condiciones higiénico-sanitarias, como la diarrea y los parásitos intestinales.

A escala macroeconómica, se calcula que la economía mundial pierde 260 billones en costes sanitarios y por baja productiva debido a la escasez de higiene.  Una cantidad superior al PIB combinado de más de 128 países.

¿Qué hace Plan International al respecto?

                                          

El trabajo de Plan International en el ámbito de agua potable, higiene y saneamiento combina la construcción y mejora de baños con acciones de sensibilización para lograr cambios de hábitos, como el lavado habitual de manos y la limpieza de las instalaciones sanitarias.

  • En Gana y Etiopía, Plan International ha desarrollado programas con líderes locales y profesores para enseñar y proveer de materiales sanitarios para que las comunidades construyan sus propias instalaciones.
  • En Camboya se ha llevado a cabo un programa sanitario con otras organizaciones internacionales y el propio gobierno camboyano en diez provincias del país para mejorar la calidad del material sanitario.
  • En Kenia, Plan International trabaja en el slum de Kibera con un grupo de jóvenes emprendedores que ha puesto en marcha un servicio de limpieza y mantenimiento de los baños públicos.
  • En Zimbabue se han construido servicios separados para niños y niñas en cinco escuelas y sistemas de bombeo que garanticen la calidad del agua que consumen los estudiantes.